Un grupo de migrantes bajo los mares de plástico del sureste español parecen el mejor caldo de cultivo para Vox. El partido que lidera Santiago Abascal ha diseñado su hoja de ruta para el 26-M con tres objetivos fundamentales.
Posibilitar mayorías del centro-derecha sin entrar en los equipos de Gobierno, fiar su destino al sur tras su varapalo en el norte y poder conquistar alguna alcaldía para demostrar que, además de retórica, pueden exhibir gestión.
En el mapa de España tres chinchetas aparecen clavadas en el horizonte de Vox: Almería, la Región de Murcia y la Ciudad Autónoma de Ceuta. Estos tres caladeros de votos tradicionales del Partido Popular podrían sufrir un vuelco histórico.
ALMERÍA, OBJETIVO PARA SANTIAGO ABASCAL
Vox logró el tercer puesto en Almería en las generales del 28 de abril con el 19,2% del voto. En el oriente andaluz consiguieron algunos resultados muy reseñables, especialmente en El Ejido, donde ganaron con el 30% del escrutinio.
La débil estructura del partido impedirá a Vox concurrir en casi el 80% de los ayuntamientos andaluces, pero sí que concurrirán en El Ejido, ciudad en la que Juan José Bonilla intentará asaltar el trono del popular Francisco Góngora, que hasta ahora gobernaba con mayoría absoluta.
Bonilla tendrá que sortear la polémica que se ha levantado por la dimisión del excoordinador local del partido, Fran Cara, que según Vox «decidió presentar, de manera libre y voluntaria, su renuncia a formar parte de la candidatura con la que Vox concurrirá a las próximas elecciones en el municipio de El Ejido».
Y añadían: «Desde la agrupación local agradecemos profundamente la labor realizada por Francisco Cara y su compromiso para con la formación política. Sin embargo, entendemos que es necesario emitir este comunicado para despejar cualquier tipo de duda y dejar claro que Don Francisco Cara renunció voluntariamente a ser miembro de la candidatura municipal de Vox por motivos ajenos a esta formación política».
Fran Cara explicó a través de las redes sociales que se afilió al partido porque le gustaba «su proyecto y por ayudar económicamente con mi granito de arena… He colaborado como coordinador porque nadie apostaba por Vox en El Ejido ni nadie quería ser coordinador. Yo me ofrecí de manera desinteresada, he ayudado y trabajado de forma incansable por mi partido y mis ideales».
El excoordinador local denuncia que fue «cesado de mi puesto como coordinador a través de un whatsapp por parte del Secretario provincial Carlos del Campo» y posteriormente notó «cambios que no me gustaban, pero nunca he hablado. siempre me he mantenido en mi sitio para no buscar la polémica. No es mi objetivo ni lo será».
Cara admite que «es cierto que contaron conmigo para formar parte de la lista. Yo me negué porque era una lista creada a dedo, entre amigos, conocidos… Además de haber personas que no son de mi agrado en ella, personas que han hablado mal de mí a mis espaldas y ahora me ponen cara bonita diciendo cosas que no son».
Según él, en Vox «no contaron con afiliados y compañeros que estuvieron desde el primer momento trabajando y apoyando el proyecto de Vox y yo no estaba dispuesto a traicionarlos porque no se lo merecían, mis principios no me lo permitían. No estaba dispuesto a apoyar un proyecto que ni siquiera pertenece a los principios del partido«.
VOX, POSIBLE LLAVE EN LA REGIÓN DE MURCIA
En la Región de Murcia, Vox podría repetir el experimento andaluz posibilitando un acuerdo entre ‘el trío de Colón’. El partido de Abascal logró un 18,6% en la comunidad autónoma y alcanzó un 25% en Torre Pacheco, donde un tercio de la población es migrante.
Vox también deberá sortear un lío interno tras la dimisión del vicesecretario de implantación territorial, Daniel Ruiz, que denunció que el candidato autonómico Pascual Salvador Hernández «actúa sin propuestas, sin discurso y sin dar la cara».
Ruiz, que fue candidato en 2015 a las autonómicas y a las generales en la Región de Murcia, acusó a Salvador de «endiosamiento» y de actuar con «despotismo». Según explica, desde Madrid le ofrecieron ser el número dos de Vox al Congreso, pero Salvador vetó su candidatura porque denunció que el dinero de los afiliados tuviese como destino pagar el sueldo de Abascal.
«Los recursos de un partido político, que no cuenta con financiación pública, se dedicaran a pagar sueldos, mientras algunos de nosotros perdíamos mucho dinero, además de otros problemas de índole personal», señalaba el candidato en 2015.
No es la única polémica de Vox en la región: La Marea ha denunciado que el coordinador de Vox Cartagena, Luis Armada Dorta, utilizó un sistema opaco para recaudar fondos que se agruparon en una cuenta personal que escapaba a la fiscalización del Tribunal de Cuentas.
Otro afiliado de Vox en Murcia denunció al Ministerio de Industria que en un bajo comercial de la localidad de Alcantarilla que tenía «la luz pinchada» se celebraban reuniones internas del partido lideradas por Aurora Ortega, candidata local.
CEUTA COMO MODELO A EXPORTAR
Vox no alcanzó el 5% del voto el 28-A en Navarra, Euskadi y Cataluña y superó este pírrico porcentaje en Galicia y Canarias. En la circunscripción que logró mejores resultados fue en la Ciudad Autónoma de Ceuta, donde alcanzaron el 23,96% del voto. Y aquí podrían demostrar su nivel de gestión si consiguen ‘sorpassar’ al PP.
El partido que lidera Santiago Abascal también podría tener la llave en la Comunidad de Madrid, tiene opciones según el CIS de irrumpir en los parlamentos de Cantabria y Asturias y tiene opciones de alcanzar escaños en Baleares, Canarias, Castilla La Mancha, Navarra y Castilla y León.
Entre los grandes ayuntamientos podría conseguir representación en Madrid, Zaragoza, Valencia y Sevilla. En esta última capital parten con serias opciones de la mano de Cristina Peláez, que repite como candidata y está centrado su discurso en prometer que eliminará a los «okupas y gorillas» de la ciudad hispalense.
