Ramón Luis Valcárcel tomó las riendas del PP murciano después de tres mayorías absolutas socialistas. Su triunfo en la capital en 1991, que siguió en manos del PSOE tras pacto con IU, se vio como un halo de esperanza para las desangeladas filas populares de cara a las autonómicas del 95.
Y los pronósticos no fallaron: Valcárcel encadenó cinco mayorías absolutas consecutivas, con dos triunfos en 2007 y 2011 por encima del 58% del voto. Eso sí, en 2011 este ciclón electoral planeó su renuncia. Pero Rajoy, que todavía no había alcanzado La Moncloa, le pidió seguir para acabar sugiriendo que no dejase la vida política sin pasar por Bruselas.
En 2014 Valcárcel se marchó al europarlamento. Lo sorprendente es que lo hizo sin designar sucesor al no atreverse a mover ficha por Juan Carlos Ruiz o Pedro Antonio Sánchez, dos valores emergentes que se barruntaban como sus herederos.
Es por ello que cedió durante un año el bastón de mando a su vicepresidente, Alberto Garre, un histórico del PP murciano convertido en interino. O eso creían.
Alberto Garre asumió la presidencia interina tras haber sido 15 años diputado autonómico y 8 años diputado nacional. Este histórico comenzó su carrera como concejal de Torre-Pacheco en 1987 bajo las siglas de AP y era el escogido por consenso antes de la designación madrileña del nuevo líder.
Con esos visos se presentó y es por ello que integró a Ruiz y Sánchez como consejeros antes del triunfo de uno de ellos ante la cita de 2015. Ganó Pedro Antonio, ex alcalde de Puerto Lumbreras, secretario de Organización autonómico y consejero por aquel entonces de Educación.
El Comité Electoral Nacional lo escogió pese a que Garre, ante la extrañeza de algunos compañeros, se postuló para encabezar la lista en 2015. Lo hizo en pleno divorcio con su eterno amigo Valcárcel, al que no le gustó que cooperase judicialmente sobre el tema de la desaladora, que todavía colea en los tribunales.
LA DESALADORA MÁS POLÉMICA
La desaladora de Escombreras sigue siendo un quebradero de cabeza para Ramón Luis Valcárcel cuatro años y medio después de haberse marchado del Palacio de San Esteban. El vicepresidente del Parlamento europeo vio como su reputación saltaba por los aires después de que la UDEF acusase al Gobierno que él presidía por haber amañado junto a ACS un contrato público.
En la investigación ha quedado en evidencia que el coste real de la desaladora, hoy en servicios mímimos, fue de 108 millones de euros para una filial de ACS y que el gobierno autonómico quintuplicaba las promesas de pago al gigante que preside Florentino Pérez.
Alberto Garre, que calificó el acuerdo como «un negocio leonino» para la Región de Murcia, se ganó muchos enemigos por su actitud. Y Pedro Antonio Sánchez, su sucesor en el cargo, nunca se lo perdonó.
El PP caía y en la Región de Murcia no era una excepción: los populares con Valcárcel habían logrado sus peores números en las europeas de 2014 en 23 años y Pedro Antonio Sánchez regresó electoralmente un cuarto de siglo atrás en las autonómicas de 2015.
Aun así mantuvo el poder popular tras el apoyo de Ciudadanos. Previsiblemente Alberto Garre iba a tener un premio de consolación: convertirse en senador por designación autonómica. Otros ex presidentes como Rudi, Bauzá, Fabra o Pedro Sanz llevaron el mismo camino, pero el PP se negó pese a ser propuesto por sus socios de Ciudadanos .
La formación naranja acabaría forzando la salida de Sánchez en 2017 y para entonces Alberto Garre se había dado de baja del partido tras acusar a Rajoy de «inacción contra la corrupción» por haber permitido la reelección de Sánchez al frente del PP murciano pese a estar implicado en el Caso Auditorio que le acabaría costando la carrera.
LA SEGUNDA VIDA POLÍTICA DE ALBERTO GARRE
Alberto Garre lanzó en el verano de 2017 la Plataforma Cívica Región de Murcia, matriz de lo que se ha convertido en el partido Somos Región, que acaba de cumplir seis meses de vida. Este nuevo partido acaba de escoger a su fundador como candidato a las autonómicas por unanimidad.
Y su partido puede ser clave a partir de mayo: la última encuesta publicada por La Verdad de Murcia pronosticaba un ‘sorpasso’ de Ciudadanos sobre el PP y la entrada en el Parlamento de Somos Región con dos diputados.
A priori no parece factible que Garre apoye a su ex partido teniendo en cuenta que denuncia que «mantienen amparados a procesados por corrupción: uno, Pedro Antonio Sánchez, en una fundación del PP; el otro, David Conesa, en el mismísimo Palacio de San Esteban».
SOMOS REGIÓN CUENTA CON 700 AFILIADOS
Somos Región, que celebró el mes pasado su primer Congreso, cuenta con alrededor de 700 afiliados, y tiene la intención de presentarse en las principales ciudades de la Comunidad Autónoma.
Su líder, Garre, afirma que el actual presidente murciano y próximo candidato autonómico del PP, Fernando López Miras, «no es un peso pesado a nivel electoral». Entre las ideas más rompedoras de Somos es hacer una ley de Capitalidad para Cartagena, aunque matizan que eso no implica que Murcia deje de serlo.
Desde el PP afirman que Garre es un «resentido» y que Somos Región no existiría si lo hubiesen designado senador autonómico. El ex presidente admite que le hubiera «gustado. Lo que habría que preguntarles a ellos es por qué soy el único presidente de una comunidad autónoma que no ha ido al Senado después de dejar la presidencia. ¿Qué delito cometí?«. ¿Decir la verdad en estos tiempos le parece poco?