Calderas de leña

La utilización de la leña para generar calor, es tan antigua como el descubrimiento del fuego por el ser humano.

Hoy en día, las estufas y las calderas de leña, siguen siendo utilizadas debido a su alto rendimiento, a la vez que, por ser una opción bastante económica, debido al precio asequible de la leña.

La leña se puede utilizar como tradicionalmente la conocemos, y presentada en briquetas.

La mejor leña es la seca, debido a su poder calorífico, casi el doble que la leña verde. Las preferidas por los usuarios por su calidad y su dureza, son las de encina y olivo, aunque también son apreciadas las de roble, algarrobo, almendro, etc. En cualquier caso, es importante tener en cuenta que la leña seca y dura, además de su poder calorífico, ayuda a mantener y mejorar el rendimiento de nuestra caldera.

Existen diferentes modelos de calderas que van desde las más sencillas, hasta las más sofisticadas, que permiten que la alimentación de troncos se realice una sola vez al día.

En términos generales, una caldera de leña es un sistema de calefacción central. Está compuesta de una cámara de combustión y una cámara de carga. En esta se introduce la leña de forma manual. La leña proporciona la energía necesaria para que se caliente agua a través de un intercambiador de calor. El agua se distribuye a través de radiadores, o por suelo radiante.

Existen en el mercado varios tipos de calderas de leña. Las llamadas de baja temperatura trabajan con temperaturas entorno a los 40 grados, y a diferencia de las calderas convencionales no tienen que mantener la temperatura constante de la caldera, por lo que se consigue un buen rendimiento. Son más baratas que las calderas de condensación, pero su consumo es mayor.

Las calderas de leña llamadas de condensación aprovechan el calor que genera el humo al condensar el vapor de agua. Tienen un mejor rendimiento energético que las convencionales y de las de leña de baja temperatura. Se estima que generan ahorros de energía superiores en un 30% a las convencionales. Esta tecnología es la que se utiliza en las calderas de pellets.

Son consideradas como una de las más eficientes. Y además las emisiones de NOx que emiten son muy bajas.

Existen también en el mercado las calderas de leña mixtas o duales, que permiten alternar el uso del pellet y la leña. En estas calderas, se une la ventaja de utilizar combustibles a buen precio, en una sola cámara de combustión.

En resumen, estas calderas ya sean de pellet, leña, briquetas, astillas, etc. además de permitirnos ahorrar, no provocan daños en el medio ambiente.

Son una solución muy interesante, sobre todo para usuarios que residen en entornos donde se dispone de madera de forma natural. Esto unido a que cada vez se utiliza una tecnología superior en su fabricación, permite un alto rendimiento y una cada vez mayor comodidad y autonomía en el uso de estos aparatos.

Cuando utilizamos una caldera de leña o de pellet, contribuimos a la mejor conservación de los bosques, lo que sin duda conlleva una mayor riqueza ecológica y medioambiental.