Greenpeace pide no repetir los errores de la crisis de 2008

Greenpeace insta al Gobierno y al resto de administraciones públicas que no repitan en la situación provocada por el coronavirus los mismos errores cometidos en la gestión de la crisis económica del 2008 de modo que demanda que se ponga en el centro a las personas y al planeta.

La ONG ha publicado un documento ‘De la Gran Recesión a la crisis del COVID-19: lecciones aprendidas’, entre las amenazas de la salida de la crisis del coronavirus son el aumento de la desigualdad y la exclusión social, mayor precarización laboral, relajación de la protección ambiental y la pérdida de derechos civiles, y señala que la reconstrucción económica y social debe abordar de forma simultánea la defensa de la salud, la economía y el medio ambiente.

Greenpeace recuerda las recetas que a su juicio hace 12 años provocaron el aumento de la desigualdad y la exclusión social, el desprecio a la protección de la salud ambiental o la pérdida del liderazgo en sectores como el de las energías renovables.

Para el portavoz de Greenpeace Miguel Ángel Soto, aunque las dos crisis tienen desencadenantes y naturaleza distinta, la gran amenaza es que en las próximas semanas y meses es que los sectores más vulnerables de la sociedad «vuelvan a ser los que paguen los platos rotos».

Por ello, pide no volver a los recortes en políticas sociales y ambientales, ni que se repita el «hachazo» a las energías renovables y que se aplace la transición energética o la desprotección del territorio y destrucción de la biodiversidad y mala gestión de los recursos hídricos, entre otras medidas que recuerda.

Para Soto, la reconstrucción económica y social «no puede ser un retorno al status quo» sino que ahora toca poner a las personas y el planeta en el centro.

«Necesitamos un impulso renovado a la transición energética, la descarbonización de la economía, cambios profundos en las cadenas de valor, con nuevos objetivos en los sistemas de transporte, financiero, agroalimentario, etc. El dinero público debe ser invertido para comenzar una transformación hacia una sociedad en los que nos cuidemos las personas en el marco de la asunción de los límites planetarios y el justo reparto de los recursos», receta Soto.

Además, para la ONG, si la actual crisis enseña algo es la «importancia» de disponer de un «buen sistema de salud», del papel estratégico de colectivos y sectores que antes estaban marginados en presupuestos y políticas y que hoy son «ensalzados por sostener a la población durante la crisis».

En este contexto, la ONG ve positivas las medidas de choque anunciadas por el Gobierno para «amortiguar» el golpe a trabajadores, empresas o los alquileres de las viviendas, pero cree necesario «cuanto antes» que se apruebe un ingreso mínimo vital que garantice la seguridad a todas las personas.

También ve positivo pero insuficiente impedir la interrupción de los suministros energéticos y de agua durante el estado de alarma y que se extienda el bono social eléctrico a autónomos que hayan cesado su actividad o que hayan reducido su facturación en un 75% como consecuencia del brote del COVID-19. Sin embargo, recuerda que está pendiente acometer una «profunda» reforma del modelo de bono social para que sea una herramienta efectiva de protección y prevención de la pobreza energética.