Las peripecias de Sánchez en la ONU: una sala vacía y a cuestas con el maquillador

  • Miembros de la representación española en la ONU tuvieron que llenar el lugar donde el presidente dio su discurso.
  • El maquillador de Pedro Sánchez sólo pudo entrar acreditado como prensa.
  • El hotel donde se hospedó está a cinco minutos a pie de la sede de Naciones Unidas.
  • Que Pedro Sánchez viajó a la Cumbre del Cambio Climático -celebraba por la ONU en Nueva York- para dar el pistoletazo de salida a su campaña electoral, otra más, ya se sabía, lo avanzó MERCA2.

    En este contexto, Sánchez ha hecho de todo. Desde iniciar su gran intervención sobre la crisis climática en la Asamblea General aludiendo a Franco, quizás por eso del reciclado, hasta llenar la sala con miembros de la representación española (como si fueran unos afiliados más en cualquier mitín) para evitar la vergonzosa foto de una sala medio vacia. Eso sí, siempre atractivo para las cámaras, aunque para eso también tuvo sus problemas.

    En el fondo nadie puede culpar a Sánchez de vivir en una continua campaña electoral. El madrileño protagonizará su cuarta cita en apenas unos años. Además, lleva como presidente en funciones desde abril, y así seguirá lo que resta de año. Por lo que al final, da igual ir a Nueva York que a Albacete. Bueno, igual igual tampoco, puesto que pocos hoteles tiene la ciudad manchega en los que la noche se pague en torno a los 1.000 dólares, como el InterContinental New York Barclay en el que no solo se hospedo el socialista, sino toda la expedición que acudió al evento. Un exclusivo emplazamiento en el corazón más elitista de la ciudad que está situado a prácticamente cinco minutos andando del edificio de la Naciones Unidas.

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    Obviamente lo anterior tiene una justificación, incluso dos. En primer lugar, un presidente de España no puede hospedarse en ningún motel. Además, para eso crecemos económicamente por encima del resto de países europeos. En segundo lugar, no hay mayor conciencia con el medio ambiente que ir andando al trabajo, más si cabe que todos los coches oficiales que se han utilizado en el evento contaminan y no poco. Ni rastro de híbridos, ni mucho menos eléctricos, sino el típico sedán de buena marca y cilindrada que haría empequeñecer la yeguada de cualquier jeque árabe. En definitiva, que la factura de 1.000 dólares por persona y por día, esperemos que al menos hayan hecho descuento, ha sido por el bien del medioambiente.

    Al igual que no es exactamente igual Albacete que Nueva York en cosas del alojamiento, al parecer tampoco lo es para encontrar un público fiel y dispuesto a escuchar. Le puede resultar a alguien sorprendente, más si lee el CIS de Tezanos, pero entre los visitantes a la cumbre había pocos simpatizantes de Sánchez e, incluso, menos todavía dispuestos a escucharle. Vamos, que a la hora en la que el presidente de España en funciones fue a dar su mitín, digo discurso contra la crisis climática, la sala estaba semivacía. Un desastre que tuvo que taparse con gente de la casa, españoles vamos, que estaban allí o que habían ido por cualquier otro motivo.

    “Quizás fue por la hora [ya era tarde para una ciudad como Nueva York] o porque iba con retraso, pero como no había nadie en la sala hicieron que todos los españoles de la delegación, (…) nos sentásemos en los diferentes países para que pareciera que había mucha gente escuchándole”, relatan fuentes presentes es el discurso del socialista. Los asombrados espectadores, algo más de un centenar, pronto se dieron cuenta de porque el resto había huido de aquello: “Es que menudo discurso, que tostón”, claudica uno de los presentes a MONCLOA.COM.

    EN RIESGO EL ATRACTIVO DEL PRESIDENTE

    El nuevo perfil de presidente español, esto es el trazo de Sánchez, es algo diferente al de resto de antecesores en el puesto. El socialista convive muy bien con el peligro gracias a sus 190 centímetros y su complexión fuerte, hasta el punto de ir por Nueva York prácticamente sin seguridad, pero por el contrario no puede estar sin tener cerca su maquillador. Eso, al menos, fue lo que ocurrió a lo largo de la cumbre donde se le vio prácticamente sin guardaespaldas, pero que entró en pánico cuando a su delineante facial tuvo más que problemas para acompañarle en su periplo internacional, según relatan algunos de los que estuvieron presentes.

    El caso es que el equipo de seguridad del edificio de las Naciones Unidas denegó en un principio el pase del maquillador del presidente y, claro, ese era otro problema importante, puesto que quién iba si no a sacar lustre a los prominentes pómulos y el robusto mentón de Sánchez, que a buen seguro le han llevado al número uno de los presidentes más guapos de los reunidos.

    Al final, la solución ideada por el Gabinete fue la de crear un nuevo pase de prensa con el que finalmente pudo acceder y llevar a cabo su cometido. En definitiva, las peripecias de Sánchez en su arranque de campaña electoral fueron muchos y muy variados. Ahora viene lo bueno, la campaña electoral en suelo español donde seguro encontrará público más fiel, hoteles algo más baratos y no tendrá problemas de que el maquillaje esté listo sobre su rostro para encandilar votantes.