Lo que hace Juan Carlos I mientras investigan su fortuna

El rey emérito Don Juan Carlos I vive una vida muy diferente desde que está completamente alejado de las labores institucionales. El padre de Felipe VI decidió apartarse de las obligaciones asociadas a su papel como miembro de la Familia Real para pasar a un segundo plano.

De hecho, la última vez que se le pudo ver de forma oficial en público fue junto a Doña Sofía y el resto de familiares en la misa funeral de la infanta Pilar de Borbón, que se celebró en la basílica de El Escorial.

Desde entonces ha estado centrado de nuevo en sus actividades lúdicas y de ocio, disfrutando de algunas de sus grandes pasiones. De hecho, se le pudo ver la semana pasada en el palco del estadio Wanda Metropolitano, donde acudió a ver al Atlético de Madrid. Además, comparte almuerzos y cacerías con su grupo de amigos.

Estas actividades de entretenimiento las practica al mismo tiempo que su fortuna es investigada por la Fiscalía suiza.

JUAN CARLOS I DISFRUTA DE LA CAZA

Es de sobra conocida la afición de Juan Carlos I por la caza, sobre todo a raíz de la fractura de cadera que se produjo mientras cazaba elefantes en Botsuana. Ahora no se dedica a este tipo de cacería, pero aún así sigue disfrutando de este deporte junto a sus amigos.

El pasado fin de semana se desplazó hasta la finca cinegética de su amigo íntimo Alberto Alcocer, «El Avellanar». Se trata de un terreno de cuatro mil hectáreas situada entre Extremadura y Castilla-La Mancha, con heliopuerto propio y considerada una de las mejores de España.

La forma de divertirse con esta actividad ha cambiado por sus problemas de movilidad. Mientras que antes era un asiduo a las monterías de largo recorrido, ahora se dedica a los ojeos de perdiz.

El ojeo es una forma de caza menor en la que se ponen unos puestos de cazadores al final de una extensa zona y en el otro extremo están los ojeadores. Estos últimos hacen ruido y asustan a los animales para que lleguen a los encargados de cazarlos. De esta forma, el exmonarca puede permanecer en un mismo lugar y cazar sin desplazarse, llegando a su puesto directamente en un vehículo todoterreno.

Una de las grandes ventajas de esta finca es que cuenta con el mencionado heliopuerto. De esta forma, Don Juan Carlos I puede llegar a ella de una manera más cómoda, rápida y menos visible que haciendo el viaje por carretera.

ACTIVA AGENDA CINEGÉTICA

El rey emérito ya se desplazó en el pasado mes de enero a la finca La Flamenca. Esta es propiedad del duque de Fernán Núñez, Manuel Falcó y Anchorena, y es explotada por Javier Corsini Freese, amigo íntimo de Juan Carlos I.

Este coto, que se sitúa a poco más de 40 kilómetros de Madrid, es considerado uno de los mejores de Europa para el ojeo de perdiz roja. En esta escapada cinegética, el rey emérito estuvo acompañado de algunos amigos cazadores como Vicente Boluda, José Manuel Pardo o Amador Suárez. En estas finca también disfrutaron de la gastronomía del restaurante del palacete.

De esta forma, el padre de Felipe VI mantiene una activa agenda cinegética, disfrutando de una de sus grandes pasiones al mismo tiempo que se aleja de los compromisos oficiales.

JUAN CARLOS BUSCA TRABAJO A IÑAKI URDANGARIN

Al mismo tiempo que mantiene sus actividades lúdicas, también tiene tiempo para buscar trabajo a Iñaki Urdangarín, cada vez más cerca de la libertad.

Su prioridad es encontrarle un buen puesto en el extranjero. Esto es debido a que ni Felipe VI ni Letizia lo quieren cerca de ellos, sin haber atisbo de que la relación con el marido de la infanta Cristina pueda reconducirse.

No obstante, Urdangarín aún tendrá que esperar a mayo de 2022. En esa fecha habrá cumplido dos terceras partes de su condena y podrá solicitar su salida de prisión.

Don Juan Carlos I disfruta de sus actividades de ocio favoritas mientras se investiga su fortuna
El anterior jefe de Estado se ha dejado ver en los últimos días en el palco del Wanda Metropolitano viendo al Atlético de Madrid y de cacería en la finca cinegética de Alberto Alcocer.

LA INVESTIGACIÓN DE LA FORTUNA DE JUAN CARLOS I

El fiscal suizo Yves Bertossa ha descubierto la existencia de una cuenta bancaria en el Credit Suisse de Ginebra a nombre de la Fundación Zagatka. Además, estaría gestionada por los presuntos testaferros del exmonarca, su primo Álvaro de Orleans y los intermediarios Dante Canonica y Arturo Fasana.

Tras destaparse la investigación, el juez instructor de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha solicitado a las autoridades suizas la entrega de todas las pesquisas llevadas a cabo desde 2018 al respecto. Con esta indagación se tratará de determinar si Juan Carlos I tuvo cuentas secretas en el país.

La Justicia del país helvético lleva dos años estudiando al exmonarca por un posible delito de blanqueo de dinero. La Fundación Zagatka habría sido utilizada para ocultar el patrimonio en el extranjero del rey Juan Carlos.

GRABACIONES A CORINNA

La investigación sobre el patrimonio de Juan Carlos se iniciaron a raíz de las grabaciones que el excomisario José Manuel Villarejo realizó en el año 2015 a Corinna zu Sayn-Wittgenstein. En ellas, la «amiga» del rey emérito aseguraba que este la había utilizado para ocultar su verdadero patrimonio.

En dicha grabación, la empresaria alemana de origen danés indicaba que el rey emérito le había colocado varias de sus propiedades. La razón era que ella tenía su residencia fiscal en Mónaco, haciendo que así Juan Carlos no tuviese que declarar públicamente su patrimonio.

Estas propiedades eran bienes en Marruecos y otros países extranjeros. Tras finalizar su supuesta relación sentimental, el exmonarca le habría solicitado la devolución de estas propiedades. Para ello trataba de ponerlas a nombre de otras personas.

El destinatario de estas propiedades era, presuntamente, su primo Álvaro de Orleans y Borbón, quién ejercería como testaferro real. Era el sustituto ideal puesto que también tenía su residencia en el Principado. Al mismo tiempo se veía implicado el abogado del rey, Dante Canónica, que creaba las estructuras opacas para realizar estos movimientos.

INFRACCIONES TRIBUTARIAS MUY GRAVES

Don Juan Carlos I podría haber incurrido en infracciones tributarias muy graves. En el caso de que los bienes en el extranjero no declarados superen un valor de 233.010 euros, estaría ante un posible fraude fiscal en el IRPF 2014.

También podría haber incurrido en un delito de blanqueo, siempre y cuando se acredite que a través de su supuesta cuenta en Suiza pagaría a terceras personas que anteriormente han pagado algunas de sus inversiones y gastos personales.