Fracasa el plan anticontaminación de Carmena en el que no creía ni ella misma

“Esto en los ordenadores no sale, los números no dan. Pero estamos seguros de que la gente cambiará su forma de pensar y dejará los coches”. Una de las personas de círculo de mayor confianza en el Ayuntamiento de Madrid se mostraba así de poco ilusionado con el arranque de Madrid Central, la operación para obstruir el tráfico en el corazón de la ciudad. El resultado: todos los días laborables de 2019 Madrid ha tenido restricciones de tráfico por contaminación. Por noveno año consecutivo, la capital suspende en Europa en contaminación y ha empeorado los datos que logró Ana Botella en 2014.

A pesar de que no ha sido un otoño-invierno especialmente parco en lluvias, a la semana de estrenarse la operación de Madrid Central, ya comenzaban las alertas por contaminación. Expertos consultados por MONCLOA.COM explican que es lógico que pasara, dadas las decisiones tomadas por el equipo de Ahora Madrid. Es decir, que el alto cargo municipal cercano a Carmena tenía razón: los números no iban a salir. La explicación es fácil: en Madrid Central hay una sola estación de medición (en la Plaza de Carmen, donde el tráfico ya estaba muy imitado antes del plan de Carmena). Al colapsarse los márgenes de Madrid Central por los coches que tienen que esquivarlo para llegar a su destino, aumentan los atascos y sube la contaminación en esas estaciones de medición.

Contaminación en Madris
Mapa de las estaciones de medición de la contaminación de Madrid. Solo una está en Madrid Central.

Hay más datos –alguno dramático, como el aumento de muertes por accidente en las calles de Madrid– que delatan el fracaso de las políticas de movilidad de la «marca blanca» de Podemos. Si la forma de evitar las trabas al tráfico en la ciudad es usar el transporte público, nos encontramos con que los usuarios de la EMT –los autobuses urbanos– han descendido este año. Algo alarmante, dado que su competencia, el Metro, sí ha subido en usuarios, un 5%. La EMT ha perdido ocho millones de viajeros este año respecto al interior, una bajada del 2%.

La Empresa Municipal de Transporte ha tratado de cocinar estas cifras, si bien no consigue retorcer los números hasta concluir que han crecido los viajeros un triste 0,13%. El caso es que el gerente de la EMT –que tiene un sueldo superior a los 90.000 euros–, Álvaro Fernández, procede del mundo académico y es un experto académico en movilidad, pero movilidad ciclista. Fuentes de la compañía lo definen como un perfil “absolutamente dogmático” y de difícil trato para algunos subordinados.

La oposición cree que el fracaso de la EMT es consecuencia del fracaso de la movilidad urbana del Gobierno de Carmena. Los atascos que sufre el tráfico privado afectan a los autobuses y nadie quiere desplazarse en medios colectivos que están igual de atascados que cualquier coche. Carmena tiene como delegada en este asunto a la ex del PCE, Inés Sabanés, hoy encuadrada en la formación ecologista Equo, que se alió a Podemos para asaltar el Ayuntamiento de Madrid. Sabanés, 65 años, de formación licenciada en educación física, es la responsable de todas las políticas de movilidad de Madrid. Además de sus problemas de comunicación, su tono en los comunicados han irritado a buena parte de los conductores, que ven en ella, quizás injustamente, un sádico disfrute cuando se ponen problemas a la circulación del tráfico anunciando protocolos anticontaminación.

Sabanés ha endurecido protocolos, aumentado las multas, eliminado miles de plazas de aparcamiento, orquestado Madrid Central, aprobado el proyecto de poner semáforos en la A-5 que ha indignado a más de un millón de vecinos del suroeste de Madrid… Y los datos de contaminación y tráfico con peores.

EL SUSPENSO EUROPEO EN CONTAMINACIÓN

Según los datos ofrecidos a la agencia Efe por el Ayuntamiento de Madrid, siete estaciones superaron este 2018 el límite legal establecido por Bruselas: Escuelas Aguirre (55 microgramos), plaza de Fernández Ladreda (plaza Elíptica) (52), plaza del Carmen (44), plaza de España (43), Ramón y Cajal (43), Cuatro Caminos (41) y Urbanización Embajada (41). Solo una de ellas está en el interior de las amplias extensiones de Madrid Central.

Los coches en Madrid han visto orillados y eliminados carriles para establecer carriles-bici que tienen escasa utilización. Hay distritos especialmente castigados por Sabanés, como el de Chamberí. Además de construir un carril bici en una arteria básica como la calle Santa Engracia, se decidió hacer un experimento con la calle Gaztambide, limitando la velocidad, eliminando aparcamientos para poner maceteros y terrazas, y hasta entusiastas huertos urbanos. Todo esto ha fracasado. Los vecinos censuraron esta actuación y obligaron al Ayuntamiento a revertir a la situación anterior, algo que solo han logrado parcialmente. Carmena se ha negado a retrocerder en sus planes, pese a que una votación lo exige.

Y eso que los vecinos se organizaron casi como una guerrilla. Un numeroso grupo apareció por sorpresa en uno de los llamados “foros”, los denominados “espacios participativos” y vinculantes que ha puesto en marcha el equipo de Ahora Madrid. Hasta el momento eran un órgano que solo interesaba a militantes de Podemos y movimientos vinculados al equipo de Gobierno. Pero en el de Chamberí se presentaron vecinos por sorpresa y ganaron masivamente la votación para revertir los carriles y la ordenación de Santa Engracia. Pese a la victoria de los vecinos, el Ayuntamiento se ha negado a hacerles caso, asegurando que es “imposible” revertir la situación.

UN 41% MÁS DE MUERTOS EN ACCIDENTES

Otro indicio de la mala calidad del tráfico en Madrid es el dramático aumento de muertos en las calles de la ciudad. En 2018, según datos de la Policía Municipal, murieron en las calles de Madrid 38 personas en accidentes de tráfico. En 2017 habían sido 27.

El año pasado 17 vecinos de Madrid murieron atropellados en sus calles. Y 14 motoristas fallecieron estrellados contra el asfalto. La subida realmente grave está aquí, entre los usuarios de los vehículos a dos ruedas. En 2017 fueron solo cuatro los fallecidos. El crecimiento es, por lo tanto, exponencial, y atribuible a las cada día más complicadas condiciones de conducción en la capital de España, muy bacheada y saturada de tráfico por las restricciones.

No es solo contaminación o problemas en el tráfico, alguno dramático como los fallecidos en accidente. Las consecuencias económicas del experimento de Madrid Central ya se han hecho sentir. La organización Madrid Foro Empresarial ha calculado en un 20% el descenso de las ventas en los comercios  del área central una vez pasado el Black Friday y activado Madrid Central. No solo los madrileños huyen del centro de Madrid para comprar, sino que la bajada se ha notado ya en los párkings municipales del centro, que han bajado en solo un mes de aplicación de las restricciones, un 10%. Las perdidas en ventas “ya irrecuperables” según las asociaciones de comerciantes, llegan al 50%.

Y eso que Madrid Central de momento es solo informativo. Las sanciones comenzarán en febrero, para cuando los responsables del Ayuntamiento realmente preparan la tormenta perfecta para el tráfico madrileño. Para esas fechas se multará en Madrid Central y además comienzan las obras de remodelación de Plaza de España. A solo tres meses de las elecciones municipales.