Los vecinos del Barrio de las Letras, en pleno centro de Madrid, no pueden más. Los pisos turísticos han crecido exponencialmente en la zona, según insisten, “de forma ilegal” y esto les está complicado su rutina diaria. Algunos bloques de pisos ya cuentan con más de la mitad de sus viviendas dedicadas a esta actividad económica. Unas cifras que preocupan severamente a inquilinos estables.
En Madrid hay aproximadamente unos 12.000 pisos turísticos, de los cuales más de 6.900 se encuentran en el distrito Centro –estas al menos son las cifras oficiales, los afectados insisten en que hay muchos más–. Los viajeros y clientes que utilizan estas viviendas conviven directamente con el resto de vecinos resistentes habituales. Algo que está ocasionándoles muchos problemas de convivencia a diario.
PISOS TURÍSTICOS, UNA SITUACIÓN «INSOSTENIBLE»
Pilar es una de las afectadas. Lleva mucho tiempo viviendo en un piso situado en el Barrio de las Letras, pero desde hace 3 o 4 años la situación se ha vuelto insostenible. Su bloque alberga un total de 26 residencias, de las cuales 10 están destinadas al uso turístico. Un número que ha ido creciendo exponencialmente y sin control. “Todo ha ido degenerando delante nuestra sin darnos apenas cuenta. Ahora ya es un volumen inasumible”, comenta.
“Recuerdo que uno de mis vecinos, hace un par de años, me comentó que iba a dedicar su vivienda a este tipo de negocio. En ese momento no lo vi mal, quién iba a imaginarse que la situación fuera a convertirse en lo que tenemos a día de hoy”, ahora Pilar lamenta no haberle dicho a su vecino que no estaba de acuerdo con esta salida económica.
Los ruidos y tránsito continuo de gente ya no es el único problema al que tienen que enfrentarse. Esta vecina narra cuáles son otras prácticas que les perjudican directamente y también económicamente. Pilar cuenta que al principio intentaron llegar a un acuerdo con los dueños de estas viviendas para que pagarán más dinero a la comunidad y así ayudarles con los desperfectos que pudieran ocasionar, además de colaborar aún más con la limpieza. Sin embargo, esto no ha sucedido finalmente.
“Las escaleras de mi edificio son de madera antigua, las reparamos hace poco y ya están otra vez destrozadas de los viajeros que arrastran sus maletas. Lo mismo pasa con la pintura. Un desastre”, explica Pilar. También nos cuenta que los vecinos decidieron hace poco incorporar una cerradura magnética porque la manual estaba siempre rota de tanto abrirse. Ese gasto lo pagaron entre todos y ahora solo la utilizan los residentes, porque los viajeros utilizan la llave. La cerradura se sigue rompiendo y la vuelven a pagar entre todos.
“No cuidan ni se preocupan por nada, si se rompe una bombilla en su descanso ni la cambian”. Tampoco reciclan la basura, algo que expone a todos los resistentes a multas de parte del Ayuntamiento, que obliga a reciclar. Lo que más lamenta esa vecina es que “nosotros, que somos muchos pensionistas, estamos pagando y financiando a las grandes empresas, por ejemplo, cubriendo los destrozos que ellos hacen en las comunidades”.
LA RESPUESTA DEL AYUNTAMIENTO
La Asociación de Vecinos del Barrio de Las Letras, a la que pertenece Pilar, explica que los residentes que están afectados por este negocio ya han denunciado en varias ocasiones las irregularidades de estos pisos turísticos. La mayoría de los que conocen, según afirman, no cumplen con la normativa VUT (de Vivienda de Uso Turístico) que fija una serie de premisas para poder legalizar este negocio.
En el piso de Pilar, por ejemplo, ninguno cumple con la norma de tener una entrada independiente. No obstante, de momento, ninguno ha sido cerrado. Los vecinos tienen conocimiento de que a algunos le ha llegado una orden de cese por parte del Ayuntamiento para que dejen de hacer la actividad. Pero muchos siguen saltándose este aviso por alto y continúan con su actividad.
Desde la Asociación denuncian que este nuevo gobierno municipal, encabezado por José Luis Martínez-Almeida, tiene “una absoluta pasividad” en este tema, porque, según aseguran, desde el propio consistorio les reconocen que la situación es complicada y no saben cómo actuar. Los vecinos se quejan que desde la llegada de PP y Ciudadanos las vías de comunicación con ellos se han recrudecido y se sienten desamparados.
Mientras tanto, desde el Ayuntamiento ya han anunciado que van a proceder a sancionar con multas de 1.000 –la primera vez– y que podrán ir ascendiendo a 2.000 y 3.000 euros a estos pisos turísticos que ya hayan sido avisados de su cese y no lo hayan hecho. Por el momento hay nueve expedientes en trámite, de los cuales ocho pertenecen al distrito centro, que es el más afectado. El consistorio ya ha incluido nuevas formas de regulación para esta actividad en la nueva ordenanza de licencias urbanísticas, en la que por ejemplo se incluye que estos pisos cuenten con el visto bueno de tres quintas partes de los vecinos, entre otras medidas. Aunque los afectados siguen insistiendo en que esto no se está cumpliendo como es debido.