El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está desbordado con la crisis del coronavirus. Desde el Ejecutivo no saben cuándo acabará la cuarentena ni cuándo podrá estar controlado el patógeno que ha paralizado medio mundo. El único plan que contemplan desde el Gobierno es que la infección del virus se contenga con la llegada de las altas temperaturas, tal y como ha podido saber MONCLOA.COM tras consultar fuentes cercanas al Ejecutivo. Por eso todos los pronósticos consideran que en mayo o en junio el país podrá volver a la normalidad. Pero lo cierto es que ni siquiera están seguros de ello.
Los datos del nivel de contagio del coronavirus en países en los que ahora hace calor son mucho menos agresivos que en la mitad norte del planeta. Esto entusiasma a los expertos, quienes ven cómo el virus dura menos en las superficies con altas temperaturas. La esperanza es que con más de 30 grados el patógeno pierda capacidad de infección y permita al país retomar la actividad normal, ya que el parón y el confinamiento ya han costado 833.979 empleos, según los últimos datos de la EPA. Una cantidad nada desdeñable si se tiene en cuenta que hay otros 620.000 trabajadores afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Aun así, ese es el gran plan del Gobierno. Mantener a la gente en sus casas hasta que haga calor y se rebaje el número de infectados por el coronavirus. Una chapuza que desde otros países ven con asombro, pues Alemania ya ha puesto en marcha miles de protocolos para superar la pandemia y reactivar el país lo antes posible.
El país germano estudia incluso dar certificados a aquellos que ya sean inmunes al virus. Pero para eso hacen falta análisis y tests rápidos en los que se pueda averiguar cómo ha afectado el virus a la población. Número de infectados y número de personas que han superado la enfermedad. Con esto, se puede restablecer una normalidad paulatina. Pero España aún está en el proceso de averiguar dónde comprar los tests rápidos, no hablemos de ver quién ha sido asintomático y ya es inmune al virus.
Así pues, nuestra mejor arma parece ser la paciencia y el calor. Esperemos que en mayo llegue una buena ola de calor que reduzca el nivel de infectados y nos permita restablecer la actividad. Si no, la falta de un plan puede mantener a los españoles confinados por un mes más (o incluso dos).
La peor noticia es que ya con 10.000 personas fallecidas los expertos no saben cómo afectará la llegada de las altas temperaturas al patógeno. No tienen ni idea, aunque sí estiman que será positivo. Pero de no ser así, en verano seguirían los contagios y los planes del Gobierno se volverían a ver truncados.
En el mejor de los casos, el coronavirus se convertirá en una enfermedad estacional. En el peor se mantendrá todo el año. Los últimos estudios indican básicamente que la idea de que el calor destruya al virus es solo una esperanza, no una certeza.
«Según las evidencias hasta ahora, el virus que causa COVID-19 puede ser transmitido en todas las zonas, incluyendo las áreas con clima cálido y húmedo. Independientemente del clima, adopta medidas de protección si vive o viaja a un área que reporta COVID-19. La mejor manera de protegerse contra el COVID-19 es limpiarse las manos con frecuencia», ha asegurado la Organización Mundial de la Salud (OMS).
«Aún se desconoce si el tiempo y la temperatura afectarán la propagación del COVID-19. Algunos otros virus, como los del resfriado común o de la gripe, se propagan más durante los meses fríos, pero eso no significa que es imposible enfermarse a causa de uno de esos virus durante otros meses. En estos momentos, no se sabe si la propagación del COVID-19 se reducirá cuando el tiempo se ponga más cálido». Estas palabras son de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.
Aún así, Sánchez se ha encomendado al verano y al confinamiento para mejorar los datos. Entre tanto, la estrategia del Gobierno no está siendo efectiva, ya que ni siquiera han sido capaces de comprar una buena cantidad de tests rápidos que permitan a la población saber quién tiene el virus y quién no, fundamental para contener la pandemia.