Ancianos abandonan residencias públicas y concertadas madrileñas

Un total de 90 ancianos han abandonado de forma voluntaria y cumpliendo los procedimientos establecidos de las residencias públicas, concertadas y de gestión indirecta de la Comunidad de Madrid durante esta crisis del coronavirus, según datos facilitados a Europa Press por la Consejería de Políticas Sociales, Igualdad, Familias y Natalidad.

En la región hay 18 residencias de mayores de gestión indirecta (2.668 plazas), 161 concertadas (24.635) y 25 públicas de la Agencia Madrileña de Atención Social (AMAS), con 6.258 plazas, aunque no todas ellas están actualmente ocupadas. Las residencias privadas son 271 y tienen 18.470 plazas. Aunque no hay datos de estas últimas, las salidas de ancianos de estas residencias en este mes y medio podrían superar el centenar.

La Comunidad de Madrid envió a principios de mes, en el pico de la letalidad de la crisis del coronavirus, una carta a familiares y usuarios de todos los geriátricos de la región, en la que permitían e incluso recomendaban el traslado de los residentes al domicilio de sus familiares para estar bajo su cuidado «siempre que se garantice que se trata de usuarios asintomáticos o con test negativo.

Este traslado podrá realizarse, garantizando por escrito la familia su permanencia en el domicilio familiar al menos mientras dure la situación de emergencia sanitaria», indicaba esa misiva, a la que tuvo acceso Europa Press.

No obstante, si por cualquier circunstancia sobrevenida, que imposibilite el cuidado del mayor en el domicilio familiar, el residente debe volver a la residencia, este reingreso cumplirá los siguientes requisitos: que el mayor se encuentre, antes de su vuelta al centro, libre de síntomas o que se haya realizado un test de detección frente al coronavirus siendo el resultado negativo.

RECOMENDACIONES

«En el escenario actual, lo más importante es proteger a las personas vulnerables, evitando el contagio que se puede producir en los contactos entre las personas, situación que acontece en la convivencia cotidiana en los transportes, comedores, salas de estar, etc.; por ello si dispone de apoyo y una cobertura suficiente para permanecer en su propio domicilio, es muy recomendable quedarse en el mismo, hasta que el curso epidemiológico de la enfermedad se controle. Además así podrá satisfacer su desarrollo afectivo-relacional con sus familiares, los cuales, por motivos de seguridad tiene limitadas o restringidas las visitas al centro», apuntaban.

A pesar de esta recomendación, el porcentaje de los usuarios que han abandonado las residencias madrileñas ha sido escaso, bien por que lo test no han llegado a todos los usuarios o porque los familiares no disponen de tiempo, lugar o habilidades necesarias para cuidar a sus mayores.

Otros usuarios tienen miedo a perder la plaza pública, mucho más barata que la privada. En estas últimas, el problema es que en ocasiones tienen que seguir pagando una parte o la totalidad de la mensualidad si quieren volver tras la crisis, a pesar de que pasen un largo tiempo con sus familiares.