El primer acuerdo programático entre PP y Ciudadanos en Andalucía tiene un claro vencedor y es la formación naranja. Al analizar las 21 medidas que ambas partes se comprometen a aplicar en los cien primeros días de gobierno, se constata que Cs se ha impuesto claramente a los populares.
El grueso del pacto anunciado el viernes pasado por los candidatos del PP y de Ciudadanos a presidir la Junta de Andalucía, Juanma Moreno y Juan Marín, respectivamente, está compuesto por medidas que tanto uno como otro partido llevaban en sus programas electorales.
De los 21 puntos, once habían sido planteados en términos similares por el PP y por Cs antes de las elecciones autonómicas del 2 de diciembre. Se trata sobre todo de políticas económicas, fiscales y sociales, en las cuales ambas formaciones muestran un alto grado de coincidencia.
En cambio, solo hay una de las medidas del pacto que se puede interpretar como aportación exclusiva del PP, al figurar en su programa electoral pero no en el de Ciudadanos, y es la de limitar a ocho años el tiempo máximo que se puede ser presidente de la Junta de Andalucía o consejero.
El partido de Albert Rivera, por su parte, ha demostrado una capacidad de persuasión bastante mayor, al convencer a su interlocutor para incorporar al acuerdo hasta siete propuestas que llevaba en su programa electoral y que el PP no había defendido o en algunos casos incluso rechazaba.
La mayoría se enmarcan en el bloque de regeneración política y lucha contra la corrupción, como acabar con los aforamientos políticos, apartar del cargo público a los imputados por delitos de corrupción, aprobar una ley que proteja a los denunciantes de corrupción y crear una Oficina Andaluza de Lucha contra el Fraude y la Corrupción.
Asimismo, el documento incluye propuestas de Cs como generalizar el sistema de concurso de méritos para nombrar a los altos cargos de la Administración Pública andaluza o redimensionar y mejorar la eficiencia de la Radio y Televisión Andaluza (RTVA) y garantizar su independencia del poder político.
Por último, Ciudadanos ha logrado sumar el apoyo del PP para la creación una Comisión de la Discapacidad en el Parlamento autonómico y para encargar una auditoría de todo el gasto de la Junta de Andalucía con el fin de reducir el gasto superfluo o reorientarlo a la financiación de los servicios públicos esenciales.
MEDIDAS DE CIUDADANOS ASUMIBLES POR EL PP
Algunas de estas medidas de la formación liberal son fácilmente asumibles por parte del PP, como pueden ser las relativas a la reforma de RTVA o a la auditoría de la Junta, pero otras, como la eliminación de los aforamientos o la dimisión de los imputados por corrupción, les han costado más.
De hecho, Marín admitió el lunes pasado que uno de los asuntos en los que seguían existiendo importantes diferencias entre su partido y el PP, que les impedían cerrar un acuerdo programático, eran las medidas de regeneración democrática.
Pero finalmente, la presión de Ciudadanos ha hecho que el primer bloque que han cerrado los equipos negociadores para el acuerdo programático final sea precisamente el de regeneración y lucha contra la corrupción, según anunciaron este domingo.
Este bloque se sumará a otros dos, uno con medidas económicas y fiscales y otro con políticas sociales, y juntos conformarán el acuerdo programático final. En total, unos 80 puntos que se deberán ir implementando a lo largo de la legislatura.
El último apartado acordado incluye las medidas de regeneración previstas para los cien primeros días de gobierno y añade otras nuevas como la supresión del Consejo Consultivo de Andalucía, una reforma de la Ley Electoral o la reducción de los altos cargos públicos a “los estrictamente necesarios”.
Mientras que la eliminación del Consejo Consultivo no figuraba en el programa electoral de Cs ni en el del PP, la reforma electoral, que busca mejorar la proporcionalidad en el reparto de escaños, es una vieja reivindicación de la formación naranja.
En cuanto a la reducción del número de altos cargos, es una medida que lleva la marca del PP, que prometió una disminución de al menos un 25%. Cs, por su parte, ha incorporado la exigencia de la dedicación exclusiva, que no cobren dietas por asistir a reuniones y que su salario no pueda superar el de los cargos análogos en el Gobierno central.
Para Ciudadanos, la cuestión de la regeneración es irrenunciable y así lo ha transmitido siempre que ha negociado un pacto de investidura con el PP o con el PSOE, ya sea a nivel nacional, autonómico o local.
En el caso de Andalucía hacen todavía más hincapié en ello porque por primera vez pretenden compartir el Gobierno con otro partido. Con ese tipo de medidas, quieren impedir que Moreno reproduzca el “régimen clientelar” que consideran que los socialistas habían establecido en esta comunidad y evitar que un posible caso de corrupción del PP afecte a la imagen de Cs.
Ya lo dijo Albert Rivera recientemente: «Yo quiero que el Gobierno de cambio en Andalucía lo encabece alguien limpio de corrupción. Imagínese que Moreno es presidente y luego le imputan por el caso Bárcenas y tiene que ir a declarar a los juzgados. O que su partido vuelve a ser condenado por corrupción».