Los trabajadores de la entidad bancaria BBVA no pueden más. CGT, que representa a una parte de estos empleados, ha pedido que de una vez por todas hagan “un banco vidable”, es decir, que se cuide y respete la vida de la plantilla. El sindicato ha denunciado que están sometidos a “múltiples presiones y reportes diarios” que tienen como consecuencia “ataques de ansiedad” e incluso “bajas por riesgos psicosociales”.
Los empleados demandan a la empresa un verdadero compromiso para que cumplan con aquellas premisas que se incluyen dentro del Acuerdo de Registro de Jornada y Desconexión Digital para mejorar la Conciliación Familiar y Laboral. Los representantes de CGT alegan que “la entidad presume de ser pionera” en promover este tipo de acuerdos, pero aseguran que no están cumpliendo con lo pactado.
Desde el sindicato explican que, a día de hoy, tienen que seguir soportando las órdenes de algunos superiores, que según indican, “pierdan la forma y la educación” con el único objetivo de conseguir dinero “a cualquier precio, vulnerando el respeto a las personas y sus familias” e incluso “no dejándonos ya ni elegir nuestras vacaciones”. Esto, sostienen, choca de frente con la imagen que publicita el banco de contar con “el mejor y más motivado equipo”.
LAS PRESIONES EN BBVA
La conciliación familiar y laboral en BBVA, según explican desde CGT, es inexistente. “Nos preocupa el trato que tiene la actual dirección con su plantilla”. A su juicio, la entidad está dividida en dos segmentos de trabajadores. Por un lado están “los directivos y aspirantes a serlo, con remuneraciones de alto standing”, mientras que por otro, se encuentra “la plantilla normal, que somos vistos como un mero coste contra el que intervenir y al que presionar continuamente.”
“Nos preocupa el trato que tiene la actual dirección con su plantilla”
Para aliviar la situación que denuncian, desde el sindicato han establecido algunas medidas que pueden ser claves para tratar en futuras mesas de negociación con la empresa y que esperan que mejore el estado actual de los trabajadores. Una de ellas es “homogeneizar las jornadas” que existen a día de hoy dentro de la entidad con el objetivo de favorecer la conciliación familiar.
Otra de esas peticiones sería la de permitir que los trabajadores puedan solicitar el desplazamiento de un territorio a otro, ya que muchos, según denuncian, acaban pidiendo excedencias o directamente dejan BBVA porque se ven obligados a elegir entre seguir manteniendo su puesto laboral o inclinarse por formar su familia. Una política de ubicaciones que CGT considera errónea.
Aprovechando estas peticiones y quejas laborales, el sindicato ha recordado al nuevo presidente del grupo, Carlos Torres —en el cargo desde enero de 2019— la importancia de que se restablezca la reputación de la entidad, que quedó fuertemente dañada después de que se conociera que el antiguo presidente Francisco González mantuvo una relación con el excomisario José Manuel Villarejo, tal y como adelantó en exclusiva MONCLOA.COM. Un hecho que provocó la dimisión de González como presidente de honor. Torres, a su llegada al cargo, anunció que abriría una investigación para esclarecer los hechos. Sin embargo, los empleados insisten en que todavía no conocen los resultados de la misma, por lo que piden “transparencia” y, sobre todo, que “se depuren las responsabilidades” cuanto antes.
OTRAS DENUNCIAS DE LOS TRABAJADORES
Esta no ha sido la única vez que los empleados de BBVA han denunciado un trato mejorable por parte de la empresa. Hace unos meses la entidad tuvo que hacer frente a una denuncia por negar el periodo de lactancia a una de sus trabajadoras. Según se refleja en una resolución, el banco le negó en 2018 los 15 días que le correspondían por haber sido madre alegando que su pareja estaba en el paro. Esta decisión le costó al grupo una infracción por “discriminación por razón de sexo”.
BBVA consideraba algo justo y legal negar este permiso porque uno de los miembros de la pareja estaba en situación de desempleo. Según se explica en su plan de Igualdad, hay tres requisitos “que deben cumplirse para el disfrute de la acumulación del permiso por lactancia: es un derecho de titularidad individual, lo que significa que cualquiera de los dos progenitores puede solicitar el mismo, no obstante solo uno de ellos lo puede disfrutar; es necesario que ambos progenitores trabajen (por cuenta propia o ajena) y que uno de ellos renuncie expresamente; y finalmente debe efectuarse la solicitud con 15 días de antelación al periodo de conclusión del descanso por maternidad“.
El hecho de que el banco considerara un “descanso” esta baja de maternidad, que en realidad se trata de un derecho, alertó al sindicato UGT en Cataluña que no tardó en denunciarlo, consiguiendo finalmente que le dieran la razón. La resolución, entre sus conclusiones, establece que BBVA aplicó “inadecuadamente” la ley y que interpretó de forma “restrictiva” el derecho que corresponde a cualquier mujer en esa misma situación.