Así afecta el clima al coronavirus: el objetivo, los 40ºC

Casi desde el origen de la pandemia de coronavirus se ha tratado de vincular la incidencia que las distintas variables metereológicas tienen en la propagación del Covid-19. En este sentido, la Agencia Estatal de Metereología y el Instituto de Salud del Carlos III trabajan en un estudio que tratará de arrojar luz en este sentido.

A menor temperatura, mayor incidencia del Covid-19

Los resultados preliminares de este trabajo, basados en las incidencias de los últimos 14 días (del 26 de marzo al 5 de abril) en las distintas Comunidades Autónomas, indican que existe una correlación negativa entre ambas variables ( número de contagios y temperatura). Esto quiere decir que, a menor temperatura promedio, mayor incidencia.

Relacion entre comunidades autonomas Moncloa

También se estaría estudiando si la humedad del aire incide en la propagación y la transmisión de la enfermedad. Se cree que las altas temperaturas y la alta humedad podrían ayudar a reducir considerablemente la propagación del virus. Asimismo, la contaminación atmosférica u otros factores ambientales también está siendo considerados en el estudio como agentes que agravan la pandemia.

Aunque el estudio todavía no ha finalizado y no podemos hablar de sus conclusiones con una certeza absoluta, si que está en consonancia con los resultados obtenidos de investigaciones internacionales similares.

La primavera no será suficiente

No obstante, habrá que ser precavidos. La comunidad científica ya ha valorado este hecho en algunas ocasiones y no cree que las temperaturas de primavera – abril y mayo – sean lo suficientemente altas como para tener una incidencia contundente en la vida del Covid-19. De afectar al comportamiento del patógeno, estaríamos hablando de temperaturas que ronden los 40º. Estas temperaturas no son muy comunes en la primavera peninsular, y ni siquiera del verano en gran parte del territorio.

Por desgracia, además, las buenas temperaturas invitan a la vida social, a compartir juegos en los parques, o incluso en las playas. Esto contribuirá a que – superada la fase de confinamiento – la gente se relaje en cuanto a las medidas de distancia social. Estas son más determinantes que la temperatura para luchar contra el patógeno y deberán permanecer en nuestra sociedad durante bastantes semanas.