Pediatras instan a acudir a Urgencias si es necesario y no esperar a que los niños empeoren «por miedo a contagios»

Pediatras de los servicios de Urgencias de hospitales gallegos han trasladado que, si bien la mayor parte de la población está actuando de forma «responsable» y haciendo un uso adecuado de los servicios asistenciales, se han detectado casos de menores que llegan a Urgencias con cuadros agravados, debido a que sus padres no los han llevado antes por «miedo a contagios» o a «sacarlos de casa».

Es el caso del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, cuya responsable de Urgencias Pediátricas, Reyes Novoa ha alertado de que los padres «tardan» en llevar a sus hijos para que sean atendidos y, algunas veces, llegan con «cuadros evolucionados» e incluso «graves», porque sus progenitores temen que se infecten con coronavirus en el hospital.

Según ha trasladado a Europa Press, a los profesionales de este hospital les «preocupa» que «algunos» menores están llegando a los servicios de Urgencia «más tarde de lo que debieran», precisamente porque los padres son reacios a sacarlos de casa y trasladarlos al hospital.

Desde que se inició el estado de alarma y se implantaron las medidas de confinamiento, la demanda del servicio de Urgencias Pediátricas en Vigo «ha caído», si bien algunos de los niños que acuden presentan «patologías más graves». «Tardan en consultar por miedo a salir», ha constatado Reyes Novoa, quien ha apuntado que los pediatras están viendo, por ejemplo, «casos de apendicitis más evolucionados» o «cuadros graves, como atragantamientos que tardan en consultar».

URGENCIAS «SEGURAS»

«El riesgo cero no existe, empieza en el momento en que salen de casa, pero las Urgencias Pediátricas del hospital son seguras», ha proclamado, al tiempo que ha recordado que, en el Hospital Álvaro Cunqueiro, «se han partido los circuitos» para separar las Urgencias de los adultos de las de los niños, incluso con accesos diferentes.

Por su parte, el jefe de Pediatría del Complejo Hospitalario de A Coruña, Jerónimo Pardo, ha señalado que «la inmensa mayoría de las familias están actuando prudentemente» y hacen un «uso responsable» de los servicios de asistencia. «Los padres deben acudir a los servicios sanitarios en la medida en que lo necesiten, los pediatras de Atención Primaria y de Urgencias están a su disposición», ha incidido.

Pardo ha coincidido en señalar que, desde el inicio del estado de alarma, ha descendido el número de pacientes en la Urgencias Pediátricas y, aunque «puede ser que algún paciente llegue con un cuadro más evolucionado», eso es algo que «también sucede en otras circunstancias». «En general, la población actúa prudentemente, y los servicios están funcionando de forma adecuada. Se puede transmitir un mensaje de tranquilidad», ha reflexionado.

CONSECUENCIAS DEL CONFINAMIENTO

Con respecto a las consecuencias que el confinamiento puede tener en los menores, tanto desde el punto de vista físico como emocional, los profesionales han querido enviar una «mensaje de calma» porque «los niños tienen una gran capacidad de adaptación».

Jerónimo Pardo ha advertido de que, en este momento, en pleno estado de alarma, «no hay constancia objetiva» de que los niños padezcan consecuencias físicas por estar confinados. «No se pueden dar todavía datos objetivos, y menos cuando estamos ante un fenómeno sin precedentes. Otra cosa son las impresiones o miedos que tengan los padres, que son comprensibles», ha matizado, y ha añadido que «si existen esas consecuencias, se verán más adelante».

«Por supuesto que sería deseable que los niños, y también otras personas, pudieran salir de casa, pero esa es una decisión de las autoridades sanitarias (…), y hay que pensar si unas cosas compensan otras», ha añadido.

En la misma línea, la presidenta de la Asociación Galega de Pediatría de Atención Primaria, Amparo Rodríguez, ha aceptado que «puede haber consecuencias físicas» para los menores debido al confinamiento, «pero no hay evidencias científicas». «Pongamos las cosas en su lugar, llevamos poco más de un mes de encierro. Los niños tienen una gran resiliencia y capacidad de adaptación y, aunque no salgan, la mayoría no dejan de tener actividad física, porque no paran», ha afirmado.

MANTENER HÁBITOS DE «HIGIENE VITAL»

Para esta pediatra, lo importante en estas circunstancias excepcionales es que las familias «estén tranquilas» e intenten mantener unos «hábitos de higiene vital», como respetar los horarios de comidas y descanso, mantener ciertas rutinas, adaptar los juegos, incidir en la higiene de manos, etc.

Por otra parte, ha animado a los padres a «buscar el lado positivo» del confinamiento, que puede «reforzar» a las familias, ya que los niños tienen ahora más «tiempo de calidad» con sus padres, más horas compartidas, y «están encantados».

Con respecto a la posibilidad de que se flexibilicen las medidas del confinamiento y se permita a los menores salir de casa de forma limitada, Amparo Rodríguez ha advertido de que «la desescalada hay que hacerla muy bien». «No se puede comparar a un niño con un perro, al que puedes sacar 10 minutos a pocos metros de casa para que haga sus necesidades. ¿De qué le serviría a un niño salir de la mano de su madre o padre 10 minutos, si no podría estar con sus iguales, ni correr, ni jugar?», se ha preguntado.

Por todo ello, y tras recordar que los menores son «vectores» de contagio del coronavirus, ha llamado a la cautela, y a volver a la normalidad de forma progresiva «para que el sacrificio que todos hemos hecho no se ponga en riesgo».

Esta pediatra, por otra parte, ha incidido en que los servicios de Atención Primaria siguen abiertos a disposición de los niños y que, en estas semanas, los profesionales están «resolviendo» la mayor parte de consultas por teléfono, gracias a la «ayuda e implicación» de los padres.

GESTIÓN DE LAS EMOCIONES

Desde el punto de vista emocional, el psicólogo educativo y vicedecano del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, Hipólito Puente, ha advertido de que los niños sí presentan «reacciones emocionales» durante el confinamiento, «al igual que los adultos», con la diferencia de que los menores «tienen otra forma de interiorizar las vivencias».

Según ha explicado, y con matices en función de la edad del niño o del entorno familiar, los menores en esta situación de ‘encierro’ pueden desarrollar alteraciones de conducta, estados de ansiedad, alteraciones del sueño, síntomas psicosomáticos (como dolores de cabeza o de estómago) o «bajones anímicos», entre otros.

En cualquier caso, ha apuntado que las consecuencias psicológicas «dependerán de cómo la familia haya gestionado esta situación» porque no tiene por qué ser «todo un trauma». Puente ha precisado que los niños que «pueden tener más problemas» son aquellos en «situación de riesgo social» o en «familias con escasos recursos y habilidades».

VUELTA A LAS AULAS

Con respecto a la vuelta a las aulas, que podría no producirse hasta el curso que viene, Hipólito Puente (que también es orientador en un IES de Vigo), ha abogado por establecer un protocolo para que los alumnos y los profesores se enfrenten al retorno después de la situación de excepcionalidad motivada por la pandemia de coronavirus.

A ese respecto, ha avanzado que el Colexio de Psicoloxía y el Grupo de Intervención Psicolóxica en Catástrofes e Emerxencias (GIPCE) están trabajando en la elaboración de un protocolo «para que la Consellería de Educación lo recomiende» en las aulas cuando se reanuden las clases.

En el marco de ese protocolo se actuaría con el profesorado y también con los estudiantes que lo necesitaran, a través de herramientas como encuestas, vídeos, cuentos y otras actividades «para que los niños expresen cómo se sintieron».