Del precio de sus casas a la renta mínima: Iglesias y de Guindos, iguales ante el coronavirus

  • El vicepresidente del Banco Central Europeo ha apostado abiertamente por la renta mínima.
  • El exministro de Hacienda Cristóbal Montoro también ha apostado por la medida de Podemos.
  • Iglesias ha encontrado en sus demandas extraños compañeros de cama con la crisis del coronavirus.
  • Quién lo iba a decir. Los dos son vicepresidentes, los dos se han gastado 600.000 euros en sus casas y los dos apuestan por la renta mínima durante la crisis del coronavirus. La historia de reproches entre el exministro de Economía de Mariano Rajoy y actual vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, y el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias les ha vuelto a juntar, pero esta vez de un modo distinto. Ahora, el marcado liberal de Guindos apuesta por la medida estrella que Podemos ha presentado en su programa electoral desde la formación irrumpiera en la política: la renta mínima. Ambos creen en que la reconstrucción de Europa tendrá que ver con la inversión pública y ambos apuestan por inyectar el dinero directamente en los bolsillos de los ciudadanos.

    Es la primera vez en la historia que todas las clases sociales y políticas tienen un objetivo común. La crisis del coronavirus ha llevado a los extremos a juntarse, esta vez de verdad, y a pedir una solución que pasa por paliar las pérdidas con inversión pública. A muchos les sorprendió que el exministro de Economía español apostara desde su despacho de cristal, que le reporta 300.000 euros brutos al año, del Banco Central Europeo por la renta mínima. El que una institución de este calibre haya dado el visto bueno a una medida tachada de bolivariana por los partidos liberales ha llevado a muchos a no comprender qué ocurre, pero también ha inyectado al Estado del Bienestar una nueva dosis de humanidad.

    Son agua y aceite, pero ambos parecen estar cortados por un patrón similar. Cuando un joven y activista Iglesias criticaba la compra de de Guindos de un ático por valor de 600.000 euros ignoraba que la historia les volvería a juntar. Y cuando un de Guindos todavía ministro decía en 2015 que la renta mínima que proponían desde la izquierda era una locura que amenazaría hasta la sostenibilidad del sistema de pensiones, ignoraba que cinco años después estaría pidiéndola.

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    De Guindos se ha enfrentado con esta decisión a las ideas patrocinadas por el PP, por su antiguo partido, por lo que hasta las críticas de Pablo Casado parecen unir al vicepresidente del Gobierno y al del BCE. Sin embargo, no todo son semejanzas. Y menos en referencia a la renta mínima (al menos cuando se profundiza en lo que quiere cada uno), ya que al igual que un ático en Madrid o un chalet en las afueras, hay diferencias sustanciales entre el cómo debe ser la renta mínima de de Guindos y la de Iglesias.

    De Guindos la quiere temporal, acotada a familias concretas y con el único objetivo de que el consumo interno y la economía se mantenga a flote, ya que la crisis del coronavirus será profunda y acabará con gran parte del tejido empresarial más superficial. Iglesias la quiere perpetua, universal y con un alcance mucho mayor que el que el PSOE, su socio de Gobierno, ha apoyado.

    Finalmente ha triunfado la tesis de de Guindos por el gran apoyo que tiene en el ala moderada e incluso liberal del panorama político europeo. Ha ganado el ático frente al chalet. Pero eso no significa que Iglesias no haya avanzado en lo que desde un principio se consideró como bolivariano y que ahora el BCE asume con total normalidad como algo necesario. Hasta los países de la UE han determinado que se ampliará el presupuesto de la Unión para dar una inyección económica sin precedentes a sus estados miembros. Otra medida que hasta hace meses era impensable.

    A esta ecuación, y para cerrar la comparativa, hay que sumar a otro extraño acompañante de la renta mínima, otro extraño compañero de cama que se ha recostado en el colchón de plumas bolivariano: el también exministro de Rajoy Cristóbal Montoro. El artífice de los presupuestos más longevos de la democracia española también se ha sumado a la demanda de de Guindos y de Iglesias y ha apostado abiertamente por aplicar una renta mínima, pero temporal y acotada. «Estamos ante nuevas necesidades», ha asegurado Montoro, una tesis que se podría aplicar a todos los anteriormente mencionados, cuyos discursos y actos han dado bandazos de 180 grados desde que entraron en la política.