Más de un centenar de organizaciones que forman la Alianza por el Clima, Fridays For Future y 2020 Rebelión por el Clima han convocado para este viernes 24 de abril, a las 22.00 horas, en los balcones y ventanas una manifestación contra el cambio climático.
Así, en el contexto de la emergencia sanitaria actual y la posterior salida económica, quieren realizar una acción global desde los balcones para reivindicar una vuelta que ponga en el centro al medio ambiente y las personas y que se tengan en cuenta los criterios de justicia social y climática.
Las organizaciones invitan a sumarse a la acción mediante la proyección de sombras y sonidos en las fachadas que se reflejará en las redes mediante fotos y vídeos de las mismas.
Así, aseguran estar convencidos de que «cada crisis es una crisis y debe ser tratada como tal, las organizaciones convocantes son conscientes de que no es momento de interferir en la lucha contra la pandemia ni de detraer recursos de ella».
Por eso, la cita impulsada por Fridays For Future en todo el mundo bajo el marco ‘Global Strike for Climate’ pondrá en las fachadas y las redes sociales sus reclamaciones y pide reflexionar y sentar las bases para actuaciones futuras, más concretas y contundentes.
En un manifiesto conjunto, afirman que la humanidad se enfrenta a una «emergencia climática sin precedentes» en la que también es «necesario actuar con responsabilidad de proteger la vida en primer lugar».
El calentamiento global es consecuencia directa del modelo de producción y consumo que arriesga la supervivencia como especie, al basarse en la explotación ilimitada de los recursos naturales, impactando de manera injusta en las poblaciones más pobres y vulnerables», denuncian las organizaciones en el manifiesto conjunto.
La responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace (parte de Alianza por el Clima), Tatiana Nuño, ha pedido al Gobierno que los paquetes de estímulo económico para la reconstrucción económica y social se dirijan a actividades alineadas con el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París, que protejan la biodiversidad, que sean socialmente justas e incorporen la perspectiva de género.
Nuño considera que también se debe priorizar la creación de empleo de calidad en sectores como las energías renovables, la modernización de edificios y construcción de viviendas sostenibles; la agricultura, pesca y ganadería ecológica o el mantenimiento y el desarrollo de las redes de transporte público. «Nos va la vida en ello», sentencia.
Para las organizaciones, la defensa de la supervivencia debe llevar a los gobiernos a asumir el estado de emergencia climática y, por tanto, tomar medidas ambiciosas y drásticas. «Actuar con contundencia hoy frente a la emergencia climática evitará los peores impactos ambientales y sociales en el futuro», insisten.
El manifiesto común de los colectivos consideran que se debe transformar la actividad económica de forma climática y socialmente justa con una reducción «drástica» de las emisiones netas de gases de efecto invernadero, en línea con las indicaciones científicas y alcanzando la neutralidad lo más rápidamente posible.
Al mismo tiempo, desde un punto de vista social, exigen la consideración «absolutamente prioritaria» de las personas y de los colectivos vulnerables, para garantizarles unas condiciones de vida dignas.