El expresident de la Generalitat de Cataluña Quim Torra se resiste a que la crisis del coronavirus entierre, aunque sea de forma momentánea, las demandas de los independentistas. Los nacionalistas catalanes quieren que su causa siga en las portadas de los periódicos y no dudan en dar la nota para que los medios les hagan caso en estos tiempos tan convulsos. Torra se ha dirigido ya a la cadena británica BBC y ha enviado cartas a los líderes de la Unión Europea para quejarse de la gestión del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y, sobre todo, para mantener vivo el desafío secesionista, muy apartado durante la crisis del coronavirus.
La situación es lamentable. Los independentistas, especialmente el entorno de Junts per Catalunya, no rechazan ni una sola oportunidad para recordar al mundo y a la sociedad que siguen demandando la independencia, aunque para ello tengan que hablar de la crisis del coronavirus. Lejos de arrimar el hombro, Torra ha llamado a la puerta de la cadena británica BBC para denunciar que el Gobierno no les permite llevar a cabo un confinamiento efectivo. “Nuestras competencias fueron centralizadas y ahora tenemos menos competencias para ayudar a nuestra gente”, aseguró Torra en la cadena de televisión inglesa.
“Nuestras competencias fueron centralizadas y ahora tenemos menos competencias para ayudar a nuestra gente”
El Ejecutivo, en su taimada línea frente a los independentistas (ya que su estabilidad y su futuro presupuestario depende de ellos), tan solo ha pedido “un mínimo de lealtad y de cooperación” a Torra. Algo a lo que el expresidente de la Generalitat ha respondido enviando una carta a las entidades que componen la Unión Europea para quejarse de lo mismo que denunció en la BBC. Toda una actitud que desentona con la línea de unidad política que han planteado la mayoría de los partidos. Incluso Vox, quien ha aprobado los planes de choque de Sánchez para combatir la crisis del coronavirus.
“Haber mantenido ilegalmente a un delincuente traidor al frente de la Generalidad tiene estas consecuencias. Ahora aprovecha el dolor de los españoles para mentir impunemente en las televisiones internacionales. Tarde o temprano lo pagará muy caro”, ha comentado en la red social Twitter el líder de Vox, Santiago Abascal.
Pero las críticas a Torra no le han venido solo desde los grupos políticos más contrarios a su postura. El PSC ha cargado también contra el expresidente de la Generalitat y le ha calificado de “irresponsable” después de que asegurara en la BBC que Sánchez se niega permitir el confinamiento de los catalanes.
Y respecto a su pataleta con la UE, el mensaje que Torra ha hecho llegar al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, al Comité de Regiones y al presidente del Parlamento Europeo, David Sasoli, básicamente se queja de la negativa del Ejecutivo de Pedro Sánchez a tomar medidas más drásticas en Cataluña.
EL CORONAVIRUS ECLIPSA A LOS NACIONALISTAS
Pero no ha pasado desapercibido para gran parte de la plana política que lo que esconde esta pataleta internacional de Torra no es otra cosa que mantener vivo el desafío independentista, que se ha visto eclipsado por la crisis del coronavirus, una de las mayores amenazas a las que se ha enfrentado el país.
Desde Esquerra Republicana de Catalunya mantienen una actitud menos lesiva, aunque sí muy crítica con el Gobierno de Pedro Sánchez, al que el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, considera responsable de la gran crisis que atraviesa y atravesará el país.
No es ningún secreto que la posición dura del independentismo, alejada del diálogo y de la voluntad de llegar a pactos, la ha adoptado Junts per Catalunya estos últimos años. Ellos fueron mucho más beligerantes que ERC con Pedro Sánchez cuando éste trataba de formar Gobierno y han establecido una política de bloques irreconciliables cuyo único punto de encuentro, según sus propios planteamientos, es la celebración de un referéndum vinculante por la independencia de Cataluña.
Tampoco es la primera vez que los independentistas de Cataluña se revuelven contra la actualidad porque eclipsa lo que para ellos es el mayor de los derechos: la autodeterminación. La crisis del coronavirus ha hecho que se olvidaran todas las demandas del los nacionalistas. Y lo ha hecho justo cuando el Gobierno de España dependía de ellos y cuando, por tanto, acariciaban con la mano un referéndum vinculante al que el Ejecutivo no se había negado.
Ahora se aproxima una crisis económica con pocos precedentes, lo que condicionará los Presupuestos Generales del Estado casi tanto como los independentistas. Esos PGE que garantizarán, o no, la continuidad del Gobierno de coalición o la celebración de unas elecciones que desde el Ejecutivo se ven cada vez más cerca.