Delgado, Calvo y Robles, en el punto de mira de Sánchez

  • La ministra de Defensa ya ha tanteado y dado los primeros pasos para asegurarse su futuro en el ámbito de la Justicia.
  • Nadia Calviño ha ganado peso en el Ejecutivo y ha eclipsado a Calvo, que pasará a un segundo plano.
  • El PSOE confía en que podrá gobernar en solitario con la abstención del PP y evitar el gobierno de coalición.
  • El PSOE aún no ha ganado las elecciones. Ni siquiera está claro si podrá gobernar. Pero todo apunta a que Pedro Sánchez será el candidato que más opciones tendrá para sentarse de nuevo en La Moncloa. Entre tanto, la sede de los socialistas en la calle Ferraz se ha convertido en una casa de apuestas que augura quién formará parte del próximo Gobierno. Fuentes del partido señalan que hay tres nombres cuyas posibilidades para seguir con un puesto relevante en el Gobierno se han reducido considerablemente. El primero de ellos es el de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, el segundo el de la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el tercero el de la ministra de Defensa, Margarita Robles.

    Dentro del partido ya dan por hecho que Delgado dejará de formar parte del Consejo de Ministros. Según ha podido saber MONCLOA.COM, la ministra de Justicia está «quemada» (tal y como han asegurado fuentes del partido) desde el momento en que se publicaron las grabaciones que acreditaban su relación con el excomisario José Manuel Villarejo. En esos audios a los que tuvo acceso este medio, Delgado se refería al actual ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, como «maricón». Algo que ha llevado a Sánchez a prescindir de ella para el próximo mandato siempre que consiga formar Gobierno.

    La razón por la que el presidente del Gobierno no prescindió de Delgado, cuentan, en el mismo momento en que se publicaron los audios que la relacionaban con Villarejo fue que ya se habían sucedido dos escándalos que obligaron a dimitir a otros dos ministros socialistas. Y Pedro Sánchez decidió hacer un torniquete al Ejecutivo y evitar la sangría que llevaría a la prensa y a la opinión pública a desacreditar a un Gobierno que se había formado desde el Congreso, y no desde las urnas.

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    El segundo nombre en la lista es el de Carmen Calvo. Fuentes del PSOE confirman que la imagen de la vicepresidenta está muy deteriorada, ya que durante estos últimos meses de Gobierno socialista ha sido quien ha tenido que dar la cara ante los asuntos más complejos. Especialmente el desafío independentista, que se ha recrudecido estos últimos días tras conocerse la sentencia  que condena a los líderes del procés. Además, estas mismas fuentes confirman que quien tomará el relevo de Calvo, al menos en cuanto al peso en el partido y en el Gobierno, será la actual ministra de Economía, Nadia Calviño. El propio presidente del Ejecutivo ha asegurado varias veces que le reserva una «vicepresidencia económica».

    Sobre Margarita Robles, otras fuentes apuntan a que la propia ministra ha husmeado alrededor del que sería su futuro inmediato: el Consejo General del Poder Judicial y el Tribunal Supremo. Ese interés de Robles sobre cómo hilar su futuro laboral añadido a la confirmación de las fuentes del partido que apuntan a que la ministra de Defensa no renovará en el Ejecutivo de Sánchez, colocan a la jueza en la cuerda floja. Al menos de cara a lo que pueda pasar después del 10 de noviembre. Otro dato que, según las fuentes, empujan a pensar que Robles no seguirá al frente de Defensa es lo desapercibida que ha pasado durante la campaña electoral.

    Aun así, a principios de octubre, el presidente del Gobierno lanzó varios mensajes que invitaban a pensar que Robles se mantendría al frente de algún Ministerio. Sin embargo, los mensajes de las últimas semanas aseguran que la ministra está en la cuerda floja.

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    Una vez señalados los que podrían salir, queda apuntar a los que podrían entrar. Pero en este asunto, pese a que flotan sobre el ambiente de la sede de Ferraz algunos nombres, es más complicado ofrecer caras. Especialmente porque el presidente del Gobierno solo tiene claro quiénes han salido reforzados de este breve Ejecutivo (como el ministro de Fomento, José Luis Ábalos o Calviño) y quienes han salido deteriorados. No qué caras nuevas ostentarán las carteras ministeriales que quedarán vacantes.

    Es tal el desorden, que tampoco se descarta la entrada en el Gobierno de miembros de Unidas Podemos o incluso de Más País. La idea de la coalición gana fuerza. Pero no para el PSOE, desde donde esperan conseguir un gobierno en solitario que se mantenga en el poder con pactos puntuales con fuerzas progresistas (o conservadoras, lo que haga falta). El único partido, según las encuestas, que podría impedir esa ansiada coalición por algunos es el PP, que ya ha dejado entrever que podría apoyar una investidura siempre que se respeten algunas líneas rojas.

    Manuela Carmena, Íñigo Errejón, Pablo Iglesias, Irene Montero… la lista de posibles nombres ajenos al PSOE que se puedan sentar en el Consejo de Ministros es larga. Y pese a que hay un sector dentro del partido que estaría dispuesto a contar con representantes de otros partidos como compañeros de Gobierno, no es la intención del PSOE. Los socialistas insisten en el gobierno en solitario. Eso es así hasta el punto que ya han dejado entrever su intención de modificar la Constitución para que gobierne la lista más votada. Una reclamación que siempre ha estado en boca de, valga la redundancia, la lista más votada. Y que Sánchez no la había utilizado hasta ahora.