domingo, 15 diciembre 2024

Los protagonistas en la investigación de Gürtel creen que Villarejo no intervino en el caso

En el entorno de quienes fueron protagonistas de los primeros pasos de la investigación del caso Gürtel están seguros de que el excomisario José Manuel Villarejo no intervino en la preparación del mayor caso de corrupción en que se ha visto afectado el Partido Popular.

Las grabaciones desveladas por MONCLOA.COM revelan una conversación del comisario Villarejo en la que asegura que se reunió con Baltasar Garzón el día anterior en que tomó en sus manos el caso Gürtel. Sin embargo, entre los que participaron en descubrir los delitos cometidos por los miembros de la trama encabezada por Francisco Correa, se atribuyen estas palabras al interés de Villarejo en darse importancia.

En el momento en que Villarejo lanza esas afirmaciones dialogaba con Gabriel Fuentes, que era por entonces adjunto al director adjunto operativo (DAO) de la Policía, Miguel Ángel Fernández Chico. Tanto Garzón como por entonces la fiscal Dolores Delgado ya habían abandonado el restaurante en el que se celebraba la comida.

Villarejo relata que hubo una comida en agosto de 2008, “preparando lo de la Gürtel”, en la que habrían estado presentes Juan Antonio González, en aquel momento comisario general de información; José Luis Olivera, jefe de la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) y el juez Garzón, al que llama ‘Balta’.

Esta comida se habría celebrado, según el comisario hoy en prisión, “justo cuando al día siguiente admitía él el tema”, refiriéndose a la fecha en que se incoaron las diligencias previas.

A pesar de la grabación, algunos de los protagonistas que vivieron el origen del caso Gürtel aseguran que Villarejo no jugó ningún papel en el mismo. Del mismo modo, auguran que las querellas anunciadas contra el juez Garzón por prevaricación, asociación ilícita y falsedad en documento público por parte de varios condenados en el caso Gürtel no conseguirán el objetivo de anular las actuaciones.

Además de las querellas anunciadas, el exalcalde de Majadahonda, Guillermo Ortega, que fue condenado a 38 años de cárcel, solicitó la semana pasada su puesta en libertad provisional como consecuencia del contenido de las grabaciones. El abogado de Ortega argumentó en el escrito remitido a la Audiencia Nacional que Garzón, la Fiscalía y altos mandos policiales urdieron la construcción de la causa penal.

LA DENUNCIA QUE ORIGINÓ EL CASO GÜRTEL

Según los documentos incluidos en el sumario del caso Gürtel, las diligencias previas se incoaron el 6 de agosto de 2008, por lo que la comida a la que se refiere Villarejo, de haberse producido, tendría que haber sido el 5 de agosto de 2008.

El caso cayó en manos de Garzón, entonces titular del Juzgado Central de Instrucción número cinco de la Audiencia Nacional, por una denuncia presentada dos días antes, el 4 de agosto, por la Fiscalía Anticorrupción.

La Fiscalía llevaba realizando una investigación desde que en noviembre de 2007 llegara, a su vez, una denuncia a la Unidad de Delincuencia Financiera (UDEF) de la Policía Nacional. Se refiere así a la presentada por el exconcejal de Majadahonda, José Luis Peñas, que aportó las grabaciones clave del caso ya que involucró, sobre todo, al líder de la trama Gürtel, Francisco Correa.

¿Por qué se queda el caso el juez Garzón? La Fiscalía justificó la necesidad de que la denuncia se presentase ante él, debido a que había encontrado una relación con otra investigación que se encontraba en manos del magistrado: el caso Privanza.

En esta instrucción judicial, que se remontaba al año 2000, la Fiscalía señaló que “ha constatado” que se había realizado un registro en el despacho de Luis de Miguel Pérez en un asunto relacionado con blanqueo de capitales. Este, a su vez, estaba al frente de las principales empresas de la trama de Correa y era investigado por el mismo delito.

Los abogados de los acusados han considerado siempre que la relación entre los casos Privanza y Gürtel era demasiado débil como para justificar que la investigación de la trama de Francisco Correa quedara en manos del juez Garzón. Sin embargo, los recursos basados en este argumento fueron rechazados durante el proceso judicial.

Los acusados en el caso Gürtel ya intentaron la anulación de esta causa judicial debido a las grabaciones de las conversaciones entre los letrados de los entonces imputados y sus clientes, cuando estos se encontraban en prisión provisional ordenadas por el juez Garzón. Estas escuchas llevaron a la inhabilitación de Garzón como juez tras ser condenado por prevaricación por el Tribunal Supremo. 

La condena de Garzón no sirvió, sin embargo, para que los acusados consiguieran la nulidad de las actuaciones. Los jueces rechazaron los recursos presentados en este sentido porque consideraron que el resto de las pruebas no fueron obtenidas como consecuencia de estas grabaciones.