Ríos, lagos y embalses emiten gran cantidad de CO2 a la atmósfera al secarse, según un estudio

Ríos, lagos y embalses emiten grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera al secarse, según un estudio mundial liderado por científicos del Instituto Catalán de Investigación del Agua (ICRA), la Universidad de Barcelona (UB) y el Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Alemania (UFZ).

Veinticuatro equipos de investigación de todo el mundo han participado en el proyecto DryFlux, aportando medidas de ecosistemas de cinco continentes, informa el ICRA en un comunicado este viernes, día en que el estudio se ha publicado en la revista científica ‘Nature Communications’.

El origen del estudio está en el año 2012, durante una campaña de medidas en el río Fluvià: el ICRA y la UB estudiaban la liberación de gases de efecto invernadero en pequeñas represas de este río.

Los investigadores del estudio han encontrado importantes emisiones de CO2 procedentes de zonas secas de los ecosistemas de agua dulce en todas las zonas climáticas, por lo que lo consideran un fenómeno global.

«Si se tienen en cuenta estas emisiones en las estimas globales actuales para las aguas dulces, sus emisiones aumentan un 6%», según el investigador Phillip Keller.

RESPIRACIÓN DE MICROORGANISMOS

En cuanto a qué mecanismos son los responsables de la liberación de dióxido de carbono en sedimentos secos, afirma que son «procesos de respiración de microorganismos».

«Aún no entendemos completamente los mecanismos biológicos que hay detrás, pero está claro que a más humedad, temperatura y materia orgánica, más dióxido de carbono se libera», constata.

El estudio considera que los factores responsables de la liberación de CO2 son esencialmente los mismos en todo el mundo, según la científica Núria Catalán.

Ha considerado sorprendente que los sedimentos de un río seco en la montaña o una laguna salada en medio de una llanura desértica respondan de la misma manera a factores ambientales como la humedad o la temperatura, lo que «sugiere la presencia de microorganismos capaces de adaptarse a condiciones extraordinariamente diversas y en algunos casos durísimas».

PREDECIR LA RESPUESTA DE LOS ECOSISTEMAS

Para otro de los investigadores, Biel Obrador, el estudio demuestra que aún faltan muchas piezas para entender del todo el ciclo del dióxido de carbono a escala planetaria, «porque hay muchos pequeños engranajes que deben entenderse» para poder predecir cómo los ecosistemas responderán al actual incremento de CO2 en la atmósfera.

«Esperamos que nuestro trabajo ayude a garantizar que las áreas secas de los ecosistemas de agua dulce se incluyan en futuros cálculos», ha dicho.

Obrador ha añadido que, con la progresión del cambio climático y los impactos humanos, las aguas dulces se secarán cada vez más frecuentemente en grandes regiones del planeta, y en algunas de ellas para siempre, como el Mar de Aral, en Asia Central: «Por tanto, las emisiones desde cauces secos no harán más que aumentar».