El vicepresidente y portavoz de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, ha comparado la fase de desescalada en la pandemia del COVID-19 con una bomba que hay que desactivar. «Hay que saber qué cables se cortan y hacerlo muy despacio porque la bomba puede explotar, está cargada», ha explicado.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno en la que ha comparecido junto a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, el vicepresidente ha asegurado que, aunque por el momento el Ministerio no se ha pronunciado, si ha visto «muy flexible» al titular de Sanidad, Salvador Illa, para posibilitar que Castilla y León afronte la desescalada por zonas básicas de salud y no por provincias, ya que, como ha explicado, es más fácil controlar «lo pequeño que lo grande».
Igea ha considerado que el Plan presentado por el Gobierno han atendido en «lo esencial» a los planteamientos realizados desde la Comunidad en aspectos como la segmentación geográfica y la necesidad de espaciar las fases en dos semanas.
Tanto Igea como Casado han insistido en la importancia que tiene para el medio rural una desescalada por zonas básicas de salud dada la dispersión de la población en la Comunidad y para evitar que algunas zonas «se aíslen más. Así, la Junta ya se ha puesto en contacto con la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP) para contar en este proceso con la ayuda tanto de las diputaciones como de los ayuntamientos.
La idea de la Junta es iniciar la desescalada en aquellas zonas básicas de salud en las que llevan al menos 14 días sin casos nuevos, no obstante los consejeros han vuelto a reclamar al Gobierno que fije umbrales y estándares para saber que parámetros se deben cumplir para avanzar hacia la vuelta a la ‘nueva normalidad’ por zonas.
«Se trata de tomar unas medidas más seguras, hemos insistido hasta la saciedad, intentamos desactivar una bomba y hay que saber qué cables se cortan y hacerlo despacio porque la bomba puede explotar, esta cargada, cualquier paso que suponga el incremento de la transmisión del virus sería una catástrofe», ha defendido Igea.
Por su parte, la consejera de Sanidad ha señalado que es esencial llega a un equilibrio entre «prudencia y normalización». «No nos podemos permitir más fallecidos, más casos, más UCIs bloqueadas», ha insistido, tras lo que ha defendido la cuarentena social como la base con la que se ha conseguido aplanar la curva de contagios.
No obstante, ha destacado que es necesario iniciar otras fases pero «con mucha tranquilidad y solvencia» y con las zonas básicas de salud como eje en Castilla y León, «la Comunidad más extensa de España y de la UE», al tiempo que ha mostrado su preocupación por la movilidad.
«La movilidad entre zonas básicas de salud puede ser controlable», ha defendido.
Casado también a los paseos y ejercicio en la calle que se pemitirán a partir del lunes y ha insistido en la importancia de evitar que se junten niños con mayores, para lo que ha defendido el establecimiento de franjas horarias, un punto en el que ha apuntado a la posibilidad de que los mayores salgan por la mañana y los niños por la tarde.
También ha incidido en la importancia de mantener las distancias de seguridad y ha advertido de que ésta debe ser más grande en el caso de que se esté haciendo deporte, al tiempo que ha pedido evitar ir a sitios «muy concurridos.
«Va a depender de hacerlo todo muy bien para no tener rebrote porque si no habría que volver otra vez a un confinamiento muy riguroso», ha aseverado.