Sánchez asistirá este miércoles a una cumbre telemática con Kosovo, sin banderas

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asistirá este miércoles, por primera vez, a una cumbre europea en la que estará presente el presidente de Kosovo, Hashim Thaci, después de que el Consejo haya decidido que la cita, además de ser telemática por la pandemia de coronavirus, se celebre sin banderas, sin símbolos nacionales y sin ni siquiera presentar a los asistentes por su cargo.

Así lo han señalado fuentes diplomáticas europeas y fuentes gubernamentales españolas. Esta modalidad, que servirá para escenificar el estatus de neutralidad del club comunitario con respecto a Kosovo, ha sido clave para que el Gobierno español decida participar.

Hace dos años, el entonces presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, se ausentó de la Cumbre UE-Balcanes para no coincidir con Thaci, a pesar de que sí asistieron los mandatarios de los otros cuatro países europeos que no reconocen a este territorio como país –Grecia, Eslovaquia, Rumanía y Chipre– y también el presidente serbio, Aleksander Vucic. Era la primera cumbre UE-Balcanes en 15 años.

En 2020, la Cumbre UE-Balcanes prevista inicialmente en Zagreb estaba destinada a ser el principal evento de la primera presidencia croata de UE. Así, el Gobierno de Croacia estaba dispuesto a facilitar las cosas a Sánchez para incorporarle a la cita. Finalmente, el formato telemático, sin foto de familia, sin reuniones bilaterales ni apretones de manos ha allanado el camino. Todos los líderes se pondrán ante la cámara delante de un panel idéntico con las palabras «Cumbre de Zagreb» y serán presentados solo por sus nombres.

Las fuentes consultadas explican que para España también eran importantes otras cuestiones: que no sea una cumbre centrada en la ampliación –porque ni Kosovo ni Bosnia son candidatos y Turquía, que no asiste, sí lo es– y que no se aluda a los países de la región como «los seis de los Balcanes», precisamente por el no reconocimiento a Kosovo. Esos dos factores fueron escollos en la Cumbre de Sofia.

Así las cosas, el Gobierno español asegura que esta participación no supone un reconocimiento implícito de Kosovo y que su posición sobre el territorio no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado, admiten las fuentes, es que ahora el Ejecutivo explica su posición de manera clara y que prefiere estar presente, una vez logradas ciertas garantías, a no estar.

EL TIEMPO HA DADO LA RAZÓN A ESPAÑA

Esa posición es que España no tiene nada en contra de Kosovo, sino que no lo reconoce como Estado porque no acepta una declaración unilateral de independencia. Es más, las fuentes sostienen que el tiempo ha dado la razón a España, y que después del caso de Kosovo, en 2008, otras situaciones han demostrado que aceptar una independencia unilateral no es lo más adecuado para las relaciones diplomáticas ni para el Derecho Internacional.

El Gobierno español defiende que la única solución pasa por un acuerdo entre Belgrado y Pristina y se suma al empeño europeo por volver a impulsar ese acuerdo, tal como dijo en el Congreso la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.

RECHAZARÁ RECONOCIMIENTOS ‘POR LA PUERTA DE ATRÁS’

El Gobierno español asegura, así, que no dará ningún paso hacia el reconocimiento antes de que llegue ese acuerdo, y que seguirá oponiéndose con firmeza, junto a Serbia, a cualquier intento de lograr un reconocimiento internacional ‘por la puerta de atrás’, entrando en organizaciones como Interpol o Eurovisión.

Si hubiera acuerdo entre Pristina y Belgrado, España no será «más papista que el Papa», según la expresión que lleva más de un año usando la diplomacia española, pero aún está por ver cómo será ese acuerdo y cuándo llega.

La UE acaba de nombrar a un nuevo enviado especial, el eslovaco Miroslav Lajcak, pero relanzar el diálogo no será fácil. Kosovo ha dado un paso en la distensión eliminando los aranceles que había impuesto a productos serbios hace más de un año, pero el Gobierno de coalición de Pristina acaba de caer en una moción de censura.

España, señalan las fuentes, quiere tener influencia en las relaciones europeas con la región, aportar valor añadido y hacer valer su experiencia y su buena relación con los Balcanes, cimentada desde principios de siglo a través de la cooperación y de las misiones militares y civiles. España nunca se ha opuesto al apoyo a Kosovo a través del Acuerdo de Estabilización y Asociación.

De este modo, Sánchez participará en la reunión participará en la reunión con un mensaje de compromiso con la perspectiva europea de los Balcanes occidentales y del interés de España por tener una presencia importante en la zona y apoyar su prosperidad y sus reformas económicas.

La reunión virtual contará con la presencia de los 27 líderes de la UE, después de que todas las capitales europeas hayan confirmado su participación, y de Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Albania y Kosovo.

COMPROMISO DE LA UE CON LA REGIÓN

En Bruselas evitan poner el foco en España y recuerdan que otros cuatro Estados miembros no reconocen la independencia de la antigua provincia serbia. De esta forma, la UE recalca que, más allá de las reticencias de algunas capitales hacia Kosovo, la cumbre evidencia el firme compromiso que mantiene como bloque con la región, lo que es «una buena señal».

Para la UE es importante mantener esta cumbre, aunque sea de forma telemática, para poner en valor el apoyo comunitario a la región, especialmente después del choque de mediados de marzo, cuando el presidente serbio elogió la solidaridad china al tiempo que echaba en falta una solidaridad europea.

La UE reaccionó incluyendo a los Balcanes en su mercado interno de material sanitario y aprobando una ayuda de 3.300 millones (de ellos 1.700 en préstamos del BEI) para ayudar a la región a superar la pandemia.