Garzón escenifica la ruptura interna de Unidas Podemos

  • IU acordó abstenerse en la sesión de investidura antes de que lo decidiera Unidas Podemos.
  • También rompieron la disciplina de partido los siete representantes de En Comú Podem.
  • Las facciones internas de Unidas Podemos se rompen tras las negociaciones entre Iglesias y Sánchez. 
  • Las costuras de Unidas Podemos se rompen. Cada facción interna del partido ha adoptado una postura distinta en las negociaciones con el PSOE. Los anticapitalistas ven con recelo que Pablo Iglesias se acerque a Pedro Sánchez para entrar en su Gobierno. Y la Izquierda Unida de Alberto Garzón se ha desprendido del discurso del secretario general de Podemos a pocas horas de que se celebrara la segunda votación de la sesión de investidura. Al igual que los siete diputados de En Común Podem.

    Según fuentes cercanas a IU, Garzón estuvo dispuesto a aceptar la oferta de cargos intermedios que lanzó el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez. Pero los progresos conseguidos por Iglesias a lo largo de las negociaciones, también fueron vistos con buenos ojos por el partido. Sin embargo, la dirección de Izquierda Unida se ha plantado al ver que el posible gobierno de coalición se rompería.

    Desde IU quieren formar parte del Gobierno. A cualquier escala. Ya se mostraron de acuerdo con ocupar cargos intermedios en el Ejecutivo de Sánchez. Y a medida que se ha acercado la investidura, incluso el nombre de Garzón circula por las quinielas para estar al frente de algún ministerio. Pero las exigencias de Iglesias han puesto en riesgo el acuerdo. Razón por la cual IU se ha plantado.

    La Comisión Colegiada Federal de Izquierda Unida ha decidido este jueves que el partido se abstenga en la segunda votación de la sesión de investidura antes de que lo hiciera Unidas Podemos. Una postura que también han apoyado y seguido los siete diputados de En Comú Podem. Estas facciones internas se han desmarcado completamente de la doctrina de partido. Han roto la disciplina.

    Esta declaración de intenciones se hizo justo después de que tanto Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) como EH Bildu anunciaran que sus formaciones también se abstendrían independientemente de que Podemos llegara a un acuerdo con los socialistas. Izquierda Unida, de hecho, realizó una consulta a sus bases sobre si apoyar o no un gobierno de coalición. Y el 78% de los afiliados al partido que votaron se mostraron a favor.

    Garzón siempre se ha mostrado más partidario por llegar a un acuerdo programático. A poner en común políticas progresistas. Sin embargo, fuentes cercanas al partido aseguran que lo que IU quiere es entrar en el gobierno. Y si Garzón recoge alguna cartera ministerial, los miembros de IU ocuparían cientos de puestos de trabajo para realizar política desde el Gobierno.

    UNA NEGOCIACIÓN IN EXTREMIS

    Los de Pablo Iglesias han rebajado sus exigencias a medida que se aproximaba la segunda votación. Unidas Podemos pasó de pedir una vicepresidencia social y cinco ministerios a tan solo dos carteras. Los reproches entre ambas formaciones se han dejado notar en el hemiciclo durante la sesión de investidura.

    Sánchez ha señalado este jueves en su turno de palabra que «no hubo problemas de programa», que el verdadero «problema eran los ministerios». Entre tanto, Iglesias le ha lanzado una contraoferta: renunciarían al Ministerio de Trabajo a cambio de las competencias en «políticas activas de empleo».  Pero las negociaciones no recalaron en buen puerto.

    Pablo Iglesias ha acusado al presidente del Gobierno de haber afrontado las negociaciones haciendo filtraciones a la prensa en las que manipulaban las propuestas de su partido. El secretario general llegó incluso a señalar que los socialistas filtraron un documento en el que cambiaron la palabra «propuestas» por «exigencias».

    Pero a pesar de los reproches, los Whatsapp de los diputados socialistas y los de Unidas Podemos estaban más activos de lo habitual. Sobretodo tras la última oferta de Iglesias. Pero el PSOE lo ha tenido claro. No cederán las competencias de políticas de empleo. Uno de los principales puntos de discordia que acerca al país a una nueva convocatoria electoral.

    Esta situación también ha sido tratada por otros miembros del Congreso de los Diputados, como es el caso del diputado de ERC Gabriel Rufián, quien ha lamentado que los socialistas y los de la formación morada desaprovechen de nuevo una oportunidad de formar un Gobierno de progreso. Una opinión que ha compartido el representante de Compromís Joan Baldoví.

    Desde la bancada derecha, Ciudadanos, PP y Vox han resaltado la incapacidad de los socialistas para ponerse de acuerdo y han destacado que si no son capaces de llegar a acuerdos de investidura, cómo serían capaces de llevar la economía del país, como ha afirmado el líder de Ciudadanos, Albert Rivera.

    Entre tanto, otros partidos se han centrado en sus particulares enfrentamientos recalcando las anécdotas del día. Como el diputado del PNV Aitor Esteban, que ha cuestionado al presidente de Vox, Santiago Abascal, que parafraseara al escritor Miguel Unamuno con una expresión que dedicó al general franquista Millán Astray: «venceréis, pero no convenceréis».

    Ahora el PSOE y Unidas Podemos disponen de dos meses para ponerse de acuerdo. A finales de septiembre se podría celebrar una nueva sesión de investidura. Pero si vuelve a fracasar, se convocarán unas nuevas elecciones generales para noviembre de 2019.