Rivera, una campaña contra Sánchez y los independentistas

El líder de Ciudadanos y candidato a la Presidencia del Gobierno, Albert Rivera, busca superar al PP en las elecciones generales de este domingo tras una campaña centrada en atacar al candidato del PSOE, Pedro Sánchez, advirtiendo de que pretende pactar con los partidos independentistas y nacionalistas.

La campaña electoral de Cs ha girado en torno a la idea de que, después del 28 de abril, solo hay dos opciones: o gobierna Sánchez junto a Podemos y con el apoyo partidos como ERC, el PDeCAT, el PNV o Bildu, o gobierna la formación naranja junto al PP para no dar «ni agua» al nacionalismo.

Ese fue el escenario que dibujó la Ejecutiva de Ciudadanos a mediados de febrero, tras la convocatoria de elecciones anticipadas, al negarse a pactar con el PSOE, y que luego confirmó Rivera al proponer al PP un futuro Ejecutivo de coalición.

Durante un tiempo, el candidato de Cs insistió en que lo importante no era cuántos escaños consiguiera su partido y cuántos el PP, porque el objetivo era poder sumar una mayoría alternativa a la que pueda encabezar el presidente del Gobierno.

LOS DEBATES, PUNTO DE INFLEXIÓN

Sin embargo, la situación cambió a comienzos de esta semana a raíz de los debates electorales, de los que Rivera salió muy satisfecho por el papel protagonista que tuvo y que, según la formación naranja, provocó un aumento de su apoyo electoral.

Es por eso que en los últimos días de la campaña, ha repetido el mensaje de que hay un empate entre el PP y Ciudadanos en las encuestas y que, por lo tanto, tiene opciones de encabezar un Gobierno.

Además, a lo largo de estos quince días, el líder de la formación naranja ha hecho varios llamamientos a los electores indecisos y ha animado a la participación en los comicios, consciente de que si esta es baja, le podría perjudicar.

«Ciudadanos va a dar la campanada», aseguraba Rivera estos últimos días, evocando los buenos resultados de su partido en las últimas elecciones autonómicas en Cataluña y Andalucía. Eso sí, a continuación advertía de que la diferencia entre el bloque de Sánchez y el de sus oponentes por la derecha iba a ser de solo unos pocos escaños.

NO DA PROTAGONISMO A VOX

Ciudadanos siempre ha dado por sentado que dentro de su bloque estaría Vox, no formando parte del Gobierno pero sí apoyando la investidura de Casado o de Rivera para sacar a Sánchez de la Moncloa.

Aun así, el candidato ‘naranja’ ha evitado en todo momento mencionar al partido ultraconservador y ha tratado de ignorarlo. Lo que sí ha hecho es marcar distancias con ellos en aspectos como su postura sobre el colectivo LGTBI, su intención de subir el IRPF a los mileuristas o la propuesta de Santiago Abascal sobre tener armas en casa para autodefensa.

El discurso de Rivera en esta campaña ha consistido en presentar a Sánchez como un político «sin escrúpulos» y «capaz de cualquier cosa» por mantenerse en el poder, como permitir que Podemos dispare los impuestos o hacer todo tipo de concesiones a las fuerzas independentistas y nacionalistas.

Desde transferir más competencias a la Generalitat de Cataluña a abrirse a un referéndum de autodeterminación, pasando por la concesión de indultos a los políticos que sean condenados por el proceso independentista.

SÁNCHEZ COMO «PELIGRO PÚBLICO»

Por estos motivos, Rivera sostiene que el candidato del PSOE es un «peligro público» y que echarle de la Moncloa es una «emergencia nacional». Además, lo ha descrito como un político «sectario» que promueve la división y la polarización.

El enfrentamiento entre ambos se vio claramente en los debates electorales, que permitieron a Rivera interpelar al presidente socialista sobre el supuesto plagio de su tesis doctoral, los casos de corrupción del PSOE o los posibles indultos a los separatistas.

Durante los días en que Rivera se dedicó a prepararse los debates e Inés Arrimadas tomó las riendas de la campaña, la candidata al Congreso por Barcelona se centró en advertir de los peligros del nacionalismo.

Denunció sobre todo el «abandono» de los catalanes no independentistas por parte de los sucesivos Gobiernos nacionales del PP y del PSOE y afirmó que el líder que mejor les puede proteger es Albert Rivera.

«Soy uno de los vuestros, catalán y constitucionalista, y os voy a defender desde el Gobierno», aseguró el candidato a la Moncloa en el mitin del pasado jueves en Barcelona.

ACTOS EN RENTERÍA Y TORROELLA

Ese fue también el telón de fondo del mitin que Rivera ofreció en Rentería (Guipúzcoa) y de la visita de Arrimadas a Torroella de Montgrí (Girona), donde fueron insultados e increpados por manifestantes que les gritaban que se fueran.

Tras los incidentes de Rentería, que fueron denunciados ante la Fiscalía, el presidente de Ciudadanos ha reivindicado su derecho a visitar cualquier pueblo de España, también aquellos donde, a su juicio, «no hay libertad» para expresarse.

Al explicar las propuestas electorales de Cs, Rivera ha incidido en las que no gustan al nacionalismo, como la tarjeta sanitaria única para toda España, la eliminación de «barreras lingüísticas» para los funcionarios, la asignatura sobre la Constitución o la exigencia de al menos el 3% de los votos a nivel nacional para entrar en el Congreso.

Pero también ha destacado otras propuestas, como el plan nacional contra la despoblación, las medidas para favorecer a los autónomos, el contrato único, las ayudas económicas a las familias con hijos o el pacto nacional por la educación.

CIUDADANOS SÍ CREE EN LA VICTORIA

Puesto que ve al PP como su futuro socio, en este periodo electoral Ciudadanos ha evitado criticar a Casado con dureza, limitándose a pedirle que espabilase, porque le veía «desinflado» y perdiendo votos. «Yo sí tengo energía y ganas, yo sí creo en la victoria», repetía Rivera.

Sin embargo, el mayor golpe de la formación naranja al PP se produjo cuando, el pasado miércoles, el expresidente de la Comunidad de Madrid Ángel Garrido anunció que dejaba el PP para incorporarse a la candidatura de Cs a las elecciones autonómicas.

Rivera utilizó este fichaje para presentar a su partido como «el proyecto ganador, la casa común del constitucionalismo» y un espacio «moderado y de centro» para políticos del PP y del PSOE que dejaron de sentirse cómodos en sus respectivas formaciones.

De hecho, su pretensión ha sido siempre presentar Ciudadanos como un partido ubicado en el centro que aspira a unir a todos los «moderados» y «constitucionalistas». «Quiero ser el presidente de todos los españoles», repetía.

16 PROVINCIAS

Durante esta campaña, el candidato a la Moncloa ha visitado once provincias de ocho comunidades: Madrid, Segovia, Valladolid, Málaga, Sevilla, Guipúzcoa, Albacete, Murcia, Alicante, Valencia y Barcelona. A estas se suman otras cinco provincias donde ha habido actos de Arrimadas: Salamanca, León, Cádiz, Huelva y Girona.

Aunque estas dos semanas se han enfocado principalmente en Levante, Andalucía y Castilla y León, en la precampaña Rivera empezó a recorrer la geografía española desde el momento en que se convocaron las elecciones, a mediados de febrero.