El Gobierno de Sánchez pone en manos extranjeras los satélites espía españoles

  • La compra de la mayoría accionarial de Hispasat por una alianza italo-alemana supone el control del operador de los satélites militares españoles.
  • La autorización española la concedió el Consejo de Ministros en su última reunión de este año.
  • España tiene en órbita un satélite espía, al que seguirá otro en 2020, y mantiene dos más de comunicaciones seguras.
  • El año 2019 se va a estrenar con la entrega llave en mano al capital extranjero de la única empresa española que dispone de un satélite espía radar en pleno funcionamiento, con el que suministra imágenes de gran precisión para garantizar la seguridad de los más de 3.000 efectivos militares españoles de las unidades terrestres, navales y aéreas desplegadas en misiones de paz, adiestramiento o protección en Asía, África y Europa.

    Su nombre es Hisdesat Servicios Estratégicos y también dispone en órbita de dos satélites que prestan con carácter exclusivo los servicios estratégicos de comunicaciones a las Fuerzas Armadas españolas y a otros organismos oficiales nacionales y de otros estados.

    El último Consejo de Ministros del año, celebrado el pasado viernes ha sido la fecha elegida por el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez para autorizar la entrada mayoritaria de capital italo-alemán en Hisdesat, la compañía que desarrolla unas actividades calificas como “relacionadas con la defensa nacional”, en palabras del propio Gobierno.

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    Hisdesat ofrece lo que se denomina “servicios gubernamentales” por satélite, principalmente a las Fuerzas Armadas españolas y otras instituciones oficiales nacionales en los ámbitos de la defensa, seguridad, inteligencia y las relaciones exteriores. Pero ¿cómo ha sido posible que Hisdesat, una empresa que en reiteradas ocasiones ha sido calificada como “estratégica” por los ministerios de Defensa, Industria y Economía, pase ahora a estar bajo el control de capital extranjero?

    Ha ocurrido de forma indirecta, pero con perfecto conocimiento por parte del Gobierno español tras un informe favorable de la Junta de Inversiones Exteriores. Además, la decisión se empezó a gestar bajo el gobierno de Mariano Rajoy y ahora ha visto la luz verde definitiva con Pedro Sánchez.

    HisdesatSatEspiaPazLanz Moncloa
    Entonces ministra de Defensa, Maria Dolores de Cospedal, asistió el 22 de febrero en el INTA a la retransmisión en directo del despegue del satélite espía Paz.

    La italiana Atlantia Spa y la alemana Hochtief AKT han establecido así una alianza cuyo resultado es la compra de la totalidad del paquete accionarial ‒nada menos que el 89,68%‒ de Abertis Infraestructuras, el mayor accionista de Hispasat, que es el principal operador español de comunicaciones vía satélite y una de los operadores regionales más importantes del mundo.

    Al frente de la misma, en calidad de consejero delegado, está desde mayo de 2011 Carlos Espinós, un hombre del área de telecomunicaciones de Abertis que desde su llegada ha dado a la empresa un gran impulso internacional y tecnológico.

    UNA CARAMBOLA ESTRATÉGICA

    La compra por parte del dúo italo-alemán ha ocurrido ante la negativa de Red Eléctrica Española ‒participada en un 20% por el estado‒ de adquirir las acciones puestas a la venta por Abertis, cuyo principal accionista es el Grupo catalán La Caixa. Abertis asumió el 12 de noviembre de 2013 el control de la compañía, tras aumentar su participación accionarial y posteriormente comprar el paquete que poseía la francesa Eutelsat.

    Con esa abrumadora mayoría, resulta una insignificancia el 7,41% del capital que queda en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y mucho más el 2,91% que ostenta el Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI), ahora dependiente del ministerio de Ciencia, Universidades e innovación que dirige el exastronauta Pedro Duque.

    Pero la gran carambola de hacerse con el timón de Hispasat es que tanto Atlantia ‒buque insignia de la familia Benetton‒ como Hochtief AKT ‒filial alemana de ACS, que preside Marcelino Fernández Verdes, consejero delegado de ACS‒ se convierten en los accionistaS de referencia de Hisdesat, puesto que 43% de Hisdesat está en manos de Hispasat.

    El resto del capital de Hisdesat está dividido entre participaciones de empresas estatales y de compañías privadas. El paquete oficial lo ostenta ISDEFE ‒con el 30%‒, la consultora de ingeniería cuyo capital pertenece en su totalidad al ministerio de Defensa a través del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA). El resto de los patrones de Hisdesat son Airbus (15%), Indra (7%) y SENER (5%).

    Aunque la compra de Hispasat y su derivada Hisdesat se sitúa en alrededor de 18.100 millones de euros, los aliados italo-germanos tienen en perspectiva una serie de ingresos seguros a corto, medio y largo plazo.

    Será la consecuencia del contrato de prestación de servicios que el Ministerio de Defensa suscribirá en breves fechas con Hisdesat durante nada menos que 15 años (2023-2037) y por el cual, abonará anualmente al operador una cuota anual de 93,17 millones de euros ‒1.397,55 millones de euros en los 15 años‒ por derechos de utilización de los dos nuevos satélites de comunicaciones seguras.

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    Además, el Consejo de Ministros del 27 de julio aprobó la concesión de un préstamo de 750 millones de euros a Hisdesat por parte del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Con el citado capital, la sociedad que preside Miguel Ángel Panduro debe poner a punto el nuevo sistema de comunicaciones seguras Spainsat Nueva Generación ‒Spainsat NG-1 y NG-2‒, lo que conlleva el desarrollo y fabricación de dos avanzados satélites eléctricos, así como su centro de control terrestre asociado.

    Hisdesat también cuenta en la actualidad con dos plataformas que proporcionan comunicaciones encriptadas ‒muy difíciles de interferir por parte de terceros‒ tanto al Estado Mayor de la Defensa, como al Estado Mayor Conjunto, a los Ejércitos de Tierra, Aire y Armada, así como al CNI y a los ministerios de Interior y Asuntos Exteriores, entre otras instituciones oficiales.

    Son el Spainsat ‒en órbita desde marzo de 2006‒, que culminará su vida operativa en 2021 y el Xtar-Eur, lanzado al espacio en 2005. Uno y otro serán relevados por los Spainsat NG-1 y NG-2 a partir de 2023, según estimaciones del Ministerio de Defensa que ahora dirige Margarita Robles.

    HISDESAT PUEDE DEJAR DE SER ESTRATÉGICA

    Creada en 2001, Hisdesat Servicios Estratégicos es una entidad que se autodefine por tener “un accionariado de carácter institucional”, lo que ahora queda en entredicho. De naturaleza comercial, ostenta la gestión de los satélites de comunicaciones situados en las posiciones orbitales geoestacionarias ‒a 36.000 kilómetros de la tierra ‒que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) de Naciones Unidas concede al Estado español.

    También ha recibido la concesión gubernamental para posicionar en órbita y operar el satélite bautizado Paz, la primera plataforma de observación de la Tierra ‒coloquialmente satélite espía‒ con tecnología radar.

    Equipado con una avanzada antena radar fabricada en España por Airbus Defence and Space en su factoría de Barajas (Madrid), Paz fue lanzado al espacio el 22 de febrero pasado desde la base espacial norteamericana de Vandenberg (California) y desde principios de septiembre presta servicios a las Fuerzas Armadas españolas.

    La labor de este satélite radar es suministrar las imágenes al Centro de Sistemas Aeroespaciales de Observación (CESAEROB), al Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS), al CNI e incluso a la Unidad Militar de Emergencias (UME), en este último caso cuando lo requiere para sus labores de socorro y asistencia técnica en caso de desastres.

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    Hombre procedente de Abertis, la gestión de Carlos Espinós como consejero delegado de Hispasat desde mayo de 2011 ha sido encomiable.

    En 2020 está previsto que Hisdesat ponga en el espacio un segundo satélite de observación de la Tierra ‒bautizado Ingenio‒ que, aunque su finalidad principal es ofrecer imágenes ópticas en el espectro visible e infrarrojo, también tendrá aplicaciones militares.

    Otro aspecto a considerar es que, aunque el almirante Bolívar ejerce una presidencia no ejecutiva, ya que el hombre fuerte de la sociedad es Miguel Ángel Panduro ‒consejero delegado de la compañía‒, resulta evidente que el nombramiento de un almirante como cabeza visible de Hisdesat ‒antes fue el teniente general del Ejército del Aire Juan Antonio del Castillo‒ obedece a la estrecha relación que el Ministerio de Defensa quiere mantener con la compañía y es una prueba más de la importancia que las autoridades políticas del departamento asignan al operador.

    Abertis es una compañía que gestiona más de 1.500 kilómetros de vías de peaje y posee una gran implantación internacional en este campo, principalmente en Argentina, Brasil, Chile, Francia, India y Puerto Rico. Controlada por Critería CaixaCorp‒ un holding de empresas perteneciente al grupo La Caixa‒ que fue uno de los pagos en especie a que se vio sometido en su momento el Gobierno de Zapatero para recibir el apoyo a sus iniciativas por parte de diputados de la antigua Convergencia i Unio.

    Cuando la compañía francesa Eutelsat puso en venta su paquete de acciones de Hispasat, Atlantía pujó por ella, pero el Ejecutivo de Rajoy puso obstáculos bajo el argumento del carácter estratégico de la filial de satélites de Abertis.

    ACS entró en la puja, pero finalmente Atlantia y la filial alemana de la compañía española han llegado a un acuerdo cuyo desenlace en el campo de la defensa nacional se produjo el pasado 28 de diciembre.