Un total de 386 personas migrantes regresaron a sus países de origen entre 2016 y 2019 a través del ‘Proyecto Retorno Productivo’, unas ayudas que impulsa en Ministerio de Integración, Seguridad Social y Migraciones, y que cuenta con fondos europeos, y que favorece, principalmente, a las personas que se encuentren en una situación más vulnerable en el país.
El Ejecutivo ha facilitado estos datos, recogidos por Europa Press, en una respuesta a una pregunta parlamentaria realizada por las diputadas del PP, María Teresa Angulo y Pilar Moro, en la que solicitan al equipo de Pedro Sánchez, datos del proyecto retorno desglosados por año, a partir de 2016, es decir, un año después de que esta iniciativa se pusiera en marcha.
Hace cuatro años, sólo 57 migrantes solicitaron regresar a su país a través de estas ayudas, un número que casi se triplicó un año después, cuando se contabilizaron 154 retornos. Al siguiente, en 2018, la cifra volvió a bajar, hasta los 84, mientras que el año pasado fueron 90 quienes decidieron dejar el España por esta vía. Por países, Colombia es el que mayor número de migrantes retorna: 150 en cuatro años; seguido de Senegal (81) y de Nicaragua (52) y Paraguay (52).
El Gobierno, también destaca entre los datos publicados que han sido 18 los bolivianos que han acudido al proyecto retorno voluntario desde 2016, dos más que los hondureños, que han sido 16, mientras que a Ecuador han regresado 10, a Camerún 5 y Gambia 2.
Tal y como señala el Ministerio de Integración, Seguridad Social y Migraciones, el programa se gestiona a través de ONG y asociaciones autorizadas. Son ellas las que reciben una cuantía y deciden qué proyectos pueden ser interesantes y viables entre quienes acuden a solicitar la ayuda. Además, este proyecto incluye también a aquellos migrantes que se encuentran en situación irregular.
Por otra parte, el Gobierno también exige a las ONG que el migrante retorne a su país habiendo recibido una formación personalizada por parte de expertos consultores, y con un plan de empresa en fase de implementación. Además, debe establecer nuevos contactos con empresas españolas, que le permitirán ampliar su mercado de trabajo, establecer sinergias, y llevar a cabo lazos de unión profesional, explica.
Es por eso, que las organizaciones ofrecen a los beneficiarios de estas ayudas formación en gestión de iniciativas empresariales, asistencia técnica continuada para la realización de un plan de negocio durante todo el itinerario de retorno y puesta en marcha del mismo. La Fundación San Ezequiel es una de ellas. Esta organización, además de la formación, propone también al beneficiario del proyecto mantener contacto con ellos de forma regular tras su regreso, para ayudarles en aquellos imprevistos que les puedan surgir en el inicio de su negocio.
Se trata de la parte más importante de un proyecto que también les permite conseguir un billete de ida a su país para ellos y para toda su familia, especialmente en los casos en los que hay menores, así como una ayuda para su instalación. Esta cuantía varía, según el número de miembros de la familia o el país de origen, pero ronda los 400 euros.
Las mismas condiciones que la Fundación San Ezequiel ofrece la Asociacón Sociocultural y de Cooperación al Desarrollo por Colombia e Iberoamérica (ACULCO). Su director, Iván Santos, reconoce que hay mucha gente que se queda en tierra a pesar de su intención de emprender porque los fondos no son suficientes para todos. En declaraciones a Europa Paress, señala que ellos también asesoran al migrante psicológica y judialmente, así como en la gestión de documentación.
Esta iniciativa, cuenta Santos, viene de la UE y, a su juicio, es «acertada» porque «acepta la irregularidad» de esta gente que, en su mayoría vino a España buscan una vida mejor que no encontró. Lo mismo ocurre, comenta, con otro de los proyectos del Gobierno de retorno en el que ACULCO también participa, que es el «voluntario». En este caso, los beneficiarios son migrantes que se encuentran en situación «vulnerable», como parados de larga duración, familias monomarentales, enfermos terminales que quieren regresar a su país. Pero, como señala, el perfil más habitual es el de migrantes que vienen a España y se encuentran con una situación «que no es como les habían dicho».
Con la crisis del coronavirus son muchos, explica Santos, los que se han quedado en tierra, al estar cerrado el espacio aéreo de la mayoría de países. Ahora, esperan que esta situación termine para seguir ayudando a gente que desea comenzar una nueva vida en su pais.