El preso de ETA Gorka Fraile Iturralde ha quedado en libertad condicional este lunes al hacerse firme el auto dictado el pasado 27 de marzo por la Audiencia Nacional. Fraile Iturralde, que sufre una enfermedad grave, ha cumplido una condena de 22 años, según ha informado la asociación de familiares de presos de ETA, Etxerat.
Fraile, natural de Durango (Vizcaya), ingresó en prisión en abril de 1998 y sobre él pesaba una condena de 25 años por los delitos de estragos, tenencia de explosivos y depósito de armas.
Cumplió las tres cuartas partes de la condena en diciembre de 2015 y la Junta de Tratamiento de la prisión de El Dueso propuso, el pasado mes de diciembre, su progresión a tercer grado y el traslado al Centro Penitenciario de Pamplona.
Según ha recordado Etxerat, Gorka Fraile es uno de los presos que «completaba la lista de quienes padecen enfermedades graves e incurables», por lo que, tras su puesta en libertad, son 13 los reclusos con enfermedades graves e incurables, a los que añaden cuatro «que no quieren hacer pública su identidad».
La asociación ha indicado que, en el contexto del estado de alarma, Fraile no debía pernoctar en prisión, como anunció Instituciones Penitenciaria «para todos los presos en tercer grado», si bien entre los reclusos de ETA esta medida solo se ha aplicado a Fraile.
«Consideramos impresentable que, del total de 73 presos vascos que en 2020 van a cumplir parte de sus condenas, tan solo 28 estén en segundo grado y que únicamente a ocho se les han concedido permisos ordinarios», ha denunciado.
A su juicio, en la actual coyuntura de emergencia, «debe prevalecer el derecho a la salud«, y ha reiterado «la necesidad de excarcelación de los gravemente enfermos, mayores de 70 años y quienes están en situación de acceder a la libertad condicional, así como de quienes han salido ya de permiso por aplicación del tercer grado.