Los periodistas ven «imprescindible» que se investigue el espionaje de BBVA y Villarejo

La Asociación de la Prensa de Madrid (APM), ante las noticias aparecidas sobre las escuchas telefónicas encargadas por el BBVA a una empresa del excomisario José Manuel Villarejo, consideró hoy en un comunicado que es «imprescindible» que las autoridades judiciales investiguen y sancionen estas actividades, ya que pueden haber vulnerado el derecho de los ciudadanos a la privacidad de las comunicaciones.

En el caso de los periodistas, se sumaría a dicho delito el de vulnerar su derecho constitucional al secreto profesional, que es, a la vez, un deber que garantiza la confidencialidad de las fuentes de información. «Sin el secreto profesional, los periodistas no podrían asegurar el derecho de los ciudadanos a estar plenamente informados de las noticias de relevancia pública que se produzcan», indicó la principal asociación de periodistas que hay en España.

La APM recordó que la consecución de tales objetivos por parte de los periodistas debe realizarse utilizando métodos dignos para conseguir la información, lo que excluye los procedimientos ilícitos. «En ese sentido, los periodistas deben abordar los hechos respetando la legalidad, con criterio profesional, verificando y contrastando la información con las fuentes, para evitar ser manipulados y no terminar sirviendo a los intereses de los autores de tales delitos», concluyó.

BBVA ESPIÓ A PRISA, INTERECONOMÍA E HISPANIDAD

MONCLOA.COM incluyó entre las informaciones sobre este caso que el BBVA espió de la mano de Villarejo a directivos y periodistas de los grupos PRISA e Intereconomía, así como al digital Hispanidad.

En el caso de PRISA, situaba a dicho grupo mediático en el bando hostil a FG, Francisco González: se controlaron citas y teléfonos de periodistas y de algunos de sus hombres más significativos como Gregorio Marañón o Matías Cortés. Lo prueba la documentación acumulada en la operación Trampa que facturó Villarejo al BBVA y que obra en poder de MONCLOA.COM.

En los informes que Villarejo hacía llegar quincenalmente al BBVA desde el arranque situó como objetivos a Cortés y Marañón. Consideraba que el asalto a la cúpula del banco estaba pilotado por ambas personas de la máxima confianza de Polanco y “evidenciaba el grado de implicación del SCH (como entonces se llamaba el Santander) y Prisa en el proyecto de derribo de K”. El alias de ‘K’ fue el elegido por el policía encubierto para referirse a su cliente, el BBVA.

Villarejo lanzaba alarmas sobre el papel del poderoso grupo mediático: “Ante la confirmación de estos hechos, dada la importancia que supone intentar bloquear la actividad tanto de BOTE (Emilio Botín) y como de PRISA se adopta la doble estrategia de intensificar las contramedidas contra dichos objetivos”.

El 19 de de enero de 2005 los detectives de Villarejo “detectan un encuentro donde entre otros están varios periodistas de PRISA y Carlos Arenillas (vicepresidente de la CNMV).Ante la conducta de extrema clandestinidad detectada se avisa a T (Julio Corrochano, jefe de seguridad del BBVA) y se adelanta que por las fuentes infiltradas en el GH (grupo hostil) se trata del inicio del ataque fuerte contra FG que se estaba esperando”.

“En su boletín de las 2.00, la Cadena Ser abrió con la noticia sobre un “supuesto fraude contable” que se remonta a 1996 cuando, al parecer, en la compra de la sociedad FG valores propiedad del presidente de K, por parte del estadounidense Merryl Lynch, se advirtió un descubierto contable de varios cientos de millones de pesetas”, detalla Villarejo.

“Ese mismo día este GIA activa la red de colaboradores relacionados con medios de comunicación para contrarrestar la campaña de PRISA“, explica Villarejo a su cliente, el BBVA.

En un momento dado, el comisario hoy detenido por espionaje y extorsiones, analiza una reunión de los máximos directivos de PRISA en el parador de Segovia en enero de 2005. Aunque la reunión no era pública, Villarejo se jacta de poder “reproducir la charla entera”.

Tras exponer su contenido (nuevo sistema de facturación, implementación del SAP y motivación de los trabajadores vía Recursos Humanos…) luego pasa a un terreno más inquietante: “Quedaron en tener el fin de semana una reunión urgente Rafael Irago como el máximo responsable de la cadena Daniel Gavela...varias llamadas desde el 91 347 08 23 al número que corresponde a un despacho del Congreso de los Diputados aunque no se ha podido constatar aún el titular”.

Los teléfonos de Matías Cortés y de Gregorio Marañon aparecen anotados e identificados en los trabajos de control de llamadas de Vilarejo. Las llamadas de GREGO(Marañon) son abundantes en el tráfico de llamadas en poder ilegalmente del GIA (Grupo de Investigación y Análisis) que pilota el comisario.

Marañón se ha ganado tal espionaje porque “reúne la doble condición de exdirectivo de K y persona muy vinculada a banco de BOTE (Botín) y al grupo PRISA. Se muestra especialmente activo en todo momento informando de cualquier incidencia o nuevo acontecimiento, contactando de manera directa con CAIN (Jesús María Cainzos,  vicepresidente del BBVA destituido por FG)”.

Pero PRISA no podía ser malvada en solitario en el análisis elevado a FG: “La estrategia maquiavélica del Grupo Prisa, aunque fue supervisada por MAX (Matías Cortés), fue teledirigida por MICKY (Miguel Sebastián), que logró convencer a Zapatero de la necesidad de mantener el pulso. Con la denuncia y la posterior filtración a la SER, se buscaba obligar a Conthe (presidente de la CNMV) a que actuara contra el presidente de K”.

Tal actitud del grupo de Polanco debería tener un castigo: “Los agitadores de PRISA han actuado como meros creadores de montajes. La actitud impune con la que actuaron exigía que se les crease cierta inestabilidad, incluso la posibilidad de que pudiesen llegar a sentirse perseguidos por otros periodistas. Esto es lo lo conseguido a través de un medio digital”.

No sólo se hacen rastreos de encuentros o llamadas de periodistas o directivos de PRISA. Se analizan todas las sociedades y vínculos de PRISA y se enuncian “sociedades instrumentales manejadas por el propio Matías Cortés”.