Simón o la ley mordaza: El legado de Rajoy que usa Sánchez contra el coronavirus

  • Fernando Simón fue nombrado director de Emergencias Sanitarias por el Gobierno de Rajoy.
  • El Ministerio de Interior se vale de la Ley Mordaza para multar a quienes se saltan la cuarentena.
  • Aún el Gobierno se mueve con los presupuestos prorrogados de Mariano Rajoy.
  • Aún están prorrogados los presupuestos del expresidente, Mariano Rajoy. Los gastos del Gobierno están marcados todavía, cinco años después, por el criterio del exmandatario del PP. Pero hay más legados políticos de Rajoy que hoy el presidente socialista Pedro Sánchez utiliza para combatir el coronavirus. El director desde 2012 del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, Fernando Simón, fue nombrado en pleno Gobierno de Rajoy. Y ahora, Sánchez se ha amparado en la Ley Mordaza que tanto criticó para asegurar que los ciudadanos cumplen la cuarentena durante el estado de alarma.

    Ya han sido propuestos para sanción administrativa 180.387 ciudadanos por no respetar el confinamiento. Y para agilizar los trámites, la policía se ha amparado en la Ley Mordaza. Esta ley tan polémica que fue incluso criticada por miembros de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado es ahora la que el Ministerio de Interior de Fernando Grande Marlaska emplea para agilizar las sanciones contra los que se saltan la cuarentena. Un legado político de Rajoy que, después de ser duramente criticado por los socialistas en sede parlamentaria, sirve a los socialistas para mantener el orden en las calles.

    Pero no solo eso. Quien es ahora la cara del Gobierno para informar sobre el coronavirus y en quien se ha apoyado del todo Sánchez para que haga un seguimiento de la pandemia del virus es un nombramiento de Mariano Rajoy. Fernando Simón, el epidemiólogo que se ha puesto de moda estos días, fue un nombramiento del PP que a día de hoy sigue al frente de este tipo de situaciones dentro del Ministerio de Sanidad.

    Simón ha trascendido cualquier identidad política, ya que fue él quien también lidió con otras potenciales pandemias o amenazas como la Gripe A o la crisis del ébola, tan recordada ahora.

    Y a todo esto, los márgenes en los que se mueve el Gobierno de Pedro Sánchez desde que arrebatara a Mariano Rajoy la presidencia a través de una moción de censura siguen siendo legado del PP. Los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que a día de hoy siguen validando al Gobierno son los de Mariano. Se han prorrogado durante cinco años y, con la crisis del coronavirus, se prevé la posibilidad de que se vuelvan a prorrogar una vez más.

    Luego está el gasto presupuestado por el PP para la sanidad pública. Mucho se ha criticado que los populares recortaron en Sanidad, y es cierto. Concretamente entre 2012 y 2014. Sin embargo, los presupuestos de Rajoy que Sánchez heredó contemplan un gasto sanitario bastante elevado, pues creció hasta en 5.000 millones de euros en cuatro años de gobierno. En 2009 (en plena etapa de José Luis Rodríguez Zapatero), el gasto era de algo más de 73.000 millones de euros. Y en 2018, con Mariano Rajoy ya de presidente, de 75.435 millones de euros.

    UNA GESTIÓN ACERTADA

    Y luego está la comparación en referencia a la gestión sanitaria de estas crisis. Mucho se ha recordado las críticas de Unidas Podemos y del PSOE a Mariano Rajoy por la denominada crisis del ébola. El Gobierno de Rajoy decidió en 2014 acoger un español enfermo de ébola. Y por una imprudencia, una enfermera se contagió del virus, lo que hizo pensar a muchos que España podría sufrir una pandemia similar a la que está viviendo ahora con el coronavirus. Afortunadamente no hubo más contagios locales y todo se saldó con el sacrificio de un perro (llamado Excalibur), propiedad de la enfermera, que corría el riesgo de contagiar el ébola a otras personas.

    Muchos han comparado las declaraciones y el tono, pues entonces Pablo Iglesias, actual vicepresidente del Gobierno, y el propio Sánchez pidieron la dimisión de Mariano Rajoy. Ahora, desde el PP, solo han recordado que si la crisis del ébola fue suficiente como para pedir una dimisión, por qué la del coronavirus debe ser diferente. Especialmente por el grado de diferencia, ya que con el ébola tan solo se sacrificó un perro, y con el coronavirus el desastre es mucho más que notable.