Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se le vigila con lupa. El líder socialista ha visitado el pasado lunes Barcelona después de que los disturbios arrasaran algunas de sus principales calles. Sin embargo, su estancia en la Ciudad Condal ha sido más agridulce de lo que esperaba, ya que un vídeo que se ha hecho viral ha grabado un mal gesto del presidente. En las imágenes, se ve a Sánchez saludar a varios policías a excepción de una agente que estaba situada a las puerta de la Jefatura Superior de Policía. El presidente fue uno por uno pero se olvidó de saludar a la funcionaria. Algo que le ha costado numerosas críticas. «Ella también es policía, presi», ha comentado uno de los críticos con Sánchez.
El vídeo ha tenido millones de visitas. En él, se ve claro que se trata de un despiste del presidente. Después de saludar a varios agentes de policía, se olvida de la policía que guarda la puerta de la Jefatura Superior de Policía de Barcelona. «El saludo y felicitaciones solamente para los mandos que se pusieron ahí un instante para la foto, a la mujer policía que está al pie del cañón, que la zurzan», ha comentado una usuaria de la red social Facebook, donde la grabación ha corrido como la pólvora.
«Qué poca educación, mis respetos a la policía», ha comentado otra usuaria. Pero como en todo, no han podido faltar los que han defendido la actitud del presidente. «¿Tu jefe todos los días te da la mano?», ha respondido otro que consideraba el despiste del líder socialista como algo natural. Y luego están los que, como el presidente, no vieron a la agente ni aún repitiendo el vídeo: «No veo en el video ninguna mujer, ¿dónde está?».
Numerosas páginas se han hecho eco del gesto del presidente. Es muy complicado hacer un cómputo global del alcance del vídeo, puesto que en cada grupo o medio ha tenido unos resultados abultados. En una página de Facebook llamada Fuerzaesp, la grabación ha superado las 800.000 reproducciones y ha sido compartido por más de 22.000 usuarios.
El presidente del Gobierno ha querido adelantarse a otros rivales políticos y ha aterrizado por sorpresa en Barcelona el pasado lunes. El líder socialista ha visitado desde la vía Laietana, tan sacudida por los violentos durante la semana posterior a que se publicara la sentencia que condenaba a los líderes del procés a entre nueve y 13 años de prisión, hasta a los policías heridos por los disturbios. Pero cada paso del líder del PSOE ha estado acompañado por gritos e insultos de varios ciudadanos catalanes.
Una de las visitas de Sánchez fue al hospital Sant Pau, donde se recuperan algunos de los agentes que resultaron heridos durante las protestas protagonizadas por radicales antisistema e independentistas. Lo que debía haber sido una estancia sin altercados, se ha convertido en una pesadilla para el presidente, ya que muchos trabajadores del centro decidieron levantar la voz contra el líder del PSOE y se manifestaron por los pasillos del hospital. Y a la salida, en la misma puerta de Urgencias, el presidente también se ha encontrado con decenas de independentistas que fueron a criticar a Sánchez.
Pero los manifestantes que protestaban frente al hospital no solo han dedicado palabras al presidente del Gobierno. Mientras insultaban al líder del PSOE, también muchos se han encarado con los Mossos D’Esquadra, a los que han llamado «traidores» por haberse alineado con el criterio del Gobierno durante los disturbios.
El equipo de escoltas del presidente que acompañó a Sánchez en Cataluña (el doble del habitual) no se esperaba una bienvenida agradable por parte de los catalanes. En otra de las imágenes, que también ha corrido por las redes sociales como la pólvora, se ve a un policía, miembro del equipo de seguridad de Sánchez, en el que porta un subfusil de asalto. Por lo que pueda ocurrir. Además, el maletín del presidente era antibalas (que se despliega y llega a cubrir el cuerpo por completo). Por si alguno de los radicales decidía atacar al líder del PSOE con un arma de fuego en plena visita.
El viaje de Sánchez a Cataluña fue breve. Enmarcado en una campaña electoral que se le está complicando por momentos al presidente del Gobierno, ya que las encuestan han llegado a pronosticarle una descenso en el número de votos. Se avisó de que el líder del PSOE aterrizaría en Barcelona la misma mañana. Y tan rápido como llegó, se fue. Poco antes de que su principal rival para las elecciones del próximo 10 de noviembre, Pablo Casado, llegara a la Ciudad Condal en una visita que sí tenía programada.