El mismo día en que se conoce la fecha para el debate de investidura, que comenzará el próximo 22 de julio y cuya votación está prevista para el día 23, desde Unidas Podemos tensan la cuerda con el candidato a la Presidencia del Gobierno. La portavoz de la formación ‘morada’ en el Congreso, Irene Montero, ha advertido al presidente en funciones, Pedro Sánchez, de que se encamina hacia una investidura fallida, añade, si se niega a negociar con el objetivo de «presionar a Ciudadanos».
«El 22 de julio es la fecha elegida por el PSOE para el primer debate de investidura. Sánchez camina a una investidura fallida sin negociar nada con nadie para presionar a Cs, pero es posible un gobierno de coalición progresista en julio. No renunciamos» –explica en un mensaje en su cuenta de Twitter–.
Montero ve en el anuncio de la fecha del pleno un síntoma de que al PSOE le interesa una investidura fallida
Después de que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, haya anunciado que la fecha decidida para la sesión es el 22 de julio, con una primera votación el 23 de julio, Montero ha valorado así el anuncio y ha recalcado que aún es posible ese acuerdo entre Unidas Podemos y PSOE en julio.
Por otro lado, a pesar de que Batet ha señalado que antes de su comparecencia ante la prensa ha informado a «todos los portavoces y presidentes de los grupos parlamentarios» de la fecha elegida, Montero señala que el anuncio del pleno se ha hecho sin comunicarlo previamente a los grupos y dice que «es una falta de respeto institucional innecesaria».
Que la Presidenta del Congreso anuncie la fecha elegida por Pedro Sánchez sin comunicarlo antes a los grupos (al menos no al nuestro) es una falta de respeto institucional innecesaria, síntoma de que el interés del PSOE es más una investidura fallida que un acuerdo de Gobierno«, explicaba en ese segundo mensaje en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el coordinador federal de IU, Alberto Garzón, también se ha valido de su cuenta de Twitter para denunciar que Sánchez ha convocado la investidura desde Bruselas «con el Congreso parado y a su merced». Lo hace «sin haber hecho ninguna propuesta y sin apoyos suficientes. Se ve desde lejos la jugada táctica al coste enorme de desprestigiar (más) la democracia», añade.