Tras el shock, reacción, “imaginación no nos falta”, asegura un veterano político. El resultado de las elecciones generales ha hecho que buena parte del electorado de PP, Ciudadanos y Vox se replantee qué hacer de cara a la cita con las urnas del 26 de mayo para evitar otra victoria de la izquierda. Una de las propuestas que más fuerte está pegando en los grupos de whatsapp es hacer un novedoso 1+1+1 de cara a esta cita local, autonómica y europea.
“Por la unión del centroderecha”, es la frase que encabeza estos mensajes que circulan entre afines de las tres formaciones. “No nos gusta lo que ha pasado en las elecciones generales. Hemos perdido por desunión. Ahora tenemos la posibilidad de corregir”, explica este texto. La forma de enmendar este supuesto “error” es repartir el voto en un nuevo 1+1+1.
Este reparto comienza con la formación que dirige Albert Rivera: “Municipales a Ciudadanos, por ser los más imaginativos”. El Partido Popular se lleva su parte, los votos en las elecciones autonómicas. La razón para hacerlo así, según este argumentario, es que “son los mejores administradores de la educación y la sanidad”. “Que es la política autonómica”, subraya este mensaje distribuido masivamente.
Finalmente incluso encuentra una razón para repartir su porción a Vox. En este caso propone votar a la formación de Santiago Abascal a las europeas porque –afirma– “son los que mejor vigilan los intereses y la imagen de España”. No se sabe si esto último está asociado a la exhibición de la iconografía legionaria y de la reconquista.
El mensaje, enviado por la mensajería instantánea whatsapp, circula sobre todo entre militantes y simpatizantes de las tres formaciones en Madrid. Eso significaría que se repartiría el voto entre la opción de Begoña Villacís para el Ayuntamiento de la capital, Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad y la lista europea de Vox.
UN 26M A CARA DE PERRO EN MADRID
Las dos primeras elecciones van a estar muy repartidas, según las encuestas y los resultados de la generales, en las que ganó el PSOE. Ciudadanos dio un ‘sorpasso’ en la Comunidad de Madrid, pero no en la capital.
El PP ve opciones claras de gobierno en el caso del Ayuntamiento de Madrid, con la candidatura de José Luis Martínez Almeida. La suma de los tres partidos supuso el 53% de los votos en la capital. Además, las opciones de izquierdas se presentan enormemente fragmentadas. Por un lado la candidatura recién montada con un outsider de la política, Pepu Hernández (ex seleccionador de baloncesto); por otro la de Manuela Carmena, pero ajena a lo que fue Ahora Madrid y unida a Errejón; finalmente, la lista de los concejales de su equipo de Gobierno, con los que ha estado enfrentada durante los cuatro años de complicada legislatura, encabezada por Sánchez Mato.
La división de la izquierda se mantiene aún más acentuada en la Comunidad de Madrid, donde es Íñigo Errejón quien encabeza la opción ‘carmenista’, llamada en esta ocasión Más Madrid. El enfrentamiento con Podemos es mucho más agudo. Díaz Ayuso ha presentado una complicada lista que competirá con la de Ignacio Aguado (Ciudadanos), que lleva en la suya al anterior jefe de los de Ayuso, el ex presidente Ángel Garrido. Por su lado Vox presenta a uno de sus pesos pesados, Rocío Monasterio, presidenta de la formación de Abascal en Madrid.
La Comunidad de Madrid gestiona un presupuesto inmenso. Por su lado, el Ayuntamiento de la capital, ser alcalde de Madrid, es uno de los cargos más destacados y de mayor proyección de España.
Este tipo de mensajes llega cuando hay la conciencia en los líderes del centroderecha de que una parte de su derrota ha venido dada por errores estratégicos relacionados con la repentina división en dos formaciones de derechas, y el viaje de Ciudadanos hacia los votantes del PP. Muchas voces de partido de la calle Génova piensan que la renuncia al centro ha sido una ventaja excesiva concedida tanto al PSOE como a Ciudadanos.
«Aguirre, por ejemplo, tocaba todas las cuerdas de la guitarra», asegura a MONCLOA.COM una persona con largos años de militancia y trabajo en el partido. Es decir, que de su origen centrista y liberal tenía recorrido ideológico hasta la derecha. De hecho, Aguirre solía afirmar que quien tenía carga de derechas era Cristina Cifuentes, un perfil que hasta su derrumbe era claramente centrista en el PP.
La batalla por Madrid va a ser intensa. El enorme caudal presupuestario de la Comunidad Autónoma madrileña, unido a la carga simbólica –y de poder real e institucional– de la alcaldía de Madrid hace augurar que todos los partidos echarán la carne en el asador. Si ya antes de la debacle del 28A un dirigente aseguraba que «quien se la juega en Madrid es Pablo Casado», en alusión al peso que iba a tener en la campaña, ahora esta cita electoral ha cobrado el aspecto de un «a vida o muerte» para la actual dirección de la calle Génova. Y en tiempos de zozobra, hasta un 1+1+1 puede ser una buena trinchera.