Los abogados del BBVA: «Esto cae en manos de terceros y tenemos un lío de putísima madre»

  • "Tendríamos un lío de putísima madre si se publicita", dice Corrochano sobre el informe en el que refleja el "hostigamiento".
  • Al exdirectivo le pidieron buscar alternativas a Villarejo, pero el jefe de Seguridad mantenía un "acuerdo personal" con el excomisario.
  • Corrochano defendió ante los abogados del BBVA la eficiencia de la empresa de Villarejo, a pesar de las críticas.
  • El exjefe de Seguridad del BBVA Julio Corrochano quería evitar a toda costa que se asociara al banco con las labores de «hostigamiento» que Villarejo ejercía para la entidad. Así lo acreditan las grabaciones a las que ha tenido acceso MONCLOA.COM. El excomisario elaboró un informe que no gustó a los abogados del banco. En el escrito, Villarejo reflejaba que sus labores para el BBVA eran de «hostigamiento». Algo que preocupaba «mucho» al bufete y que Corrochano pidió al comisario jubilado que no volviera a dejar por escrito.

    Para Villarejo, el término era lo de menos. «Es una chorrada», le dice el excomisario al directivo del BBVA. Pero el jefe de Seguridad no estaba de acuerdo. «Tú lo ves así», le comenta, pero «tendríamos un lío de putísima madre si se publicita». Para Corrochano, era muy grave que los «clientes» vieran que el banco realiza labores de «hostigamiento» contra aquellos que les deben dinero.

    Los abogados no estaban conformes con el informe que les había enviado Villarejo. «Lo que ven es que habéis recogido información que tenéis antigua de alguna otra investigación vuestra, que la habéis metido en un flash y que no está absolutamente nada actualizado ni contrastado», le comenta Corrochano al excomisario. El informe era un desastre, pero lo que realmente importaba era que no se reflejaran las labores de «hostigamiento» del comisario jubilado.

    Pero Corrochano, a pesar de que le habían pedido buscar alternativas a Villarejo, no quería cambiar de empresa de detectives. En las grabaciones, el exjefe de Seguridad reconoce que desde el bufete le han pedido contratar a otras personas. «Dicen que la información que hay es muy banal, muy generalista. Y lo poco que han podido contrastar no les vale. Pero bueno, en fin, que me han pedido más alternativas…» le comenta el directivo al excomisario. 

    El BBVA había contratado al bufete de abogados Simons & Simons para recuperar los 145 millones de euros que le debían Fernando Martín y Luis del Portillo (presidente de la inmobiliaria Colonial). Y el bufete, a su vez, subcontrató a la empresa de detectives Kroll. Pero ante sus malos resultados, Corrochano intermedió para que contrataran a Villarejo, ya que, según las grabaciones, tenían un «acuerdo personal» paralelo al del BBVA con la compañía del excomisario.

    El directivo, a pesar de que el informe no fuera el adecuado, continuaba dando su apoyo al comisario y le defendió frente a las críticas del bufete. «Les he insistido que confiables lo sois, sin duda, y que, bueno, no he dicho qué trabajo, pero les he dicho que han hecho un par de trabajos ya conmigo y en ese aspecto estábamos tranquilos», le comenta. Uno de esos trabajos se había realizado en 2004, la operación contra Sacyr. Y Villarejo presumió de que no se hubiera filtrado nada.

    Corrochano es el primero de los ocho directivos imputados del BBVA al que el juez que instruye el caso le ha impuesto medidas cautelares. Tras abonar una fianza de 300.000 euros, el exjefe de Seguridad del banco ha quedado en libertad provisional con la prohibición de salir del país. Los directivos de la entidad están imputados por cohecho y revelación de secretos. Aún se desconoce si la investigación judicial tocará al entonces presidente del BBVA, Francisco González. Villarejo ha asegurado que su único contacto con el banco fue Corrochano, pero las grabaciones indican que González era pleno conocedor de las actuaciones del excomisario.

    El «HOSTIGAMIENTO» DE VILLAREJO

    Ese «hostigamiento» por el que estaban tan preocupados los representantes legales del BBVA no era nuevo. Villarejo ya había «hostigado» en otros trabajos realizados para la entidad. Incluso en uno del que presumía porque no se había filtrado nada. El modus operandi que seguía consistía en boicotear las actividades de las personas del entorno de la persona objetivo.

    Cuando Villarejo «hostigaba» a Fernando Martín, analizaba la “conducta» y los «vínculos” de la familia del constructor, además de los del propio Martín. Todo ello con el objetivo de generar al moroso una sensación de inseguridad permanente. De hostigamiento. Y para ello, los de Villarejo empleaban todo tipo de medios técnicos. Como dispositivos de comunicaciones, equipos de audio para grabaciones y equipos ópticos de fotografía y vídeo.

    La palabra que tanto asusta a los abogados del BBVA Villarejo la emplea en sus grabaciones en repetidas ocasiones. No solo en las de 2009. También en las de 2005. El objetivo era el “hostigamiento y en la medida de lo posible boicot” de las actividades de estas personas para que “comience el proceso de cometer errores estructurales”, según detallan en las grabaciones.