El Colegio Arzobispo Fonseca, de la Universidad de Salamanca, reconvertido en hospital

El Colegio Arzobispo Fonseca de Salamanca ya sabe lo que es el coronavirus, pues actualmente en este emblemático edificio se recuperan distintos pacientes aquejados de los efectos del Covid-19.

Ahora, sus muros cinco veces centenarios dan resguardo y atención, con la presencia de sanitarios, a infectados por el virus pero no es la primera ni la única vez que estas instalaciones de la Universidad de Salamanca (USAL), próximas al Complejo Asistencial de la ciudad, cambian de uso o se adaptan a las circunstancias.

Sus orígenes datan de 1519, cuando el arzobispo de Santiago de Compostela, Alonso de Fonseca, decidió levantarlo para que los estudiantes gallegos tuviesen un lugar donde morar si decidían formarse en las aulas del Estudio salmantino.

Así surgió un edificio conventual de estilo plateresco, declarado Bien de Interés Cultural en 1931, que el pasado año cumplió cinco siglos y que embelesa por su claustro -con una reciente iluminación nocturna, que llama la atención a quienes disfrutan de él-, además de una capilla marcada por el excepcional retablo de Alonso de Berruguete.

En los trabajos de construcción participaron los arquitectos Diego de Siloé, Gil de Hontañón y Juan de Álava, quienes levantaron el que luego fue uno de los cuatro colegios universitarios históricos de la USAL, hasta que el monarca Carlos III le hizo cerrar sus puertas con su reforma de finales del siglo XVIII.

Posteriormente, fue hospital general y, tras la Guerra de la Independencia, se convirtió en el ‘Colegio de los Irlandeses’, cuando abrió las puertas para albergar a los católicos irlandeses que se habían quedado sin hogar.

Las tropas francesas, en tiempos de la Guerra de la Independencia, tumbaron el Colegio de San Patricio, al que acudían los irlandeses desde finales del siglo XVI, y Fonseca fue su nueva casa hasta 1936.

En esos años, sobre 1923, se le relacionó con el origen del club de fútbol más conocido de la ciudad, la Unión Deportiva Salamanca. La llegada del balompié y el inicio del equipo blanquinegro se vincula a esos estudiantes del norte de Europa.

Así, las décadas han ido pasando hasta llegar al actual Colegio Arzobispo Fonseca, con 42 habitaciones para huéspedes, actualmente a disposición de sanitarios y pacientes con coronavirus y otros servicios -temporalmente cerrados por la crisis del Covid-19- como cafetería, espacios para reuniones, biblioteca o la antigua capilla.

CLAUSTRO

Este lugar, tan reconocido de Salamanca, alberga uno de los claustros más bonitos de la ciudad, un patio que cada verano, hasta 2017, acogió las ‘Noches del Fonseca’, con conciertos, teatro, danza y otros espectáculos, y otras iniciativas que se han sucedido en los últimos años como las exhibiciones de las esculturas ‘Carmen despierta’ y ‘Carmen dormida’ de Antonio López, dentro de la exposición ‘Seducidos por la realidad, o la muestra con publicaciones de Marca sobre el deporte en Salamanca.

También, en 2018, este mismo claustro sirvió de punto de encuentro para la cena de bienvenida de la reunión internacional de rectores ‘Universia’, dentro de los actos del octavo centenario de la USAL, una elección que permitió a los comensales disfrutar de un espacio monumental con 500 años de historia.