Podemos se quiere quedar en casa mientras Vox y PP retoman la actividad en el Congreso

  • Podemos apuesta por el teletrabajo, excepto Pablo Iglesias, que se ha saltado más de una vez el confinamiento.
  • PP y Vox quieren retomar la actividad físicamente en el Parlamento.
  • Podemos ha acusado a los conservadores de querer hacer márketing con este gesto irresponsable.
  • La formación morada considera una irresponsabilidad que el Partido Popular y Vox pretendan acudir al Congreso de los Diputados para retomar su actividad parlamentaria. Mientras todos los españoles están confinados, los populares y los de Santiago Abascal han decidido acudir a las sesiones y salir a la calle para trabajar, según aseguran desde Podemos y desde los partidos conservadores, «para que se les vea». Podemos considera que lo responsable es quedarse en casa y «teletrabajar y votar a distancia».

    Hay diferencia de opiniones. Mientras que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha decidido que los suyos son un servicio esencial que se debe de mantener vigente durante la crisis de la pandemia, el poder legislativo ha dado un paso atrás y ha decidido encerrarse en casa, al igual que han ordenado al resto de los españoles por responsabilidad.

    Mientras los jueces siguen acudiendo a los tribunales, Iglesias y los suyos han decidido no arriesgarse a contagiar a los suyos en el Congreso, pero el PP y Vox han considerado que no pueden mantenerse en la sombra de sus casas y han decidido salir a la calle para «que se les vea» trabajar.

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    Desde Podemos creen que se trata de una medida de efecto, algo electoralista que solo busca márketing, que lo responsable es quedarse en casa. Al menos es lo que han afirmado en las redes sociales desde su cuenta oficial a pesar de que Iglesias se haya saltado el confinamiento en más de una ocasión con el amparo del Gobierno.

    Lo que es evidente es que dentro de esta discusión, si Podemos cree irresponsable que los diputados y parlamentarios se salten la cuarentena para acudir a las sedes legislativas, también debería considerar que la actitud de Iglesias no fue la adecuada. Pero en esta guerra entre los partidos todo vale. Incluso que días después de que el vicepresidente del Gobierno se saltara la cuarentena para ir a trabajar teniendo en casa a su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero, con el coronavirus.

    La iniciativa en los partidos conservadores la tomó Santiago Abascal al romper el confinamiento. «Vox toca el silbato y la derechita cobarde baila», le reprochó la portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputafos, Adriana Lastra, respecto de la decisión de los partidos de Santiago Abascal y Pablo Casado de que los suyos volvieran al trabajo. En el caso del PP, fue la dirigente Cayetana Álvarez de Toledo la que aseguró que acudirían al Congreso «cuantos diputados sean posibles desde el punto de vista sanitario».

    El caso de Vox fue, a los ojos de Podemos, el más irresponsable, pues los 52 diputados de la formación liderada por Abascal han roto el confinamiento para ir físicamente al Congreso pese a no tener ninguna actividad. El PP, aunque le ha seguido, al menos tiene la excusa de ir a votar.

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    Pero esta actitud, criticada desde los sectores más progresistas, incluido el Gobierno, no ha sido vista con malos ojos por todos. Hay algunos socialistas de la vieja guardia, como el expresidente del Gobierno Felipe González, que sí que han apoyado que el Congreso retome su actividad normal. «No hay ninguna explicación para que la vida parlamentaria no se ponga en marcha», ha detallado este miércoles.

    Que el poder legislativo se considere una actividad esencial o no depende de ellos mismos. Hay quienes se han dado de baja por la crisis del coronavirus, pero también hay instituciones que no se han amilanado y han continuado sus servicios básicos por considerarse esenciales, como es el caso del CGPJ, que está manteniendo una batalla contra las comunidades autónomas por mantener los servicios esenciales en este campo.

    Una vez más, la cuestión de que se retome o no la actividad parlamentaria parece una cuestión de bloques. La izquierda se niega y la derecha quiere volver a su presencia física. Podemos sigue apostando por el teletrabajo, menos Iglesias, y PP y Vox por acudir físicamente al Congreso para seguir con la actividad. Todo es cuestión de perspectiva, pero ya se ha anunciado que el 26 de abril se retomará la actividad en todo el país de una forma muy controlada.