Montero considera «prematuro» la estimación del impacto del Covid-19

La portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha afirmado este martes que todavía es «prematuro» realizar estimaciones sobre el impacto en la economía del Covid-19, cuya profundidad no se conocerá hasta dentro de «algunas semanas», y ha destacado que la última previsión del FMI es «muy precoz», pero apunta a unas cifras de caída de crecimiento este año y repunte en 2021 no alejadas a las del resto de países.

Así lo han señalado Montero en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, tras las últimas previsiones del FMI, que han empeorado de forma significativa como resultado del impacto del coronavirus Covid-19, de forma que ahora espera que España cierre 2020, con un paro del 20,8% y una caída del PIB del 8%, mientras que para 2021 estima un crecimiento del 4,1% y una tasa de desempleo del 17,5%.

Montero ha indicado que el organismo internacional, con «pocos datos» y algunos obtenidos de su propia información, sitúa a España en un entorno «bastante similar» al de los países del entorno, con caídas «muy importantes» en el crecimiento de España, la zona euro y el conjunto de Europa.

Asimismo, ha resaltado que «quizá la única luz» del informe del FMI es que el crecimiento de la economía española rondará el 4% el próximo año, coincidiendo con el Ejecutivo en la importancia de intentar que la caída del PIB sea «la menor posible» mediante un «colchón amortiguador» para que no se destruya el tejido productivo ni el empleo y España crezca en 2021 a niveles similares a los de los países de su entorno.

Ha insistido en que, aunque las previsiones del FMI son «muy precoces y preliminares», ya que «no tienen una perspectiva que permita calibrar la hondura de la crisis», el comportamiento previsto de la economía española no se aleja al del resto, pues augura una caída del 8% del PIB español y del 7,5% en la zona euro, el 9,1% en Italia, el 7% en Alemania o el 7,2% en Francia, y una recuperación del 4,7% en la zona euro en 2021, similar al 4,1% de España.

«Aún es pronto, es prematuro y tendremos que ser cautos a la hora de hacer ningún tipo de estimación por parte del Gobierno», ha indicado Montero, quien ha insistido en que se trata de informes «preliminares», ya que no se conoce la duración de la pandemia sanitaria ni de qué manera va a repercutir en el conjunto de economías europeas ante la «asimetría» que se registra, pues algunos países han experimentado ya la enfermedad y otros países la están empezando a padecer.

Por ello, ha insistido en que «todos los esfuerzos» de todas las instituciones nacionales y europeas se dirigen a intensificar la investigación para que haya vacunas y minimizar el impacto sobre el tejido productivo.

Respecto a la posible recuperación económica en forma de ‘V’, Montero ha reiterado que lo importante es que la pendiente de la caída sea la menor posible y se conserve el «core» del tejido productivo mediante las medidas del Gobierno para que no se produzcan despidos o sean transitorios, o la moratoria del pago de impuestos, que «sin duda contribuyen a que la parte más débil del tejido productivo, los que tienen menor músculo financiero (pymes y autónomos), puedan resistir la sacudida».

En cualquier caso, ha aseverado que todas las previsiones apuntan a una «caída importante» del PIB este año y un repunte también «importante» el siguiente ejercicio y sucesivos.

Una vez se conozca la profundidad de la crisis económica, ha dicho Montero, se podrán calibrar los daños y proyectar la reconstrucción.

La portavoz del Gobierno ha apelado a la participación de todas las formaciones que quieran «aportar» y «arrimar el hombro» para el proyecto de reconstrucción, con una primera cita este jueves con el líder del PP, Pablo Casado, y ha asegurado que mantiene la intención de presentar «en tiempo y forma» los nuevos Presupuestos Generales del Estado (PGE).

Para el momento de su presentación, ha añadido, se dispondrán de cifras «mucho más sólidas» sobre la caída del crecimiento y se dispondrá de datos sobre el daño al tejido productivo, con previsiones «más fiables» para configurar las nuevas cuentas públicas, necesarias para el consenso que se alcance en el «acuerdo de país».