“El pago de la piedra fue en la joyería Diamond Moon, en la última habitación a la derecha, que usan para los pagos en efectivo, ya que no tienen cámaras allí”. Una carta manuscrita del delincuente italiano Giuseppe Gala incrimina al diamantero de los famosos y a un joyero de Madrid en la desaparición de varios diamantes. El juez que juzgaba la estafa de Gala contra un conocido joyero de Madrid ha solicitado se investiguen los ilícitos penales, dando cuenta de la comisión del delito de receptación, blanqueo de capitales, pertenencia a banda criminal organizada y otras cuestiones que podrían estar bajo secreto de sumario.
Giuseppe Gala, alias ‘Pino’, escribió su carta desde el centro penitenciario de Valdemoro, donde estaba en prisión preventiva, para acabar de desentrañar las claves de una estafa que ha afectado a una firma de gran solera de joyeros de Madrid. Se trataba de aclarar el destino de varios diamantes que Gala logró sustraer a los joyeros madrileños. No son los únicos diamantes cuyo paradero es desconocido y que han sido arrebatados con engaños a joyeros de Madrid. Lo mismo le sucedió al joyero Juan José Montoya, con similares protagonistas, como informó MONCLOA.COM.
La Audiencia Provincial de Madrid celebró el pasado 30 de abril juicio contra Giuseppe Gala, por la estafa realizada a los prestigiosos joyeros de Madrid. Se trata de una de las más importantes cometidas en el sector en la última década, dado que su importe supera el medio millón de euros. La confesión y reconocimiento del Gala de todos los hechos acontecidos hizo que el juicio fuera rápido.
Gala explicó en su confesión con minucioso detalle cómo se organizó la banda e identificó de forma indubitada sus integrantes. Así, aseguró en su manuscrito que las firmas DB, su socio español Moon Diamonds SL y la sociedad Sotoca SA estaban detrás de la desaparición de los diamantes. Los representantes de estas empresas son DG, I. L. y David García Sotoca.
I. L., cabeza visible de Moon Diamonds en Madrid, ha logrado un notable éxito social entre celebridades de la vida social madrileña, como recogen sus cuentas en las redes sociales. Hace poco ha abierto un nuevo y vistoso local de venta de piedras preciosas en la calle Velázquez, de Madrid.
El delincuente italiano conocido como “Pino” explicó, y convenció, a la Sala de la Audiencia Provincial de Madrid de los hechos, que no eran otros que un plan para desfalcar a distintos joyeros madrileños. Para ello debía ser introducido en el mundo de estos joyeros a través de Sotoca o de L., utilizando diferentes argucias en cada caso.
Una vez que Gala accedía a los joyeros de prestigio, desplegaba la técnica que fuentes conocedoras del caso definen como “de la caña y el sedal”. Es decir, realizaba compras en las que cumplía puntualmente con el pago en los primeros compases. Así se ganaba la confianza de los joyeros joyeros, hasta que estos finalmente eran engañados. Para ello no dudaba en utilizar documentos bancarios falsos, tales como justificantes de transferencias falseados, así como otras tretas para poder disponer de las mercancías objeto de las estafas. En su manuscrito reconoce que iba pagando en las primeras fechas de sus compromisos.
Sin embargo, una vez obtenida la mercancía, entraban en acción el resto protagonistas: Gala ha reconocido que entregaba las piezas obtenidas de forma fraudulenta a I. L. en las dependencias de Moon Diamonds SL, una joyería situada en la calle Núñez de Balboa de Madrid, en el corazón del Barrio de Salamanca. Tal como indica en un manuscrito de puño y letra entregado a la Sala, lo hacía en la última habitación que tienen a la derecha sin cámaras y donde, según su testimonio, realizan este tipo de operaciones de receptación y pago en metálico.
La confesión del delincuente italiano recoge que una parte del efectivo pagado por dichas piezas fue entregado al joyero Sotoca. De acuerdo con el testimonio de ‘Pino’, Sotoca recibió de L. 300.000 euros en metálico.
De esta forma el DH de la sociedad diamantera DB, radicada en Amberes y jefe de I. L. se desprendía de cantidades ingentes de dinero en efectivo y a cambio obtenía estos diamantes procedentes de alguien tan dudoso como Gala. Tanto L. como DH presuntamente utilizaban, según este relato, sus conocimientos técnicos para evitar la trazabilidad de los diamantes, de manera que procedían a su ligera modificación para evitar fuesen localizados a través de diferentes denuncias.
Según ha podido saber MONCLOA.COM, la asociación diamantera más importante del mundo, AWDC más concretamente a través de su responsable de robos y fraudes, abrirá una investigación para esclarecer estas conductas y que se ha dará traslado a la Policía Belga para su investigación.
Giuseppe Gala, un italiano procedente de Sicilia con una trayectoria delictiva dilatada, fue condenado, tras su confesión, por estafa y la Audiencia Provincial de Madrid ha solicitado se investiguen los ilícitos penales del resto de integrantes del grupo, dando cuenta de la comisión del delito de receptación, blanqueo de capitales, pertenencia a banda criminal organizada y otras cuestiones que podrían estar bajo secreto de sumario.
MONCLOA.COM ya informo el pasado 24 de junio sobre la existencia de una investigación en el Juzgado de Instrucción número 14 de Madrid sobre la desaparición de dos importantes diamantes del joyero Motoya por la que ha sido citada la sociedad Moon Diamonds , propiedad de I. L., diamantero de los famosos.