El Gobierno catalán busca «soluciones» para el enterramiento de musulmanes

La Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Cataluña ha enviado una carta a los ayuntamientos catalanes –a través de las entidades municipalistas– para que «busquen soluciones» en sus cementerios para poder enterrar a difuntos de confesión musulmana.

En la carta, consultada por Europa Press, la Generalitat afirma que la crisis de la Covid-19 está impactando en el ámbito funerario, recuerda que es competencia municipal, y subraya que todas las confesiones tienen ritos, prescripciones o tradiciones en el acompañamiento de cadáveres, protegidas legalmente.

Ha remarcado que una de las mayoritarias es la comunidad islámica y ha recordado que en Cataluña hay una «carencia generalizada» de parcelas islámicas en los cementerios o de espacios que sin ser privativos sean adecuados a sus prácticas funerarias.

Desde la Generalitat, se subraya que se es consciente de que muchos ayuntamientos están trabajando abordar esta situación.

Las comunidades islámicas, recuerda la Generalitat, acostumbran a repatriar los cadáveres hacia los países de origen y tienen suscritas pólizas de seguros que cubren esta repatriación, pero que con las restricciones fronterizas «no es posible», lo que provoca un aumento de la demanda de entierros islámicos en Cataluña.

SIN ESPACIO EN LAS CÁMARAS Y SIN EMBALSAMAR

Ha recordado que la opción de mantener los cuerpos en cámara frigorífica en el tanatorio «no es viable» porque la situación temporal no tiene fecha límite actualmente, no hay espacio, los costes son elevados y no está claro que el seguro se haga cargo un periodo tan largo, por lo que la situación planteada es que los cuerpos no se pueden trasladar y se tienen que inhumar en Cataluña.

Ha sostenido que el entierro provisional en Cataluña para después repatriar el cuerpo a Marruecos «no es posible», ya que el cuerpo se tendría que embalsamar y eso no se puede hacer a causa del coronavirus.

NO ESTÁ PERMITIDA LA INCINERACIÓN

La Generalitat recuerda que según la doctrina islámica, el cuerpo de una persona al morir tiene que ser inhumado en tierra, las tumbas tienen que estar orientadas hacia la Meca tienen que estar separadas de aquellas que acogen personas de otras confesiones y no está permitida la incineración: «En situaciones de fuerza mayor las familias pueden llegar a aceptar la incineración, pero difícilmente encontraremos un pronunciamiento público en este sentido», ha dicho.

La secretaria general de la Conselleria de Justicia, Patrícia Gomà, ha afirmado que la Generalitat está en contacto con los ayuntamientos y entidades municipalistas para que los difuntos musulmanes puedan ser enterrados en base a «los ritos y características» de estos entierros.

Asuntos Religiosos ha considerado importante que los ayuntamientos tengan presente estas circunstancias y busquen «soluciones urgentes, aunque sean provisionales», para hacer frente a esta situación, y se ha ofrecido para asesorarlos y acompañarlos.

La Generalitat también está en contacto con la comunidad musulmana y les ha transmitido que debe tener presente la excepcionalidad de la situación y que es necesario un «esfuerzo de adaptación» por parte de todos, ayuntamientos y comunidades, y evitar planteamientos maximalistas.

Ha afirmado que se debe tener presente que la fórmula de entierro en tierra es «más onerosa», lo que multiplica la inquietud de las comunidades.