Así es el juego de tronos del despacho de Sol

Cuidado con el trono del despacho de la Comunidad de Madrid. Desde hace algún tiempo, todo hombre o mujer que se sienta acaba en la cárcel, dimitiendo o apartado de las listas. Este es el caso de Esperanza Aguirre, Ignacio González, Cristina Cifuentes o Ángel Garrido. Los cadáveres se cuentan al mismo ritmo que personajes mueren en la mediática serie de HBO.

Este ‘film’ lo comenzó Esperanza Aguirre en el año 2012. La que años después fuera candidata a la Alcaldía de Madrid por el Partido Popular decidió abandonar el Gobierno Regional ante la sorpresa de propios y extraños. “Tengo la certeza de que, para un político, es absolutamente esencial elegir el momento de su retirada y la forma de hacerla. Y este era el mejor momento», afirmó Aguirre.

Aunque en aquel momento afirmó que se retiraba de manera definitiva «de la primera política», Aguirre volvió con fuerzas renovadas para liderar la Ciudad de Madrid. Pero la maldición del sillón de la Comunidad de Madrid ya perseguía a la exlíder de la formación ‘popular’ en Madrid y Manuela Carmena le arrebató sobre la bocina el bastón de mando.

Antes de marchar del Gobierno Regional, Aguirre decidió nombrar a Ignacio González, su ‘segundo’ en esos momentos, como nuevo presidente de la Asamblea. “Me parece la persona con más experiencia y mejor dotada, conoce perfectamente la Administración municipal y la Administración general del Estado… Creo que es una persona enormemente trabajadora y un gran jurista», explicó Aguirre de su sucesor.

Y en realidad la ‘popular’ no se equivocaba. González conocía muy bien la Administración Municipal y la del Estado… Tanto la conocía que consiguió escudriñar un plan para enriquecer su patrimonio personal a través de la empresa pública del Canal de Isabel II. El denominado ‘caso Lezo’ enterró a González que no repitió como candidato a la Comunidad de Madrid en las elecciones de 2015, último año en el que ejerció como presidente de este organismo. Un nuevo cadáver más que arrastraba también a su exjefa, Esperanza Aguirre, que dimitía como portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid por no haber «vigilado» más a su ‘segundo’.

En abril del año 2016, González entró en prisión, pero sólo duraría en ella hasta noviembre del 2017. El expresidente de la Cámara Regional salió bajo fianza de 400.000 euros de la prisión en la que estaba con carácter preventivo. Está imputado en varias piezas del caso de corrupción en el Canal de Isabel II conocido como ‘Lezo’ en la Audiencia Nacional y la causa por el ático sigue abierta en un juzgado de Estepona.

CIFUENTES, EL MÁSTER Y EL VÍDEO

Con Aguirre fuera de la política y González en prisión parecía que los males del PP en Madrid se habían acabado. Cristina Cifuentes se erigió como la figura que iba a representar al nuevo Partido Popular. Una formación más transparente, donde las mentiras y la corrupción no tenían cabida. Pero la maldición del trono Regional era más fuerte que las promesas de la expresidenta.

En este caso no fue la sombra de la corrupción -que la había- la que acabó con Cifuentes, sino un simple falso máster universitario. El 4 de abril de 2018 compareció de forma extraordinaria ante el pleno de la Asamblea ante un requerimiento de explicaciones por presuntas irregularidades de su expediente académico en lo relativo a la adquisición de su título de máster en derecho autonómico en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC).

Cifuentes
La expresidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes dando explicaciones sobre su máster. Foto: PP

Las explicaciones no dejaron satisfecha a la oposición. De hecho, el PSOE presentó una moción de censura y presentó a su candidato Ángel Gabilondo. Pero esta moción nunca se llegó a celebrar, porque fue la propia Cifuentes la que decidió dimitir antes de que esta tuviera lugar. Un vídeo suyo robando unas cremas en un supermercado cuando era vicepresidenta de la Comunidad de Madrid del gobierno de González terminaron por derrocar a Cifuentes. Tres años duró en el sillón, igual que su antecesor. La maldición seguía.

GARRIDO AL RESCATE

El revuelo causado por el ‘caso máster’ fue tal que incluso la sombra de una celebración de elecciones autonómicas anticipadas sobrevoló en la Cámara Regional. Pero entonces emergió Ángel Garrido, ‘número dos’ de Cifuentes para apagar el fuego. Se hizo con el mando de la Asamblea y permanecer como presidente hasta el 11 de abril de este 2019.

Cerca de un año de mandato que despertaron en él las ganas de repetir como candidato en los próximos comicios autonómicos de mayo. El problema es que el Partido Popular tenía otros planes para él. Primero sonó como posible candidato a la Alcaldía de Las Rozas, pero al final la Dirección Nacional de la formación ‘popular’ le incluyó en la lista del PP para las elecciones al Parlamento Europeo de 2019 en España. Un retiro más dulce de lo previsto pero que le apartaba de igual manera del deseado y maldito despacho de Sol.

PEDRO, EL BREVE

Ahora, a un mes de las elecciones toma la Presidencia en funciones Pedro Rollán, el hasta ahora vicepresidente de la Comunidad de Madrid. Rollán ha vivido un ascenso meteórico desde que el año 2015 Cifuentes reclamó al exalcalde de Torrejón de Ardoz para su Gobierno Regional. Tras pasar por varias Consejerías -entre ellas las de Transporte-, Rollán ascendió a la Vicepresidencia tras la dimisión de la propia Cifuentes.

El presidente en funciones estará sólo un mes en el trono Regional, pero ¿será suficiente para que esta maldición le persiga? Todavía no se han publicado del PP al Ayuntamiento de Madrid y a la Comunidad de Madrid, pero Rollán no aparece en demasiadas quinielas, o al menos no muy arriba de ellas. Que continúe el juego de tronos del despacho de Sol.