La futura tasa al diésel de Sánchez se cobra su primera víctima en Volkswagen

  • Volkswagen no venderá en España el nuevo modelo deportivo del Golf GTD.
  • La tasa al diésel, aún no vigente, ha disuadido a la marca para que abandone la venta de estos modelos en España.
  • Las matriculaciones de diésel se han reducido del 68,9% en 2012 al 25% en 2019.
  • El impuesto al diésel que pretende aplicar el Gobierno ya empieza a tener consecuencias en los concesionarios españoles. No solo se trata de una tasa que afectará sobre todo a los que menos tienen, sino que las marcas de coches ya empiezan a valorar si merece la pena traer al país según qué modelos. Es el caso de Volkswagen, que en un halo de misterio ha anunciado que su nuevo Golf GTD, una versión deportiva diésel de la versión clásica, no se venderá en España. El por qué, queda para las entrañas del fabricante alemán. Pero según ha podido saber MONCLOA.COM, el futuro panorama impositivo que plantea el nuevo Gobierno ha tenido mucho que ver en la decisión.

    Los datos avalan que los diésel no están en su mejor momento en España. Pero en plena curva descendente de las ventas, Volkswagen no había dejado de traer el GTD a los concesionarios de la península, hasta ahora. La llegada del nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y el anuncio de medidas restrictivas contra los coches diésel, como la tasa que pretende imponer o el endurecimiento de la ITV contra los vehículos más contaminantes han disuadido a la marca para que evite potenciar los modelos diésel en España.

    Volkswagen apuesta por que el diésel durará unos pocos años más. No solo porque la transición a nuevos coches eléctricos o de hidrógeno irá más lenta de lo previsto, sino porque la nueva tecnología ha convertido los nuevos modelos en coches menos contaminantes, aunque sean diésel. Prueba de todo ello es la presentación del nuevo GTD, que sí se venderá en la mayoría de los países europeos.

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    La marca sostiene que este cambio se debe a las necesidades de mercado, por lo que han preferido simplificar las variantes del mismo modelo. Así pues, el GTD no completará el elenco que presentan las versiones deportivas del Golf, es decir, hasta hace poco el GTI, el GTE y el MK7.

    Las ventas de coches diésel han caído en picado en España. No es ningún secreto que los mensajes que hablan de una inminente prohibición de los coches diésel en las grandes ciudades han calado en la sociedad, que ya solo acude a los compraventa para entregar su viejo diésel y comprarse un gasolina o un híbrido, en muchos casos más contaminantes que el que entrega.

    El dato de matriculaciones de vehículos diésel es del 25,9%

    En 2012, el 68,9% de los coches que se matriculaban en España eran diésel. Entonces daba igual que se contaminara más o menos, lo que contaba era el consumo. Y estos modelos eran más baratos en el día a día. Sin embargo, desde entonces todo fue de mal en peor para este tipo de coches. En 2018, los coches diésel que se matriculaban representaban solo el 36,9%. Una tendencia que se ha mantenido y que ha causado, en parte, que la mayoría de los españoles opten por un Toyota Corolla antes que por cualquier otro coche. Este último año (2019) el dato de matriculaciones de vehículos diésel es del 25,9%.

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    Dichas las cifras, parece obvia la decisión de Volkswagen de no traer su GTD. Un coche cuya deportividad y sus 200 CV se basan en ese combustible tan nocivo para el medio ambiente. Sin embargo, lo que de verdad han tenido en cuenta los dirigentes de la marca alemana han sido las previsiones de que, con la tasa que pretende imponer el Gobierno una vez aprueben los nuevos Presupuestos, los diésel se hundirán.

    Tener una legión de 2.000 deportivos diésel por España no es de recibo para el Gobierno. La tasa no es solo un medio recaudatorio. También disuasorio. Y Volkswagen ha captado el mensaje, a pesar de que sus motores TDI seguirán dando guerra unos años más. O al menos hasta que se haga palpable la nueva medida de Sánchez.

    Esto es lo que se llama desde el Gobierno «fiscalidad verde», que consiste en freír a impuestos a los coches más antiguos y al combustible más barato. Ni aparcar en la almendra central de la M-30 en la capital ni circular por lo que antes era Madrid Central y ahora será Madrid 360. Un ecologismo al que se ha sumado el PP que obligará a todos los que menos tienen a ahorrar un poco más de la cuenta para comprarse esos polémicos y caros híbridos que, no hay que olvidar, nacieron con el afán de convertir el consumo de un coche gasolina en el de un diésel.