El Ejército en tiempos del Covid-19: Todo por la Patria

El antiguo lema que preside aún muchos de los recintos militares y de Guardia Civil de España, ‘Todo por la Patria’, es un concepto absolutamente revolucionario y viene de cuando los españoles nos revelamos contra los franceses. Surgió durante la Guerra de la Independencia Española contra el ejército de Napoleón entre los años 1808 y 1814. Patria significa toda la nación, todo el territorio y todos los que formamos parte de él. No era un lema militar, ni siquiera político. Era una frase revolucionaria, el grito de la calle contra la ocupación.

Surgió un nuevo orden social en la calle y se enfrentaba entonces al ejército francés. Hoy nuestra lucha es contra el coronavirus. Desde la declaración del estado de alarma en todo el territorio nacional unos de los cuatro ministerios clave en esta crisis, es Defensa.

Su titular Margarita Robles, ha establecido medidas de ayuda para afrontar la situación de emergencia sanitaria provocada por el coronavirus (Covid-19) en España.

En primer lugar, el despliegue de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en aquellas zonas urbanas donde tenían desplegados contingentes, es decir: Madrid, Valencia, Sevilla, Zaragoza, León, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife.

El despliegue inicial supera los 900 militares de todos nuestros batallones. Sus primeros enclaves fueron estructuras críticas como las estaciones de Madrid-Puerta de Atocha o Valencia-Joaquín Sorolla con 350 militares.

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Después un total de 2.622 militares han operado en 59 ciudades de toda España en tareas de desinfección que han afectado a los aeropuertos de Barajas, El Prat, Málaga, Bilbao, Valladolid, Gran Canaria y Tenerife Norte y Sur; los puertos de Barcelona, Algeciras o Castellón; los juzgados de Plaza de Castilla y Plaza de la Paloma, en Madrid; los hospitales Príncipe de Asturias, Gregorio Marañón, el Clínico, la Paz y Ramón y Cajal en Madrid, así como los clínicos de Zaragoza y Valencia; las estaciones del AVE de Sevilla y Málaga y cercanías de Sevilla, Antequera, Valencia y Castellón; y residencias de ancianos.

Incluso la Casa del Rey, anuncio a través de un tuit, que el Rey había puesto a disposición de la ministra Margarita Robles a los 1.500 efectivos de la Guardia Real, que se dedican a rendir honores y dar escolta a los miembros de la Familia Real y a los jefes de Estado extranjeros invitados a España y cuyo presupuesto corre a cargo de Defensa. El jefe del Cuarto Militar del Rey, almirante Juan Ruiz Casas, coordinará con el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general Miguel Ángel Villarroya, la participación de la Guardia Real en la Operación Balmis de lucha contra el coronavirus.

La Operación Balmis, que coordina las actuaciones de las Fuerzas Armadas en la lucha contra la pandemia, se extiende ya a las 17 comunidades autónomas, Ceuta y Melilla. Además de Cataluña, por supuesto, a donde llegaron 85 militares y 28 vehículos ligeros del Batallón de Emergencias de Zaragoza, dos instalaciones estratégicas dependientes de la Administración Central, la UME tenía previsto intervenir en la Delegación del Gobierno en Pamplona (Navarra). En el País Vasco, también realizan labores de ayuda aparte de reconocer y preparar la base de Araca (Vitoria), por si finalmente se decide instalar allí un hospital de campaña.

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Los hospitales militares también se pusieron a disposición del Ministerio de Sanidad y se han dado instrucciones a la farmacia militar para que incremente la elaboración de la solución desinfectante hidroalcohólica y otros medicamentos genéricos que fueran necesarios. Asimismo, se ha procedido a la activación de médicos militares en la reserva.

Por ejemplo, en Asturias, efectivos del Regimiento Príncipe, con base en Oviedo, han montado un puesto de socorro semipermante para clasificación de pacientes (triaje) en el párking del Hospital Universitario Central de Asturias. Los militares se encargan del montaje, mantenimiento y apoyo a la gestión del puesto, mientras que la atención sanitaria corre a cargo del personal del centro hospitalario.

Las Fuerzas Armadas están colaborando también con la Policía Nacional y la Guardia Civil. Los militares patrullan las calles de numerosas ciudades, pero ya no lo hacen con armas largas, como en los primeros días, sino solo con pistolas, por instrucción del jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, general Francisco Javier Varela.

La Guardia Civil está instruyendo a miembros de las Fuerzas Armadas para hacerse cargo de la vigilancia de las centrales nucleares de Trillo (Guadalajara), Almaraz (Cáceres) y Cofrentes (Valencia) y así liberarla de esta función.

Especial mención política requiere el caso de Cataluña, donde el gobierno de la Generalitat ha entorpecido desde el primer momento, pese a la dramática situación, por ejemplo, de centenares de residencias de ancianos en Cataluña por la falta de personal, las labores que lleva a cabo el Ejército, tal como han denunciado diferentes alcaldes afectados. En Euskadi a pesar de los reparos del PNV, también los militares acometen labores de ayuda.

En palabras del general Villarroya, la lucha contra la Covid-19 es “una contienda bélica sin armas o con otras armas”, que requiere “disciplina, espíritu de sacrificio y moral de victoria”. Todo por la patria.