sábado, 14 diciembre 2024

Las tareas pendientes de Iglesias: integrar a IU y recuperar confluencias

  • Podemos encara una legislatura en la que abandonará las calles y tendrá que madurar a nivel interno.
  • Iglesias podría avalar junto a Garzón la creación de unas estructuras junto a Izquierda Unida.
  • La otra tarea pendiente de los morados es recuperar varias confluencias que ha perdido.
  • Pablo Iglesias necesita que el PSOE se acerque al independentismo para ocupar un histórico sillón de vicepresidente que supondrá el regreso del comunismo español al Gobierno tras ocho décadas de ausencia.

    A su favor cuenta con el terror del socialismo a repetir unas elecciones en las que un previsible pacto entre Partido Popular y Ciudadanos, España Suma, podría dejarles con pie y medio fuera de La Moncloa.

    Una vez cerrada la investidura de Sánchez y una vez confeccionado el Gobierno, en el que podrían estar Yolanda Díaz (a nivel particular y no como cuota de IU), Julio Rodríguez, Irene Montero o Alberto Garzón, a Iglesias se le abre una legislatura en la que que su gran tarea pendiente será aparcar la inmadurez caótica de Podemos a nivel estructural.

    IGLESIAS QUIERE INTEGRAR A IU

    Irene Montero podría conformarse con la portavocía parlamentaria de Podemos para que los morados no descuiden su imagen fuera del Gobierno y fuerzas como Anticapitalistas o Izquierda Unida quizás mantengan una mirada crítica contra el Ejecutivo y enarbolen las luchas sociales callejeras.

    Sea como fuere, Pablo Iglesias ya ha dejado claro que quiere que Podemos e Izquierda Unida mantengan estructura para aprovechar el tirón electoral del primero y la experiencia del segundo. Porque no es de recibo, creen en la cúpula morada, que los miembros estrella de Unidas Podemos estén divorciados en Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Navarra o Aragón.

    Iglesias es consciente de que Enrique Santiago, en el inminente Congreso del PCE, y Alberto Garzón, en la próxima Asamblea Federal de Izquierda Unida, buscarán crear una estructura conjunta que no tenga que conllevar la desaparición de IU.

    IGLESIAS Y EL PCE

    Pablo Iglesias hasta ahora ha cedido huecos privilegiados y espacios relevantes a Alberto Garzón y Enrique Santiago para asegurarse que no hubiese grietas entre Podemos y sus socios más emblemáticos, IU y el PCE. 

    Más difícil tendrá Podemos recuperar las confluencias perdidas en los últimos tiempos. A priori no parece factible que Iglesias se reconcilie con Íñigo Errejón, aunque la asesoría de su exnúmero dos y la implantación de Más Madrid en la capital ayudarían a Podemos, desaparecido en la capital de la Villa y Corte y residual en la Asamblea autonómica.

    Iglesias
    Pedro Sánchez (PSOE) y Pablo Iglesias (Podemos) firman un preacuerdo de Gobierno de coalición.

    Tampoco van mejor las cosas entre Podemos y Compromís, que se he empecinado en competir contra los morados a pesar de las reticencias de Mónica Oltra. Joan Baldoví pretendía aprovechar las facilidades televisivas que le conceden para que los nacionalistas pragmáticos valencianos tuviesen un peso sobredimensionado.

    Pero Compromís se estrelló en abril, de cuatro a un diputados; patinó en las europeas de mayo con aliados como Mès, la Chunta Aragonesista, Nueva Canarias o En Marea; y ha protagonizado un revolcón del brazo de Errejón en noviembre.

    OTRAS CONFLUENCIAS PERDIDAS

    Unidas Podemos no solo se ha dejado por el camino a Compromís y a Más Madrid. La coalición que lidera Pablo Iglesias compite con antiguos aliados como En Marea, Zaragoza en Común o Equo, por no hablar de otros grupos que parecen desaparecidos (Izquierda Castellana y Alternativa Socialista), o un partido gallego que se ha desmarcado de las generales (Anova).

    Tampoco estaría descartado un acuerdo entre Iglesias y el PACMA, con el que ya negoció en 2016 y con el que sería más factible pactar por la colección de decepciones de los animalistas a pesar de sumar más de 200.000 apoyos que no tienen premio en forma de escaño.

    LA CALLE, EN MANOS DE LOS NACIONALISTAS

    Unidas Podemos podría aburguesarse en el Gobierno y dejar la calle a fuerzas del nacionalismo periférico que beben del sustrato marxista como Esquerra Republicana de Catalunya, Euskal Herria Bildu y el Bloque Nacionalista Galego, y a otras fuerzas neocarlistas (PRC o Teruel Existe). 

    Iglesias podría abandonar una reivindicación histórica del comunismo español, el derecho de autodeterminación de los pueblos, tras haber dejado atrás la apuesta por la III República, forma de Estado de la que solo parece acordarse Izquierda Unida.

    Cabe recordar que en 2016 ni más ni menos que 95 diputados de 350 no estaban en manos de fuerzas monárquicas, del PSOE a Vox, y ahora está cifra ha menguado hasta los 71 (74 si se tiene en cuenta a Más País-Compromís).