Los moteros de la Guardia Civil, en pie de guerra con Grande Marlaska

  • La Asociación Española de Guardias Civiles ha pedido a Interior complementos para combatir el frío sobre la moto.
  • La Asociación Unificada de Guardias Civiles ha solicitado hace días que los agentes circulen con el chaleco airbag.
  • Según la asociación de policías, Interior ha aplicado un recorte de 1,5 millones de euros que ha afectado a los agentes.
  • Es invierno. Y los moteros saben lo que se sufre sobre dos ruedas con el frío; especialmente aquellos cuyo trabajo depende de ello, como es el caso de los guardias civiles motorizados. La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) ha pedido al Gobierno material decente para combatir el frío; desde botas de montaña para trabajar en nieve o guantes hasta chaquetones o ropa térmica. Todo será bienvenido para los agentes. Esta petición se une a la que hace pocas semanas hizo la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), que pedía al ministro de Interior, Fernando Grande Marlaska, chalecos con airbag.

    Los chalecos airbag previenen hasta un 20% las lesiones de gravedad. Pero la precariedad en torno al material de los moteros de la Guardia Civil ha llegado incluso a la ropa de abrigo. La Asociación de agentes se queja de que se haya descatalogado el jersey de cuello alto para el mal tiempo y no se haya incluido ninguna otra prenda parecida para el cuerpo. «En la DGT esperan que los guardias hagan frente a estos temporales con un simple polo de manga larga, fino, que no aísla del frío», lamentan.

    El Ministerio de Interior ha aplicado recortes por un valor de 1,5 millones de euros. Y desde la AEGC creen que ha afectado directamente el material de los agentes moteros, sin tener en cuenta la falta de personal. «Hemos sido nosotros los que hemos compensando la falta de personal, que ya es un problema endémico en la especialidad, porque venir a la Agrupación ya no compensa ni económicamente ni por las condiciones laborales», aseguran desde la Asociación de guardias civiles.

    La falta de vestuario térmico y de buen material se traduce en enfermedades, bajas y mayor coste para la administración, además de que la Guardia Civil no puede realizar sus servicios de forma eficiente, todo sin tener en cuenta la falta de personal, que según confirman, es un goteo constante que se traduce en lo mismo: mayor precariedad en el servicio.

    No es la primera vez que las asociaciones de guardias civiles exigen mejor material al Ministerio de Interior. Y no solo el relacionado con las patrullas motorizadas. Una de las demandas más recurrentes es que renueven los chalecos antibalas. Sin embargo, el Ministerio de Interior dirigido por Fernando Grande Marlaska estará este 2020 inmerso en un periodo de recortes. Y esos 1,5 millones de euros que se gastarán menos afectarán directamente a los agentes de la Guardia Civil.

    Uno de los últimos grandes cambios que llegó a las puertas de los moteros de la Guardia Civil de Tráfico fue, directamente, un cambio de moto. El Ministerio de Interior decidió abandonar las viejas BMW R80, R800 y R1200 RT y lanzarse a por un modelo japonés: la Yamaha FJR 1300. Aunque aún se pueden ver numerosas BMW circulando por las carreteras, la intención es que las Yamaha vayan poco a poco sustituyendo a las viejas motorizaciones.

    EL CHALECO AIRBAG

    Junto a estas demandas que parecen básicas, también hay otra que pide a Grande Marlaska que incorpore el chaleco airbag en el vestuario de los agentes motorizados. Esta prenda no es barata, los precios rondan los 600 euros por unidad aproximadamente (dependiendo del modelo, evidentemente, ya que los precios se pueden disparar considerablemente), pero sí que aumenta la seguridad pasiva.

    Junto al chaleco, La Asociación Unida de Guardias Civiles también ha pedido a Grande Marlaska que se renueven los cascos según los datos de recomendación del fabricante, nuevos chalecos antibalas y que se renueven también los vehículos que tengan una antigüedad de cinco años.

    Mientras los guardias civiles publican estas demandas, el Ministerio de Interior ha renovado algunos radares, han incorporado drones para vigilar a los conductores y están afinando las técnicas para «cazar» las infracciones de los conductores menos avispados.