Los judíos celebrarán este miércoles 8 de abril la cena de Pascua (Seder de Pesaj) en unas circunstancias excepcionales porque la cuarentena por la pandemia imposibilitará los encuentros familiares.
Cada familia celebrará la cena en su circunstancia actual y los rabinos de España entonarán una oración especial en memoria de los fallecidos por el COVID-19, por la recuperación de los enfermos y por las familias que están sufriendo, según informa la Federación de Comunidades Judías de España (FCJE).
Pésaj es una de las festividades más solemnes del calendario judío. El relato de Pésaj se recoge en el libro del Éxodo que cuenta cómo los «hijos de Israel», liderados por Moisés, escapan de la esclavitud en Egipto y escapan al desierto donde sobreviven durante 40 años hasta llegar a Canaán, la tierra prometida.
Es tradición prepararse para Pésaj con una limpieza profunda. Las familias limpian a conciencia las casas y algunas guardan el menaje de uso diario en la cocina para sustituirlo estos días de Pascua por una vajilla especial. Durante la semana que dura esta gran fiesta no se consumen alimentos fermentados en recuerdo de la premura por salir de Egipto que impidió hacer pan con levadura. La Matzá (pan ácimo) sustituye al pan normal.
La gran cita de Pascua es la noche del Séder, la cena pascual, que este año se celebra este miércoles 8 de abril. Esta noche es especial porque los judíos recuerdan en familia el capítulo de la salida de Egipto, y adornan la mesa con un plato especial (keará) que contiene seis alimentos simbólicos que evocan la historia de los israelitas.
En concreto, se trata del maror (hierbas amargas frescas que simbolizan el sufrimiento del pueblo durante la esclavitud); jazeret (tronco de lechuga que simboliza la dureza de la esclavitud); y jaroset (pasta dulce de color marrón, mezcla de diversos frutos secos, manzana, mi, que representa la argamasa que los israelitas esclavos fabricaban en Egipto).
También comen el karpas (una verdura de sabor amargo –perejil o apio– que se moja en agua salada (que representa lágrimas) en recuerdo de la venta de José por sus hermanos que fue la causa del exilio en Egipto; zeroa (muslo de pollo o carne cocida que recuerda el sacrificio del cordero que hicieron los israelitas en Egipto) y beitzan (huevo cocido con su cáscara que simboliza el sacrificio que se ofrecía en el Templo de Jerusalén).
Asimismo, es tradición que el más pequeño de la casa pregunte el significado de la celebración y es la explicación la que recuerda este capítulo de la historia. Se comienza con la pregunta: ‘¿Por qué esta noche es diferente a las demás?’.