Saleh conmueve en su primer acto en Madrid: «He visto morir a cuatro personas en la prisión»

Incertidumbre. Esa es la palabra que describe lo que sintió Lorent Saleh durante su reclusión. El activista venezolano de Derechos Humanos, que pasó cuatro años encarcelado en su país y que acaba de llegar a España tras ser obligado a exiliarse, afirmó haber visto morir a cuatro personas delante de sus ojos en prisión.

Saleh enfrentó sus miedos ayer dando una conferencia en la Asociación de Prensa de Madrid. El líder estudiantil contó como fue amenazado y torturado por los Cuerpos de Seguridad del Estado venezolanos. El opositor acudió al acto respaldado por su madre, con la que se ha reencontrado en Madrid y a la que agradeció por mantenerse a su lado incluso en los momentos más difíciles.

Yamile Saleh, la madre del ex-preso político, denunció este año ante la prensa los malos tratos que estaba sufriendo su hijo en la prisión de Venezuela bajo el Gobierno de Nicolás Maduro. El activista, emocionado, preguntó a su madre en la misma rueda de prensa por el valor de una lágrima.

El opositor venezolano hizo hincapié en «el terror» que se vive en la tierra en la que nació. «Hay un país dónde no se respeta la libertad de expresión, dónde el periodismo es un acto de violencia», advirtió Saleh, quien se mostró conmovido por la solidaria actuación del Gobierno español, que decidió concederle el asilo político.

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El éxodo que comenzó con el Gobierno de Hugo Chávez se ha llevado por delante a miles de jóvenes, a muchos estudiantes como él que han sido y son «piedras en el zapato» para el régimen actual de Maduro.

La ‘Tumba’, la prisión en la que permaneció el activista venezolano estos últimos cuatro años, está construida cinco pisos bajo tierra, en pleno corazón de Caracas. Para él, este lugar fue «una tortura psicológica de las peores», aunque por fortuna pudo superar. «En este momento se está torturando gente allí, yo lo vi y lo sentí, no se puede ocultar lo que pasa en Venezuela», subrayó Saleh.

«En este momento se está torturando gente allí, yo lo ví y lo sentí, no se puede ocultar lo que lo que pasa en Venezuela»

Saleh contó cómo la exfiscal general, Luisa Ortega Díaz, fue informada en todo momento de las operaciones de tortura hacia su persona. Un dato relevante es que Katherine Harrington, funcionaria pública venezolana, se encargó de comunicarle a la fiscal lo que sucedía en el interior de la prisión.

En la cárcel, Saleh aprendió entre otras cosas la importancia del tiempo y del calor humano, al tiempo que reconoció que los presos se las ingeniaban para que hubiese comunicación entre ellos. Ahora está «feliz pero no del todo», ya que recuerda a los que todavía siguen hacinados en la misma celda en la que estuvo él.