El PP ha pedido aplazar la interpelación que tenía previsto dirigir este miércoles a la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera, sobre su responsabilidad en el plan de desescalada diseñado por el Gobierno para ir relajando las medidas tomadas ante la pandemia del coronavirus, con lo que ese debate con la coordinadora del mismo no podrá producirse hasta dentro de dos semanas.
El Pleno de la Cámara, ha aprobado el aplazamiento solicitado por el primer partido de la oposición que, en principio también había registrado una pregunta oral para Ribera en esta sesión de control.
Sin embargo, la portavoz del Grupo Popular, Cayetana Álvarez de Toledo, que inicialmente iba a interrogar a Ribera también por el plan de desescalada, decidió este martes modificar su pregunta para pedir cuentas al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, sobre el nuevo rifirrafe entre el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el vicepresidente de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, a cuenta de sus declaraciones por la condena a la líder de Podemos en Madrid, Isabel Serra, por participar en un desahucio.
Así las cosas el PP no exigirá este miércoles directamente a Ribera por su papel en el plan de desescalada, aunque finalmente la ministra de Transición Ecológica sí ha respondido a una pregunta de los ‘populares’ sobre la falta de «transparencia» del Ejecutivo en esta crisis que el vicesecretario de Comunicación del partido, Pablo Montesinos, había registrado para la ministra portavoz, María Jesús Montero.
ACUMULACIÓN DE MOCIONES SIN DEBATE
En cualquier caso, el PP ha decidido esperar dos semanas para interpelar a Ribera por el programa de desescalada diseñado en Moncloa, puesto que la semana que viene no hay previsto Pleno de control, como es habitual en las primeras semanas cada mes.
Las interpelaciones dan lugar después al registro de mociones que se debaten y votan en la sesión plenaria siguiente. Sin embargo, desde que se recuperaron las sesiones de control tras el estallido de la crisis del coronavirus, se han producido interpelaciones, pero no se han registrado mociones.
El motivo, según han explicado fuentes parlamentarias, es la dificultad que entraña someter a votación por la vía telemática textos a los que se les pueden incorporar enmiendas o que incluso pueden ser objeto de una transacción que transforme el contenido en el último momento. Así las cosas, ya hay casi una decena de mociones pendientes de debate y votación en el Pleno del Congreso.