Varios policías declaran que ‘El Gordo’ daba 6.000 euros al mes en efectivo a sus parientes

Manuel García Castellón, titular del juzgado número 6 de la Audiencia Nacional, ha avanzado en los indicios delictivos que obran en la causa de Tándem contra el comisario Enrique García Castaño, El Gordo. El juez posee ya testimonios de agentes que han admitido que hacían entregas mensuales de dinero en efectivo a la exesposa e hija de dicho comisario procedentes de García Castaño.

Tales sumas repartidas en mano a ambas mujeres por estos policías recaderos del comisario García Castaño superaban, con mucho, todos sus ingresos oficiales (entre 3.000 y 4.000 euros mensuales a cada una), según han confirmado fuentes de la investigación a MONCLOA.COM. Compañeros de profesión le estiman unos ingresos oficiales de unos 4.000 euros netos.

Por añadidura, estas remesas en metálico de García Castaño a sus parientes, según las pesquisas bancarias que pilota el juez, supuestamente no salían de su cuenta oficial, ya que no registraba dichos movimientos. Por tanto, la hipótesis de los investigadores es que era dinero ajeno a su circuito de nóminas como funcionario de la Policía.

Esta operativa irregular la apuntala el testimonio judicial de varios agentes que hicieron de recaderos. Si se confirman estos trasiegos de dinero ajeno a su salario como comisario de la UCAO (Unidad Central de Apoyo Operativo) de la Comisaría General de Información, quedarían en grave peligro jurídico la exmujer e hija de García Castaño.

Les situaría, de acreditarse las sospechas, en la antesala de un delito de blanqueo de capitales continuado no sólo por su opacidad, sino por su presunto origen delictivo en labores de espionaje o extorsión vinculadas a José Manuel Villarejo. El propio García Castaño, al margen de los documentos de Villarejo que obran en la causa, ya ha admitido que prestó apoyo profesional a dicho comisario por orden de sus jefes.

Pero los investigadores presumen que la colaboración de García Castaño no era gratuita por diversos indicios ya acumulados en la causa. A García Castaño le tocará explicar ante el juez, previsiblemente mañana, de dónde salía tal maná en efectivo que compartía con su exmujer e hija.

Los investigadores tuvieron noticia de un convenio de divorcio por el que García Castaño debía hacer entrega de una pensión similar al 100% de su salario a su exmujer. Esto les planteó a los agentes el interrogante obvio: ¿De qué vivía ‘El Gordo’ si debía entregar todo su salario a su exmujer?

Por otro lado, la investigación ha producido ya serios avances en la práctica delictiva que se le suponía: buscar teléfonos de espiados por Villarejo, identificar al titular de un número y facilitar tráfico de llamadas, algo que ya se apuntaba en al menos dos trabajos de Villarejo (espionaje a una de las hermanas García Cereceda y enemigos de FG) a tenor de la propia documentación que producía el propio comisario hoy preso.

Si el juez envía a prisión a EL Gordo, como previsiblemente pedirán los fiscales y acusaciones, tendrá un claro significado: el juez no se ha creído que diera todos los teléfonos o sus tráficos a Villarejo por orden de sus superiores. O, en todo caso, entiende que este permiso ni está probado ni resulta relevante ya que seguiría siendo una actuación ilegal. Ningún policía debe obedecer una orden ilegal. Es algo que todo funcionario de Interior conoce desde el 23-F.

Pero si cristaliza tal orden de prisión para el comisario García Castaño se lanzaría un segundo mensaje a los miembros de esta trama policial: el juez no se come la coartada de los grandes servicios a la Patria ni los secretos de Estado cuando toca ventilar puras labores de extorsión o espionaje con fines crematísticos.

COCHES EN SOCIEDADES DE VILLAREJO

Meses atrás, en sede judicial, se le preguntó a García Castaño por qué su exmujer y su hija tenían coches BMW registrados en sociedades de Villarejo. El Gordo alegó que para ahorrarse el IVA y, en el caso de su exmujer, para que pasara desapercibido puesto que era muy conocida de ETA. Admitió que dio el dinero en efectivo a Villarejo para que hiciera la transferencia por tales vehículos desde sus empresas.

García Castaño, además, pidió consejo a Villarejo para que le recomendara cómo pagar parte de una casa de su hija con dinero negro. «¿Quién no tiene dinero en B?», argumentó García Castaño ante el juez. Y explicó sin rubor que todos los años reunía 16.000 euros para pagar la anualidad del alquiler a su casero con dinero en efectivo.