Uno de los fundadores de Vox arremete contra Monasterio

  • Juan Jara ha cargado contra la presidenta de Vox Madrid tras salir del partido.
  • Rocío Monasterio sigue sin deshojar la margarita: Alcaldía o Comunidad.
  • La financiación iraní ha supuesto otro quebradero de cabeza para el partido.

Vox ha dejado de ser una promesa para convertirse en una realidad. La formación ultraconservadora ha posibilitado el cambio en la Junta de Andalucía tras recabar casi 400.000 votos, las encuestas no paran de depararles alegrías y ahora encara el futuro con ilusión después de haber superado los 30.000 afiliados (campo en el que ganarían a Ciudadanos).

Pero no todo son alegrías. Santiago Abascal ha sido recibido con hostilidad por parte de la mayoría de medios de comunicación y Vox ha intentado canalizar estas críticas con un victimismo similar que contribuyó a que Donald Trump se instalase en la Casa Blanca.

Cierto es que algunos mastodontes mediáticos se han reposicionado para adaptarse a los nuevos tiempos: según adelanta Periodista Digital, Antena 3 ha fichado como colaboradores para ‘Espejo Público’ a Gonzalo Bans, Cristina Seguí y Carlos Cuesta, cercanos ideológicamente a la formación de Abascal.

ROCÍO MONASTERIO RECIBE ALGUNOS DARDOS

La presidenta de Vox Madrid está siendo diana de algunas críticas. Rocío Monasterio todavía no ha deshojado la margarita: aunque todas las quinielas apuntan a que competirá con Carmena, ella ha insinuado en Intereconomía TV la posibilidad de encabezar el cartel de la Comunidad de Madrid.

Juan Jara, exvicepresidente de Vox, no parece guardar un buen recuerdo de la hispanocubana después de haber sido expulsado del partido, tras haber acusado a Ortega Simth de haber contribuido en un altercado en una Asamblea General de Vox que acabó con denuncias por agresión.

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El exmilitante del partido de Abascal afirma que la «megaespañola es fría y calculadora, merodeadora, medradora, carita de no haber roto un plato nunca y con un afán de protagonismo ilimitado».

En un artículo publicado por Alerta Digital afirma que Monasterio «lleva 25 años intentando llegar a la política sin medir esfuerzos ni medios… sin experiencia alguna y ahí sigue. Sin experiencia. Sin escrúpulos. Sin que las personas les importemos».

Jara, que parece molesto por la polémica entrevista que le hizo Javier Negre a Monasterio en El Mundo, explica que a su excompañera «solo le importa tener poder, patrimonio, influencia, logia y vanagloria. En este caso es casi exhibicionismo. Miren bien el retrato: solo le falta un tango con Banderas y una estrella en las aceras de Hollywood».

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Juan Jara pidió la dimisión de Abascal tras el fracaso de las elecciones vascas en 2016. Foto: Alerta Digital.

Todos los partidos que han protagonizado la vida española durante las últimas cuatro décadas han sido acusados de ser financiados de forma irregular: Gregorio Morán aireó una carta de Juan Carlos I al sha de Persia en 1977 en la que el monarca pedía dinero para financiar la UCD y frenar el «marxismo» del PSOE.

En 1985 se archivó por falta de pruebas el caso Flick, operación con la que la socialdemocracia alemana habría inyectado grandes sumas de dinero en el PSOE. Felipe González se molestó en el Congreso: «Ni Flick ni flock», aunque luego Filesa aireó los trapos sucios de Ferraz y evidenció su sistema de «mordidas».

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En 1992 tampoco se libró el Partido Popular tras el caso Naseiro, que se repitió con mayores consecuencias judiciales en el caso Gürtel. Dos años después Julio Anguita afirmó que la acusación de que IU habría recibido dinero de la URSS era «una chorrada como un piano».

Podemos también sufrió la estigmatización con los evidentes vínculos financieros entre sus fundadores y Venezuela que, sin embargo, nunca han servido para probar que Chávez sufragó el nacimiento del partido liderado por Iglesias. Ciudadanos también tuvo su ‘Operación Libertas’ con el millonario euroescéptico irlandés Declan Ganley. CDC en Catalunya y ahora Vox también han tenido sus propios casos.

«A Monasterio solo le importa tener poder, patrimonio, influencia, logia y vanagloria. En este caso es casi exhibicionismo»

Vox denunciaba hace unos días la «invasión islámica» que supuestamente estaría sufriendo España. Sin embargo, El País explicó que un grupo iraní exterrorista, marxista, islamista y feminista ayudó al partido entonces liderado por Vidal Quadras para fundarse.

Según el citado medio, los exiliados del CNRI costeó «el día a día del partido ultra desde su creación hasta la llegada de esos comicios. Gastos como la fianza y el alquiler de la céntrica sede de la formación en la calle Diego de León de Madrid, los salarios de la plantilla, el sueldo del líder, Santiago Abascal —que en 2014 ocupaba el cargo de secretario general—, muebles y ordenadores corrieron a cargo del caudal económico extranjero».

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Santiago Abascal, presidente de Vox, durante un mitin para las elecciones andaluzas. Foto: Flickr Vox.

Vox ha admitido las donaciones tras puntualizar que no era financiación ilegal y faltar a la verdad al señalar que sus números económicos habían sido auditadas por el Tribunal de Cuentas, que nunca lo hizo porque Vidal Quadras no logró escaño en Bruselas.

OPTIMISMO MODERADO EN EL PARTIDO DE ABASCAL

Quizás ahora Vox intente limar su mensaje sobre el género femenino y su discurso antiautonomista para ganar simpatías en otros caladeros de voto. Pese a su vehemencia en dos asuntos tan delicados la ola de simpatías no deja de crecer. 

Tampoco en el campo mediático, donde cuentan con el apoyo explícito o implícito de Jiménez Losantos, Sánchez-Dragó, Alfonso Ussía, Antonio Burgos, Hermann Tertsch, Julio Ariza o Luis del Pino.