María Luisa Carcedo, una veterana del PSOE de armas tomar y famosa por sus broncas

Esta abuela de rostro entrañable que has visto en los telediarios como la nueva ministra de Sanidad es María Luisa Carcedo, una veterana del PSOE con amplia experiencia en gestión pública y que a lo largo de su trayectoria política ha sabido situarse siempre cerca del poder, aunque para ello tuviera que romper con viejos aliados.

Como su antecesora Carmen Montón, dimitida tras descubrirse que plagió parte de su trabajo fin de máster, Carcedo es licenciada en Medicina, pero a diferencia de Montón, ella sí ejerció como médico de familia un lustro hasta 1983, antes de empezar a asumir cargos en la Administración pública. Su primer puesto fue el de directora regional de Salud Pública del Principado de Asturias.

A pesar de su afabilidad, esta mujer de 65 años es de armas tomar y algunas de sus broncas han sido memorables. Aún se recuerda en la Cámara alta la tensa reunión que presidió del grupo de senadores socialistas en marzo pasado, cuando algunos parlamentarios se revolvieron contra la medida decidida de manera unilateral por el líder, Pedro Sánchez, y que obligaba a los parlamentarios a subirse el sueldo sólo un 0,25% en solidaridad con los pensionistas y aunque el aumento previsto para los funcionarios en los Presupuestos fuera mayor.

Los senadores se quejaban de que se trataba de una medida populista que lo único que hacía era desviar el problema de la sostenibilidad de las pensiones hacia los políticos, en un momento de desafección ciudadana hacia sus representantes públicos. Carcedo terminó abroncando a grito pelado a los compañeros que osaron acusar a Sánchez de no tener proyecto político. Eran los días en que el secretario general socialista estaba débil en las encuestas y sus críticos cuestionaban su liderazgo día sí y al otro también.

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Pero el rasgo más definitorio de la nueva titular de Sanidad es su habilidad para estar cerca del poder. Por sorprendente que parezca, Carcedo, antes de jurar fidelidad a Sánchez, fue estrecha colaboradora del presidente de Asturias y exsecretario general de la federación socialista asturiana, Javier Fernández, quien aún no ha recompuesto su relación con Sánchez.

Los dos veteranos del socialismo asturiano rompieron su amistad de años de colaboración —Carcedo le ayudó a preparar los comicios autonómicos de 2010— cuando los barones del PSOE se movilizaron para tumbar a Sánchez por negarse a facilitar en 2016 la investidura de Mariano Rajoy y evitar unas terceras elecciones generales.

LOS ÚLTIMOS CARGOS DE CARCEDO

En los últimos años de la etapa de Alfredo Pérez Rubalcaba en los mandos de Ferraz, Carcedo fue secretaria general adjunta de los socialistas en el Congreso de los Diputados y con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero presidió la Agencia de Evaluación y Calidad de los servicios públicos.

En Asturias estuvo de diputada en el parlamento autonómico entre 1991 y 2004 y fue consejera de Medio Ambiente y Urbanismo entre 1991 y 1995, bajo las órdenes primero del presidente Juan Luis Rodríguez-Vigil y luego de Antonio Trevín. Su último cargo era el de Alta Comisionada contra la Pobreza Infantil en el Gobierno de Sanchez.

Con un único piso en propiedad, su vivienda de Gijón con un valor catastral de 262.000 euros —comparte con otros familiares otra casa en Asturias procedente de una herencia— Carcedo tiene la mayor parte de sus ahorros (en concreto, algo más de 400.000 euros) invertidos en un fondo de inversión y en un plan de pensiones, además de contar con un seguro de vida por valor de 350.000 euros y acciones en Telefónica y BBVA que no superan en total los 17.000 euros, misma cantidad de la que disponía en su cuenta bancaria en Liberbank cuando presentó su última declaración de bienes en el año 2015.