¿Y si fuera Almeida? La disputada candidatura del PP a la alcaldía de Madrid

Pablo Casado tendrá en los próximos días sobre su mesa la encuesta que quizás le servirá para decidir el gran dilema electoral de la próxima primavera: quién presenta el PP como candidato a la alcaldía de Madrid. O quizás no. Porque en ese contexto, desde el PP madrileño se repara en una figura en alza que se ha ganado el sitio casi a codazos, aunque se descuenta que el sondeo no le dará enorme popularidad.

Codazos verbales, por medio de una vitriólica e irónica oposición a Manuela Carmena, alcaldesa de la capital. Se trata ni más ni menos que el actual portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida.

Almeida, abogado del Estado, apareció en la tribuna de oradores del Salón de Plenos de Madrid casi por accidente. Tras la precipitada dimisión de Esperanza Aguirre en plena cascada de malas noticias judiciales para el PP de Madrid que ella presidía, con Ignacio González ya procesado. Sin demasiado pedigrí en el partido, desconocido para los madrileños, aparentemente sin un carisma destacable, al margen de su pintoresca imagen con sus corbatas retorcidas.

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Sin embargo, Almeida ha demostrado bastante más instinto político que su contraparte en la Comunidad, el también presidente por accidente Ángel Garrido, en el mayor reto político del PP reciente, las primarias. Almeida se decantó desde el primer momento por Pablo Casado, mientras Garrido erró (de errante) de una candidatura a otra, todas ellas perdedoras. Tras su respaldo a Dolores de Cospedal (derrotada en la primera vuelta), Garrido se volcó en apoyar a Soraya Sáenz de Santamaría.

“En este proceso te podías equivocar una vez, pero no dos”, señala un dirigente del PP. Otras fuentes internas del Partido en Madrid explican que se intentó convencer a Garrido de su enorme error político al apoyar a Sáenz de Santamaría: “No solo estaba apostando a caballo perdedor, sino que la sensibilidad del partido de Madrid estaba con Pablo, al que se considera uno de los nuestros”. Dio igual cualquier advertencia, Garrido salió derrotado del Congreso del PP.

De esa sensibilidad del PP de Madrid ha tomado nota Almeida y se ha subido a una plataforma que le ha dado una proyección inesperada. Hacer oposición a Carmena es fácil o muy difícil, según se mire. Martínez Almeida, con un físico muy característico y un tono de voz muy madrileño, optó por la ironía y el marcaje férreo al equipo de Gobierno. Varias de sus ácidas intervenciones, cargadas de sarcasmo e ironía, circulan por los grupos de whatsapp de militantes del PP de Madrid, con los que sin duda ha conectado.

ALMEIDA SE HA PATEADO LA CIUDAD

El equipo de Almeida lleva tiempo explicando que otra de las claves ha sido “patearse los 21 distritos de Madrid”. El hándicap de Martínez Almeida era precisamente el mismo que le puede penalizar en la encuesta que va a llegar estos días a la mesa de Casado, aún no es famoso para los vecinos de Madrid.

Pero si en el cuantitativo quizás tenga que perder ante figuras que llevan años en primera línea como Cospedal, en el cualitativo los observadores y analistas no dejan de mirar su figura. El nombramiento como secretario de Participación en el PP nacional no ha pasado inadvertido, demostración de que cuenta con apoyos en el entorno cercano del nuevo presidente del PP. Tampoco su verbo mordaz y la rapidez en el debate.

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Sería, si logra ser cabeza de cartel del PP en Madrid, un ascenso realmente meteórico. El flequillo rubio y su aspecto juvenil –cuando se pone traje se le tuercen las corbatas– disimulan un abogado del Estado con importantes destinos en la Administración. Llegó a la candidatura al Ayuntamiento en 2015 por petición personal de Aguirre, aunque ha logrado mantener una línea personal de oposición sin herencias aguirristas.

Juega al golf y es colchonero. Es abogado del Estado pero lleva los debates con considerable desparpajo castizo. Además suele recorrer la ciudad en moto. ¿Y si fuera Almeida el candidato del PP a la alcaldía de Madrid?